La romería de San Cecilio recupera sus habas y 'salaíllas'

Tras un regreso a medias a causa de la pandemia, en el que solo se celebró la parte litúrgica, vuelve la tradición granadina en su totalidad este primer domingo de febrero

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Romería de San Cecilio en 2022 | Foto: Carlos Gijón
Chema Ruiz España
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La romería de San Cecilio vuelve con habas y 'salaíllas', después de una pandemia que tan solo permitió mojar los labios en miel el pasado año. Solo se celebró la parte litúrgica en 2022, pues la crisis sanitaria todavía coleaba, pero en este primer domingo de febrero Granada recupera la tradición en su totalidad. Un retorno que evoca al más puro origen de la celebración, que nace después de que la peste devastara a la ciudad y su patrón, según la creencia, interviniera para rescatarla.

Se repartirán de forma gratuita 4.500 tortas 'salaíllas', 180 kilos de bacalao troceado, 1.000 kilos de habas verdes de la Vega y 5.000 botellas de agua, para devolver a esta icónica tradición todo su esplendor. La ciudad volverá a peregrinar a la Abadía del Sacromonte para festejar en honor de su patrón, San Cecilio, en una función cívico-religiosa que, en realidad, comenzó esta semana pasada con la preparación del evento por parte de los comisarios elegidos. Esta fase también tuvo su protocolo. Las concejalas Ana Muñoz y Beatriz Sánchez fueron en este año las elegidas como representantes municipales. Fueron recibidas en el umbral de la puerta principal de la placeta de la Cruz de los Canteros por los Reverendísimos e Ilustrísimos Señores Prebendados, nombrados como comisarios por la Abadía para la fiesta. Mantuvieron una reunión y en ella se concretaron los detalles de la fiesta. 

Esta comienza a las 11:00 horas de este domingo, el primero del mes de febrero como manda la tradición. En ese momento, se formará la comitiva de la ciudad para subir a la Abadía del Sacromonte. Los Capitulares del Cabildo Municipal de Granada se reunirán en el Salón Capitular de las Casas Consistoriales, ataviados con un traje oscuros, sus insignias y sus medallas capitulares, mientras el alcalde, además, portará su bastón de mando. Unos quince minutos después, la Corporación Municipal deberá ser trasladada, para posteriormente ser recibida por Ana Muñoz y Beatriz Sánchez.

Nada queda para la improvisación en esta celebración, ni siquiera el orden de la comitiva. Deberá encabezarla el Pertiguero de la ciudad, vestido con ropas de damasco y terciopelo negro del siglo XVII, seguido de los cuatro Porteros municipales, con varas de plata. Estos últimos estarán escoltados por los cuatro Maceros, enfundados en vestimenta de damasco carmesí del siglo XIX y con mazas de plata barrocas. Otros tantos policíass locales de gala, mandados por el jefe del cuerpo policial, acompañarán inmediatamente después, seguidos del alcalde, Paco Cuenca, el policía local que ejercerá de alférez, el responsable de los servicios de protocolo y dos ordenanzas de uniforme. 

Una vez en la Abadía del Sacromonte, engalanada con banderas de España, Andalucía y Granada, Cuenca saludará a las autoridades presentes y todo el mundo ocupará su sitio en la iglesia, previa escucha de los himnos de Granada, Andalucía y España, interpretados por la Banda de Música Municipal. Se celebrará la misa que compone la función religiosa de la fiesta, oficiada por el arzobispo, vestido de pontifical con mitra alta, capa magna y báculo de la época, acompañada de la actuación de un coro que interpretará música religiosa barroca. Será a las 12:00 horas, antes de que tenga lugar el ofertorio de una flor natural y el estoraque, así como incienso en lágrimas, en cajitas de orfebrería, en las que se podrá leer "Granada honra a San Cecilio".

Será entonces el momento de la visita a las Cuevas del Sacromonte y la ofrenda floral tanto al Horno de San Cecilio como a la capilla de la Virgen de las Santas Cuevas, acto con el que concluirá la función litúrgica e iniciará la celebración popular. Tendrá lugar en la explanada, donde se congregarán los granadinos que deseen celebrar esta tradición. Participarán los miembros de la Corporación que lo deseen, mientras que el resto será trasladado a la ciudad en autobuses. Los ciudadanos, mientras, disfrutarán de las 'salaíllas' y las habas como manda la tradición. Un paso más hacia la normalidad que la ciudad ya echaba en falta.