Los patinetes de Granada, entre los más caros del país

La tarifa fija de 28 céntimos por minuto de uso es superior a la establecida en otros lugares del territorio nacional que también cuentan con este servicio

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Varios patinetes eléctricos aparcados en Granada | Foto: David García
Chema Ruiz España
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El servicio de alquiler de patinetes eléctricos de Granada se encuentra entre los más caros del país. La iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento, operada por Superpedestrian, tiene una tarifa fija de 28 céntimos por minuto, más otro euro por desbloquear el vehículo, lo que la sitúa entre las más caras de las que se ofertan en España. Circular durante cinco minutos por la ciudad supone un desembolso de 2,4 euros; hacerlo durante un cuarto de hora se va hasta los 5,2 euros. Media hora de uso de este servicio eleva el coste hasta los 9,4 euros. Unos precios que, incluso, rebasa el fijado en otras ciudades en las que trabaja la misma empresa.

Superpedestrian opera, además de en Granada, en Málaga, Vélez-Málaga, Torre del Mar y Madrid. En la capital malacitana la tarifa de uso de los patinetes es de 0,23 euros por minuto, más el euro inicial por desbloquear el vehículo, mientras que en los otros dos municipios de la provincia vecina el coste por minuto se eleva a 25 céntimos. Aún menor es en la capital española, donde la tarifa cae a los 22 céntimos por minuto sobre el patinete. Se trata de una diferencia de entre seis y tres céntimos por cada 60 minutos de uso, que en media hora equivale a un coste entre 1,8 y 0,9 euros menor.

La diferencia en el precio es mayor cuando se compara con las tarifas de otros puntos geográficos del país. En Madrid, que cuenta con varias empresas operadoras de este servicio, se puede llegar a usar un patinete eléctrico por 12 céntimos al minuto, más un euro por desbloquear el vehículo, si se emplean las unidades de Jump, perteneciente a Uber. La tarifa más frecuente es de 0,15 euros por cada minuto de uso, fijada por Reby, Euskooter -este reduce el desbloqueo del vehículo a 95 céntimos-, Bird, y Bolt -esta última, solo en algunas de las capitales en las que opera-, en ciudades como Cádiz, Sevilla, Madrid, Zaragoza, Barcelona o Gijón.

Hasta los 25 céntimos por minuto se va la tarifa de Voi en Madrid, Málaga y Sevilla, de Bolt en el resto de sus ciudades y de Lime, también en algunos de los lugares en los que opera. Tier, que trabaja en Málaga y Tarragona, ha fijado un coste por minuto de 23 céntimos, si bien su precio de desbloqueo se ubica en 1,20 euros, el más alto de las empresas consultadas. El servicio más caro por minuto sería también de Lime, que en Madrid se va hasta los 33 céntimos por minuto, con lo que media hora de uso tiene un coste de 10,9 euros.

Quejas de la ciudadanía

En Granada, la iniciativa ha tenido, en principio, buena acogida y la flota de 500 vehículos desplegados por la ciudad se mueve con asiduidad. Sin embargo, el coste del servicio ha provocado quejas entre los ciudadanos, que estiman que es "carillo". "Del Zaidín a la Chana, con semáforos, 15 minutos, 4,20 euros -más el euro de desbloqueo-. Demasiado barato, me gustaría pagarlo más caro…", ironizó un ciudadano en Facebook. "En la mayoría de las ciudades el precio del minuto es de 15 céntimos. En ‘Graná’, a 28 céntimos. Ahí lo dejo", expresó otro, en este caso a través de Twitter.

El mayor problema que está encontrando el proyecto, sin embargo, está vinculado al estacionamiento de los patinetes. En primer lugar, la Asociación Biciescuela Granada denunció que el Ayuntamiento de la ciudad incumple la Ordenanza Municipal de Circulación de Peatones, Bicicletas y VMP al determinar que estos vehículos deben estacionarse en los anclajes destinados a las bicicletas, reclamación a la que se unió el grupo municipal del PP. Por otro lado, las redes se van llenando de imágenes de patinetes mal aparcados o, incluso, tirados por las calles de la ciudad.

El servicio funciona desde el pasado día 10 de octubre en la ciudad, que fue incorporando de forma progresiva los patinetes. Lo hace como proyecto piloto, régimen en el que permanecerá durante, al menos, un año. En este tiempo, se irá evaluando su funcionamiento para tomar una decisión definitiva sobre su implantación y uso.

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