La insociable sociabilidad

CIUDADANÍA VERANO - Paula Santander-16
Foto: Paula Santander
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Aunque el título procede de una frase kantiana, no se trata de una frase que nos lleve a un progreso como lo vería el filósofo. De hecho, este concepto de libertad de Kant es rechazado por Nietzsche, puesto que afirma que el hombre está esclavizado moralmente, sometido a los dictámenes de la tradición, que yo diría del poder; pero para poder avanzar debe abandonar esta moral de esclavo y ejercer la voluntad de poder para ser libre.

Sin pretender dar lecciones morales a nadie, creo que nos estamos alejando de la libertad si no aceptamos que haya diversidad de opiniones, y si dejamos que nos impongan criterios y actitudes que no respetan las diferencias. Lo digo porque no se entiende que la cultura con la educación se politice y esté reñida. Como diría Machado, los valores de la cultura es para y por el pueblo, no debe tener color ni sesgo ideológico que cambie al destinatario.

Lo mismo debe ocurrir en los asuntos del alma, pues consiguen que haya preferidos en los elegidos para tan ilustre misión, y todos debemos ser iguales ante los ojos de Dios en la tierra y ante sus representantes, por lo que se debe atender con equidad, desde las Asociaciones sin ánimo de lucro e instituciones -ya sea dicho de paso, lo digo por Almuñécar donde el bello mar no transparenta lamentablemente la mirada de algunos responsables públicos-, desde los servicios medioambientales, turísticos, culturales y sociales, donde se creen propietarios en vez de servir como referentes para atender mejor las necesidades de pobreza, falta de recursos o mala gestión. Ya que en el aprendizaje y en la enseñanza, según Ramón Bayés, es importante el interior verdadero para que se escuche y para que estemos atentos a lo que está pasando.

De ahí que para mantener la curiosidad y el interés hay que ser crítico, autocrítica para ver qué podemos aportar, pues la verdad absoluta no existe. Hay que sembrar para que los cultivos amplíen el conocimiento y el amor para que el mundo sea mejor y la vida sea independiente. En este sentido, los responsables y gestores públicos deben rendir cuentas y dar un trato cuanto menos exquisito a quienes se deben, pues la rentabilidad económica de sus bolsillos y poder -les guste o no- no debe estar reñida o, mejor dicho, debe estar relacionada con la rentabilidad turística, espiritual y educativa, aunque no sea de su clientela política, pues cuando uno gobierna, gobierna para todos. Juzguen ustedes.