Granada estrena patinetes eléctricos en pos de una movilidad "respetuosa con el medioambiente"
Una flota de 500 vehículos se despliega por la ciudad, que empieza a familiarizarse con ellos; alcanzan una velocidad de 25 km/hora y usarlos tiene un coste de 28 céntimos por minuto
Granada estrena patinetes eléctricos de alquiler en pos de conseguir una movilidad sostenible. Vivo aún el recuerdo del fracaso de una iniciativa similar, con bicicletas públicas que acabaron aparcadas entre el río y las copas de los árboles, el Ayuntamiento de la capital ha puesto en marcha un proyecto piloto que desde este lunes funciona en la ciudad. La prueba durará un año, en evaluación continua para analizar su funcionamiento. Si marcha bien, estos vehículos verdes, adornados con una llamativa luz del mismo color, que ya se ven por las calles del centro convivirán con coches, motos y demás transportes, como sucede en capitales vecinas. El test también examina a la ciudadanía, que poco a poco se va familiarizando con el medio.
"Creemos que esa movilidad de última milla, de trayectos muy cortos, debería hacerse, sobre todo, con vehículos sostenibles", defiende Raquel Ruz, concejala de Protección Ciudadana, Movilidad y Economía en el Ayuntamiento, convencida de que "una ciudad como Granada lo permite". "La ciudad tiene que apostar por la convivencia de diferentes medios. Este es un proyecto piloto, vamos a ver cómo responde la ciudadanía antes de plantearnos cosas definitivas, también para ver qué problemas pueden surgir y cómo se pueden corregir, teniendo la experiencia que tuvimos en anteriores ocasiones", señala. El consistorio, a través de la empresa Superpedestrian, viene desplegando de forma escalonada desde este lunes una flota de 500 patinetes eléctricos de alquiler, habilitados además 117 puntos de estacionamiento repartidos por toda la capital.
El funcionamiento de la iniciativa es muy similar al puesto en marcha con las bicicletas hace cinco años. "Los usuarios tienen que bajarse una aplicación, habilitada para Android e iOS, se registran y, con ella, van al patinete, que tendrá un código QR en el manillar. Lo lee y, automáticamente, se desbloquea el vehículo. Seguidamente, la aplicación indica cuáles son las reglas básicas para utilizarlo, que es un poco de normativa de la DGT y local, y cómo usarlo. Hay que dar un pequeño impulso con el pie y acelerar", explica Manuel Ortiz, director de relaciones institucionales de Superpedestrian, quien sostiene que "el servicio es muy intuitivo". "Al estar geolocalizado el patinete, tiene que ser dejado en los puntos habilitados y atado con un candado digitalizado que lleva incorporado. Hasta que no se hace, el arrendamiento sigue funcionando. Además, se debe hacer una foto como prueba", añade Ruz.
"Antivandálico y autorregulable"
"Si vamos a cualquier gran capital o ciudad del mundo, podemos encontrar este tipo de movilidad compartida, que creo que es el futuro de la movilización", puntualiza Ortiz. El servicio, destinado únicamente a mayores de edad -el seguro, por tanto, no cubriría a menores que hicieran uso del mismo-, tiene un coste de un euro para desbloquear el patinete, momento a partir del que, como un taxímetro, la aplicación comienza a sumar 28 céntimos por minuto de uso. Estos patinetes eléctricos son "autorregulables" en lo que a celeridad respecta. "La ley determina que la máxima velocidad que puede alcanzar un vehículo de movilidad personal, un patinete, es de 25 kilómetros por hora. Tenemos todos los vehículos limitados a ese umbral, pero, aparte, con la tecnología de geolocalización, tenemos la posibilidad de limitar velocidad en aquellas vías en las que se nos determine", precisa, lo que supone una regulación automática.
Cada unidad tiene una autonomía máxima de 99 kilómetros, variable en función del peso de la persona que lo utilice y la orografía de la ciudad", especifica el director de relaciones institucionales de la empresa operadora, quien apunta que se trata de "la mayor del mercado". Un margen finito, no obstante, aunque Ortiz subraya que "a un usuario nunca se le tiene por qué parar el vehículo". "Los que están por debajo del 20% de batería se bloquean automáticamente y el usuario ya no podría cogerlo. El sistema nos da un aviso y nosotros lo recogemos para llevarlo a cargar. Aparte, la aplicación muestra el nivel de carga de cada unidad, además del número aproximado de kilómetros de autonomía que tiene con bastante exactitud", profundiza.
Por otro lado, dada la experiencia con las bicicletas, tanto el Ayuntamiento como Superpedestrian han hecho mucho hincapié en los mecanismos de seguridad de los que dispone el servicio. "El diseño del patinete en sí es antivandálico. Es difícil romperlo. Tiene varias balizas, no solamente en un sitio, para que la gente no pueda detectarlas, y, por tanto, el vehículo va a estar geolocalizado en todo momento. Estamos intentando poner todos los medios a nuestro alcance para que no se produzca lo que ya sucedió antes", detalla Raquel Ruz. Ortiz, por su parte, espera "que no ocurra". "Hubo una mala experiencia y todos aprendemos. Al estar en candado, en teoría, se debe reducir esto, lo que no quiere decir que no pueda producirse algún caso. Lamentaríamos mucho que ocurriese. Aquel usuario que lo hiciera sería denunciado", subraya.
En este sentido, el director de relaciones institucionales de Superpedestrian puntualiza que cada uno de estos patinetes "tiene una valoración por encima de 400 euros y, para robarlos, hay que romper un candado", por lo que el delito "podría estar tipificado, según la normativa, con hasta tres años de cárcel". "Creo que podemos ser lo suficientemente responsables y cívicos como para cuidar un elemento que puede ser beneficioso para la movilidad de la ciudad", incide por su parte la concejala del Ayuntamiento de Granada.
Primeras incidencias
A pesar de todo, en los primeros días de servicio ya han sido robados dos patinetes, cuya sustracción ha sido denunciada por la empresa operadora. "Por experiencia, en todos los mercados donde operamos, siempre, al principio, suele ocurrir esto. Me atrevería a decir que entre el 90% y el 95% de los vehículos vuelven a aparecer. También actuamos sobre los que lo han robado o han hecho cualquier otro tipo de acto vandálico", reconoce Ortiz. Además, durante el despliegue de las unidades, se ocupó en algún punto de estacionamiento más del 50% de la ocupación, el umbral máximo permitido, si bien este rebase ya fue resuelto. También se han empezado a detectar patinetes aparcados en lugares en los que no está permitido.
Al margen, la asociación Biciescuela Granada ha denunciado que los puntos de aparcamiento fijados para estos vehículos incumple la ordenanza municipal. "Esas estaciones se han determinado bajo informe técnico de funcionarios del área, por lo que tiene una presunción de veracidad. Ellos -los integrantes del colectivo- pueden tener su opinión con respecto a esta cuestión o intentar favorecer su medio de locomoción, que me parece muy bien, pero nosotros no decidimos dónde y cómo se implantan los patinetes. Lo hace un equipo técnico, un informe elaborado por funcionarios que están sujetos a la ley y a la norma", responde Raquel Ruz a este respecto, antes de insistir en que, como concejala, se tiene que "atener" a las indicaciones de este documento.
Nuevos empleos y sostenibilidad
Más allá de ello, la edil en el Consistorio sostiene que la iniciativa "parece haber tenido buena acogida". "He podido comprobar cómo lo van utilizando algunos usuarios. Sobre todo, parece que es gente joven, universitarios incluso. Creemos que ahí puede haber un potencial de clientela bastante importante", ahonda. Además, Manuel Ortiz revela que el proyecto, con almacén en la ciudad para gestionar el servicio, también genera empleo. "Era un compromiso con el Ayuntamiento. Hemos contratado a cinco personas de forma directa, granadinas, para prestar servicio a la ciudad. De forma indirecta, hay otros tres empleados que dan servicio a Granada. Los hemos formado y ya están trabajando, plenamente integrados en el equipo. Son los responsables de ser los ojos de Superpedestrian en la calle", detalla.
"Si puede haber 500 patinetes funcionando habitualmente, son muchos miles de viajes cortos los que nos ahorramos. La opción de dejar el vehículo privado en casa es cada vez más real", sostiene Ruz, que cree firmemente en que "en Granada hay espacio para este tipo de movilidad, que puede aportar cosas muy positivas a la ciudad". Superpedestrian, que ya opera en más de 70 ciudades de todo el mundo, también tiene altas expectativas ambientales, dada su experiencia. "Tendremos que hacer la evaluación dentro de un mes o dos, pero creo que va a ser muy positivo. Estoy muy confiado en que la gente lo va a utilizar y, sobre todo, en que vamos a colaborar entre todos a reducir los niveles de CO2 al minimizar los pequeños trayectos, que se pueden hacer de una forma respetuosa con el medioambiente", aborda Ortiz.
La prueba ya está en marcha y el proyecto piloto se irá examinando de forma periódica. "Mi idea es ir analizando estos meses las incidencias que puede haber y, sobre ellas, corregir, para poder lanzar después un concurso más ajustado a las necesidades reales que tiene la ciudad. No sé si necesitaremos 500 patinetes o 3.000. Nos lo va a dar este proyecto piloto. Si esta opción que estamos planteando es correcta, a lo mejor tiene que ser la definitiva", avanza Raquel Ruz. Manuel Ortiz, por su parte, está "convencido de que este proyecto es para un largo plazo". Solo queda ver si es un paso hacia la sostenibilidad o queda en otro plan fallido.