Personas que vale la pena conocer
Seguro que en estos días que hacemos repaso del año y miramos atrás, reconocemos a personas que nos han ayudado, personas que hemos aprendido de ellas, personas que nos han facilitado seguir adelante, personas que se han convertido en prácticamente imprescindibles en nuestra vida o en nuestro trabajo. Son personas que vale la pena conocer, también para el año que viene.
La posibilidad de conocer personas que nos llenen es una alternativa que no debemos olvidar a lo largo de nuestra vida.
Existen personas con las que hemos recorrido todo un camino, en el trabajo o en la vida, piezas fundamentales sin las que no entenderíamos demasiado nuestro pasado e incluso lo que nos está pasando en estos momentos. La influencia de sus hechos, sus palabras e incluso sus gestos han sido determinantes en nosotros.
Si compartimos gustos con una serie de personas podemos pasar momentos inolvidables, pero si no existen valores que nos unan, el tiempo juntos será en vano y no nos aportará lo que realmente necesitamos.
Todas las personas queremos conocer personas para compartir nuestros valores y gustos, opiniones, alegrías y tristezas. Conocer personas nos ayuda a crecer y a conocer el mundo desde visiones diferentes, y eso es lo que todos y todas queremos.
Hay mucha gente alegre que espera cada día más sonrisas o gente triste que le gustaría estar acompañada y con ello contenta para ayudarse mutuamente.
Hay mucha gente diferente esperando a encontrar a otra gente diferente con la que congeniar. Y también hay mucha gente esperando a otra gente para seguir y avanzar.
En psicología online, caracterizan a las personas que merecen la pena y dicen que son aquellas capaces de dar y no de quedarse únicamente a la espera de recibir.
Añaden que se comportan de igual forma con todo el mundo. Y apunta que a una persona también se le puede conocer por cómo es si observas cómo se mueve en sus relaciones sociales.
Es difícil conocer a una persona que merezca la pena de verdad porque es importante que exista reciprocidad, no solo en el amor, sino también, en la amistad. No tiene mucho sentido alimentar un cariño únicamente por una parte. Está claro que si vemos que personas no quieren quedar con nosotros, no podemos (ni probablemente debemos) estar insistiendo eternamente.
Una persona que merece la pena aporta luz a nuestra vida, nos hace sentir mejor, nos ayuda a crecer como persona. Es alguien diferente para nosotros, tiene peso en nuestra rutina diaria desde un punto de vista emocional.
Y además, para que se produzca este efecto maravilloso de conectar y avanzar, no hace falta conocer a esa persona desde hace mucho tiempo. Se puede producir una afinidad potente entre dos personas en muy poco tiempo. Una persona que merece la pena es transparente, una cualidad que genera confianza.
Sabemos por nuestra experiencia que para reconocer a alguien que merece la pena hay que dar tiempo al tiempo porque a veces, las apariencias engañan.
En ABC bienestar apuntan a 10 cosas que ayudan a entender que las personas merecen la pena:
1. Se alegran por aquellas cosas que a nosotros nos hacen feliz.
2. Se mantienen a nuestro lado tanto en los buenos como en los malos momentos.
3. Nos dicen lo que piensan (aunque sea contrario a lo que pensamos) con asertividad y empatía y disfrutan con nosotros.
4. Respetan nuestros límites y nos saben escuchar
5. No desean acaparar todo nuestro tiempo, entienden que tenemos otras personas o cuestiones en la vida que hemos de atender.
6. Nos dedican tiempo de calidad.
7. No nos juzgan o critican de manera destructiva y saben respetar nuestros silencios.
8. Asumen sus errores, disculpándose por ellos y movilizándose para cambiar aquello que desequilibre la relación.
9. Podemos confiar en ellos. No se dedican a contar a los demás aquellas cosas que les compartimos.
10. Nos animan cuando decaemos en la consecución de algún objetivo o cuando dudamos de nosotros mismos en algún aspecto de la vida. Y nos enseñan a reírnos de nosotros mismos como ellos son capaces de hacerlo.
Intentemos cuidar, en cada paso, nuestra forma de conectarnos con los demás para que nuestros vínculos sean lo más limpios posible. Aprendamos a dejar ir aquellas relaciones que han terminado hace mucho tiempo, en vez de esforzarnos por seguir sosteniendo algo que ya no quiere ser sostenido.
No te empeñes en ser conocido, sino en ser alguien que vale la pena conocer. Y huyamos de personas que apagan nuestra sonrisa.
Cuidemos, mimemos, cultivemos nuestras relaciones con personas que nos llenan, porque vale la pena conocerlas.