Granada entrega los Premios Dignidad a la innovación y las buenas prácticas en intervención social | Galería
Las galardonadas son la Federación Andalucía Acoge, la ONG Calor y Café, Concepción Moliner, Isabel Atienza y María del Carmen Román
El Ayuntamiento de Granada ha entregado los Premios Dignidad 2019 a la innovación y las buenas prácticas en intervención social en un emotivo y multitudinario acto celebrado en el Cuarto Real de Santo Domingo. La entrega coincide con el Día Mundial de la Justicia Social.
El alcalde, Francisco Cuenca Rodríguez, ha apelado a la ciudadanía a "luchar cada día contra los muros de la incomprensión, el odio y la intolerancia" hacia los más desfavorecidos. Tras destacar los méritos de las personas galardonadas y el compromiso del equipo municipal de Gobierno con las causas sociales, los derechos humanos y su "vocación de servicio público", Cuenca ha abogado por el inconformismo y ha invocado la necesidad de "derribar barreras para seguir avanzando hacia una ciudad más igualitaria, inclusiva y justa".
La segunda edición de los Premios Dignidad, convocados por la concejalía de Derechos Sociales, Educación y Accesibilidad que dirige Jemi Sánchez Iborra, tienen rostro de mujer. Elena Tajuela, por la Federación Andalucía Acoge; Ana Sánchez Montoro, presidenta de la ONG Calor y Café; Concepción Moliner, responsable municipal de los equipos de Tratamiento Familiar, Isabel Atienza y María del Carmen Román ponen cara a los galardones de este año. "Son profesionales comprometidas y libres que, con valentía y convicción, hacen del mundo un lugar mejor", ha subrayado la concejala Iborra.
Andalucía Acoge ha recibido el reconocimiento en la modalidad territorios; Calor y Café, por la categoría tercer sector; Concepción Moliner, por servicios sociales, y María del Carmen Román e Isabel Atienza (a título póstumo), dos menciones especiales por visualizar a las mujeres sin hogar y su implicación en el diseño del plan municipal para la erradicación del sinhogarismo.
Los premios, dotados con 3.500 euros más un diploma y placa, representan un homenaje al trabajo silente y diario de quienes se afanan por devolver la dignidad a las personas que la vida se la ha arrebatado.