Las redes sociales pueden ayudar a mejorar la salud
Se habla mucho de los efectos sobre el comportamiento de la salud y los resultados de salud de la comunicación basada en Internet y las redes sociales entre profesionales de la salud y pacientes con enfermedades crónicas.
La comunicación entre el paciente y el profesional se implementa no solo en la consulta, sino también a través de aconsejar y recetar links, blogs, webs que en combinación de las dos ayuda a mejorar el autocuidado de la salud. Hay poca evidencia sobre si es una herramienta útil para los pacientes con enfermedades crónicas para apoyar su autocuidado y aumentar la efectividad de las intervenciones, pero es evidente que en algunas de las cosas que si está claro es que mejora la salud percibida, tienen mayores conocimientos sobre su enfermedad, perciben una mejora de su bienestar social, afirman haber aumentado sus contactos sociales, se sienten más cómodos en la relación con sus médicos y enfermeras, aceptan mejor su enfermedad, se sienten más confiados con el tratamiento, reciben un mayor apoyo social, gestionan mejor las emociones, obtienen mejoras en su calidad de vida, combaten el aislamiento social fomentando la autonomía de los pacientes con enfermedades crónicas, ofrecen resultados positivos de adherencia al tratamiento o ayudan a no abandonar su tratamiento.
Vale la pena destacar que internet es un recurso excelente, donde los pacientes no solo buscan información, sino también apoyo emocional. Lo importante no es tanto saber, sino tener la cuenta de Twitter, de Facebook o de Instagram del que sabe. Porque las personas son las que llenan de vida las redes y la tecnología conecta a las personas.
El conocimiento de los pacientes sobre su enfermedad crónica aumenta claramente con la información en redes sociales y además aprecian poder comunicarse con sus profesionales. No solo tenían preguntas específicas, sino que también querían comunicarse acerca de sentirse enfermos. En dos estudios se demostró una disminución de las visitas al médico. Se encontraron aumentos en el autocontrol/autoeficacia para pacientes con dolor de espalda, disnea e insuficiencia cardíaca. Se mostraron resultados positivos para la salud en 12 estudios, donde mejoraron los resultados clínicos para pacientes diabéticos y para pacientes asmáticos. Los síntomas físicos mejoraron en cinco estudios. Cinco estudios generaron una variedad de resultados psicosociales positivos.
Es evidente con estos resultados que los pacientes busquen la relación entre pacientes y con los profesionales también en internet. Los pacientes están dispuestos a participar y están tomando la iniciativa de discutir temas de salud con sus profesionales. Elena Huelva (@elenahuelva02), recientemente fallecida, había destapado ese valor terapéutico de las redes sociales. Y decía entre otras cosas que la influencer había encontrado apoyos en Twitter e Instagram. Todo ello me recordó a Pablo Råez (@Srraez).
Mientras que por una parte tenemos esta visión positiva. Por otra, las redes sociales no ayudan. Alientan un estereotipo inalcanzable. Hay pacientes que se tienen que desinstalar Instagram por sentir que era dañino. Estas plataformas juegan un papel mantenedor del TCA, con minimundillos, donde se frivoliza con algunos temas como el de los trastornos de la conducta alimentaria. El efecto de las redes sociales ha provocado en estos tiempos de pandemia que los casos aumenten un 20% y hayan empeorado los 400.000 que ya existían, todos perjudicados también por el difícil acceso al sistema sanitario. Pero también conocemos experiencias de que instagram ha sido de gran ayuda para pacientes con anorexia o bulimia.
Como casi todo, las redes sociales no son buenas o malas en sí mismas, tienen beneficios y riesgos. Lo que sabemos también es que se puede hacer un uso bueno o malo de las redes sociales. 2 de cada 3 personas percibe tanto beneficios como riesgos en las redes sociales. Un estudio mostró que la participación en facebook llegó a duplicar la petición de pruebas de vih entre personas en riesgo. También que un 60% de los médicos considera que las redes sociales son una excelente vía para brindar una mejor atención médica a los pacientes. Y que los beneficios de ls redes sociales van desde el incremento de la interacción con otros usuarios, de tener una información más personalizada, de aumentar la accesibilidad a la información, entre otras, a la existencia de una falta de heterogeneidad y de veracidad de información en muchos casos, con exceso de ruido y falta de voces autorizadas. También hemos leído que uno de cada cuatro jóvenes ha sido víctima de ciber acoso con mensajes en WhatsApp (66,9%), Instagram (53,1%) o TikTok (48,6%. O que la información errónea en las redes sociales puede tener efectos adversos en la salud pública (de 1000 tuits analizados que contenían la planta antibiótico, en 345 aparecía también la planta gripe y en 302 la palabra resfriado, patologías que es evidente que no deben tratarse con antibióticos. O todo el gran tema de los bulos que en esta pandemia se han multiplicado por muchos 0. El incremento en los últimos años de las fake news y la difusión masiva de teorías conspiratorias como los anti-vacunas y demás pseudociencias, han encontrado en las redes sociales un terreno fértil) y apostemos por una corriente que ya forma parte de nuestras vidas y fomentemos su parte positiva.
Por tanto, algunos de estos riesgos son la desinformación, el incremento de posibles situaciones de acoso o ciberacoso, la reducción de la práctica de habilidades sociales, o la necesidad de aprobación y aceptación a través del número de likes o seguidores y su impacto en la autoestima, entre otros. Sin embargo, también existe una faceta positiva en el impacto que tienen las redes sociales en la actualidad, sobre todo desde una perspectiva educativa y de investigación.
Uno de los impactos que tienen las redes en nuestra sociedad es que nos permiten interactuar, así como compartir conocimiento y formar comunidades. Buenos ejemplos son @luciamipediatra en Instagram o @boticariagarcia. En los últimos años, las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos, comunicarnos o recoger información. Un tercio de toda la población mundial se considera usuario activo en redes sociales. Apostemos por mitigar los efectos negativos (el efecto Dr. Google ha tenido efectos negativos también). Y avancemos en lo que nos puede aportar en consulta, en apoyo y en información.
Las redes sociales son de gran ayuda (y en momentos para todo lo contrario). Para ello, es necesario recordar:
- Elijamos bien los mensajes
- Pensemos a largo plazo
- No olvidemos segmentar: todo no vale para todos. Todo no vale en todas las redes sociales
- Copiemos a los mejores
- Tengamos Cleo que a veces lo diferente triunfa
- Busquemos aliados
- Busquemos las páginas recomendadas por profesionales o por instituciones
- No compartamos lo que nos envía un amigo o un familiar antes de cotejarlo
- Tengamos claro que las redes sociales y la información 2.0 es sólo una parte de la estrategia
- Convirtamos las nuevas tecnologías en nuestras aliadas y no en nuestras enemigas
Comunicación, conversación, colaboración y cocreación.
Estamos aprendiendo. Aunque aprendamos a mirar las cosas desde una perspectiva distinta.