Se nos fue
Octubre siempre me ha parecido un mes especialmente importante y relevante. Ciertamente, si echamos la vista atrás y revisamos y repasamos la historia nos daremos cuenta de ello y podremos observar el porqué de mi parecer. Todo ello, claro está, sin desmerecer al resto de meses del calendario.
Un 12 de octubre de 1492, a las dos de la madrugada el marinero Rodrigo de Triana gritó "¡tierra!" desde la carabela Pinta. Se acababa de descubrir el Nuevo Mundo. Este descubrimiento condicionaría la evolución política, social y económica de los siglos venideros.
También en el mes de octubre de 1931 se concede el voto a las mujeres en España, derecho del que jamás habían disfrutado hasta entonces.
Allá por 1714 se aprobó la creación de la Real Academia de la Lengua Española, con su lema “limpia, fija y da esplendor”, también en un mes de octubre.
Más cercano tenemos, en 1962, el lanzamiento del primer single 'Love me do' de 'The Beatles'. Esto marcaría el inicio del fulgurante ascenso para el grupo británico mostrando que una nueva savia inocente y descarada a la vez, que no le temía a nada, comenzaba a despertar y luchar por abrirse camino. También John Lennon, miembro y fundador, nació, precisamente, un mes de octubre.
La firma del Tratado de la Haya en 1698, que pondría fin al Imperio Español. El 'martes negro' de 1929 que llevó a la bolsa de EEUU a desplomarse y al mundo industrializado a la 'Gran Depresión'. La norma, en 1843, por la cual tomó carta de naturaleza como bandera nacional la que tenemos hoy en día en España. El envío, en 1969, del primer mensaje desde un ordenador a otro situado a 500 Kms en los Estados Unidos. También, en 1850, se inauguraron oficialmente las Cortes Españolas.
Todos estos acontecimientos tuvieron lugar en un mes de octubre.
Y se preguntarán por qué fijarme entre todos los meses del año precisamente en este. Pues porque es, también, el de mi nacimiento y el de muchos familiares muy cercanos y eso, quiérase o no, influye en querer conocer, al menos por mi parte, qué hechos relevantes o qué personajes históricos nacieron o murieron en este mes y demás curiosidades relativas a él.
A todos estos acontecimientos, efemérides, natalicios y obituarios, he tenido que añadir uno que, por desgracia, me resulta muy triste y que ha empañado de alguna manera la celebración de mi cumpleaños.
Tres días antes de la celebración del mismo, el pasado día 13, se nos fue nuestro querido y admirado Jesús Candel, nuestro Spiriman.
Y digo “se nos fue” porque se nos ha ido a todos un poco con él. Todos lo consideramos -o así quiero creerlo- como algo nuestro.
Tuve la ocasión de conocerlo personalmente y hablar de manera informal con él unos escasos 5 minutos en las puertas del Hospital Ruiz de Alda, cuando estaban en plena ebullición sus –nuestras- reivindicaciones. Tengo, en algún rincón de mi ordenador, una fotografía con él ese mismo día.
Fue la típica conversación en la que no se dice nada pero se dice todo.
Con él tengo en común mi rebeldía ante lo injusto y mi carácter reivindicativo y de desaprobación o disconformidad ante ciertas cosas, hechos o actos. Salvando, eso sí, la grandísima distancia que existe entre él y yo en ese sentido.
Felicitaciones, ánimos, fuerza, unidad, rabia y esperanza, todas esas emociones y sentimientos surgieron en esa corta charla.
Aun así recuerdo especialmente una frase que me dijo en aquella conversación: "Juan Carlos, siempre que se pueda hay que luchar, el derecho a la protesta es nuestro".
Por aquel entonces él estaba pletórico de energía y arrojo, sabiendo que tenía detrás a todo un 'ejército popular' apoyándolo.
Yo estuve presente en todas las manifestaciones a las que pude asistir y que convocó para evitar el flagrante atropello al que nos quería someter la Junta de Andalucía, dejando a Granada, una vez más, descabezada. Esta vez en el ámbito hospitalario.
Jesús Candel ha sido, sin lugar a dudas, la persona más determinante de los últimos tiempos para nosotros los granadinos y para la ciudad. Ha conseguido más y ha hecho más por ella que ninguno de los muchos políticos a sueldo que tenemos. Solo puedo darle las gracias por ello y elogiar su grandeza, valor y coraje.
Cuando este pasado día 14 de octubre, se convocó vía redes sociales, una concentración en Puerta Real en su memoria no pude, por más, que asistir a ella.
Tres mil personas nos reunimos allí según estimaciones de la Policía Local.
¿Recuerdan ustedes cuando hace un par de artículos les decía que en materia de servicios públicos teníamos lo que nos merecíamos por nuestra pasividad, por el “ya lo arreglará otro”, por nuestra falta de movilización? Pues esa sensación me volvió al pensamiento cuando estuve en dicho acto. Una vez más, el apoltronamiento de la sociedad granadina hizo acto de presencia bajo mi humilde opinión.
¡Treinta mil! ¡Qué digo treinta mil!, ¡trescientas mil personas deberían haberse concentrado allí! ¡Toda la provincia si fuese necesario!
No estuvieron, bajo mi punto de vista, ni mucho menos los que en número y en justicia se deberían de haber reunido. Mucho profesional sanitario, por los diálogos que pude escuchar entre los que estábamos allí y por mis conversaciones con algunos y algunas de los presentes. También ciudadanos que no tienen nada que ver con la sanidad.
Pero aun así, me reitero, lejos, en número, de lo que a Jesús y a su persona le debemos los granadinos.
Tenemos la capacidad y el defecto de olvidar pronto. Estoy seguro que con Spiriman eso no va a ocurrir pues, además de conseguir la no discriminación de Granada en materia sanitaria, visionó y llevó a cabo, en sus últimos tiempos de vida y cuando la enfermedad se cebaba con él, un gran proyecto de futuro. No fue otro que la de aportar a su legado una nueva visión en la forma de afrontar esta tremenda y cruel plaga llamada cáncer. A esta idea le puso nombre y fundó la UAPO (Unidad de Ayuda al Paciente Oncológico).
De nuevo, GRACIAS.
Cuando está tan en boga el hecho de cambiar nombres de calles o de suprimir de ellas, por diversos motivos, el de algunas personas o personajes históricos, es hora de hacer justicia.
Desde aquí reclamo, firmemente, al Ayuntamiento de Granada que nombre hijo predilecto a Jesús Candel incluyendo su nombre al de una calle de relevancia. También demando a la Junta de Andalucía que el Hospital del PTS reciba su nombre.
Nadie como él merece tanto ese reconocimiento.
Vamos a ver si los representantes políticos de ambas instituciones son capaces y tienen la determinación y la valentía que tuvo Jesús Candel, apartando intereses particulares, cobardías y servilismos necios de partido, para hacer que su memoria perdure más allá.
Granada le debe mucho a Jesús Candel, los granadinos también.
Allá donde esté, doctor Candel, mil gracias, de corazón.
Comentarios
3 comentarios en “Se nos fue”
FRANCISCO
19 de octubre de 2022 at 09:32
Fabuloso,me encanta el articulo
El autor
19 de octubre de 2022 at 12:44
Muchas gracias D. Francisco
Luisa P.
6 de noviembre de 2022 at 10:30
Por desgracia "se nos fue", pero gracias a ti con este artículo por seguir dando a conocer la fundación UAPO. Tiene que llegar a muchas personas para que este proyecto por el que Jesús luchó siga aumentando día a día. Siempre estará en nuestros corazones, entregó su vida por su Granada. Ojalá muchas más personas como él.