El Hospital Virgen de las Nieves recibe una donación para mejorar la confortabilidad en Oncología
Familiares y amigos de Francisco Javier Hervías, fallecido hace dos años, organizaron una carrera en su memoria cuyos fondos se han destinado a sillones de última gama
El Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada ha recibido una donación de 6.600 euros por parte de un grupo de amigos y familiares de Francisco Javier Hervías, fallecido hace dos años a causa de un sarcoma, y que durante su enfermedad fue tratado en este centro. Con este gesto solidario, el área de Oncología adquiere 14 sillones ergonómicos y adaptados para los pacientes hospitalizados en la décima planta.
La Junta ha explicado a través de un comunicado que esta cantidad fue recaudada el pasado mes de agosto en una carrera organizada en memoria de este joven que fue atendido y tratado en el hospital granadino, donde afianzó vínculos con los profesionales de Oncología que "guardan un gran recuerdo de él".
Los amigos del homenajeado Moisés Arenas, Alberto Sánchez y Jesús Sánchez, junto con familiares del joven, han entregado un cheque simbólico a la directora gerente, María Ángeles García Rescalvo, quien ha agradecido este "gesto de generosidad que sirve para mejorar la calidad y confortabilidad para los pacientes oncológicos, permitiendo una estancia lo más agradable posible".
El cros se celebró en el pueblo granadino de Graena, en el que participaron más de 400 personas que completaron diez kilómetros de carrera y cinco de senderismo. Esta iniciativa forma parte de un memorial dedicado a Francisco Javier, que se inició en Zamora, ciudad donde trabajaba como bombero, y que, en su segunda edición, se ha celebrado en la localidad granadina donde nació.
En el acto de entrega de la donación y en la organización del memorial ha sido parte "fundamental" Charo Fernández que, además de madrina de Francisco Javier, es supervisora de enfermería de Cirugía Pediátrica y de consultas de Pediatría de este hospital granadino.
Charo ha recordado a su ahijado, "como un ser maravilloso, lleno de luz, siempre vital y entregado a su familia, a sus amigos y a su vocación como bombero, profesión que ejercía con mucha implicación y siempre en equipo, con sus compañeros, con quienes tenía una excelente relación". De hecho, "creó un vínculo muy fuerte entre el pueblo zamorano de San Vitero y el granadino de Graena, ahora somos todos una familia en su honor" ha recalcado.
Su madrina ha narrado que, cuando le diagnosticaron el sarcoma, decidió trasladarse a Granada, para recibir los tratamientos pertinentes en este hospital y estar más cerca de su familia y amigos. Durante los dos años que estuvo recibiendo atención en el hospital, creó grandes vínculos con los profesionales, como fue el caso con la oncóloga Lucía Castillo, quien lo ha rememorado "como una persona muy especial, que transmitía calma con sus grandes ojos azules y al que se echa mucho de menos".