Granada, ¡nos vemos en los cines!
Anoche terminó la gala de los Premios Goya, pero se encendió la mecha de la ciudad que esta debe querer llegar a ser
La pantalla del salón Federico García Lorca se fue a negro, las luces se apagaron y, poco a poco, veremos cómo los bustos de Goya, las exposiciones, las alfombras rojas y las banderolas van abandonando la ciudad de Granada. La gran fiesta del cine español podría dejar una mala resaca, pero en esta ocasión ha dejado una sensación de querer más.
La 39ª edición de los Premios Goya ha sido la constatación de una siempre histórica reivindicación de dejar de ser una ciudad con cultura y convertirse en una ciudad cultural. Donde las salas de cine cuelguen el cartel de 'no hay billetes', donde los teatros quieran traer más y mejores obras, donde por sus calles se pueda respirar el aire a flamenco, a rock, a poesía, pintura y baile. Lugar donde quien quiera se pueda formar, sin importar procedencia ni sexo, y donde pueda exprimir lo aprendido y pueda poner su talento en proyectos creados desde su tierra.
Ese es el mensaje que Granada ha lanzado a quienes deben escucharlo, verlo o leerlo. Algo que se pudo palpar en las semanas anteriores a la celebración de la gala y que llegó a su máxima expresión en la jornada del sábado, con la gran asistencia de granadinos a los alrededores del recinto de congresos y que, pese a no poder ver prácticamente nada, se quedaron toda la tarde esperando y participando, a su manera, en todo lo que rodea a un evento de esta magnitud.
Personas ilusionadas, con amor por el cine y sus protagonistas, que pasaron horas en las calles y luego corrieron a casa para poder ver todo lo que dentro de la sala Federico García Lorca sucedía.
En el interior, la energía y el frenetismo se entremezclaban en las primeras horas, en las que los doscientos medios de comunicación acreditados buscaban el mejor plano, la mejor declaración, en un entorno sano, con ganas de ayudar a los más novatos y dejando espacio para que cada profesional pudiera hacer su trabajo de la mejor forma posible, para contar algo que para muchos solo podrán vivir desde dentro una vez.
Ya sobre la alfombra roja, se ha podido disfrutar de una amplia variedad de looks que pronto dieron la vuelta al mundo y en los que diseñadores nacionales e internacionales pusieron todo su interés en lograr captar la atención de todas las cámaras allí presentes. La elegancia de Aitana Sánchez-Gijón para recibir su Goya de Honor, la extravagancia de Macarena Gómez o la alegría de Melody que se entremezclaban con los clásicos chaqués de los varones presentes en la cita.
Risas, abrazos, confraternización y cercanía de los artistas con los medios allí presentes hacen de esa alfombra roja un espacio único para llegar a ver en sus ojos, expresiones y sonrisas tímidas esos nervios que, para aquellos que no tienen miedo a ponerse delante de las cámaras, salen de manera esporádica al ser alguno de los nominados a un premio. Algo que pudimos palpar en el rostro de Salva Reina, que hablaba con GranadaDigital sobre sus sensaciones previas al inicio de la gala y que rompían en una explosión de sentimientos al escuchar su nombre como ganador del Goya al 'Mejor Actor Revelación'.
Como buena película ha dejado un buen regusto en todos los que, de alguna forma, han vivido todo lo que rodea a un evento tan singular, especial y espectacular, como lo es la ceremonia de entrega de los premios a los mejores trabajos cinematográficos de nuestro país. Un viaje que les hemos contado durante este último mes en GranadaDigital y que no culmina con el fin de la gala, ya que aún queda mucho que ver de lo que este evento ha dejado de poso en la ciudad y en la provincia.
A todo esto, sumar la frase que ha caído en el final del discurso del presidente de la Academia de Cine en su intervención durante la gala: "Nos llevamos las maletas, pero esperamos volver en 2031, cuando Granada sea Capital Cultural Europea". Ahí queda el mensaje.
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