Contrastes climáticos, riqueza patrimonial y 'badlands': los tesoros escondidos de la Granada interior

La comarca de Guadix y sus alrededores ofrecen paisajes y monumentos muy variados y desconocidos para el gran público

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Panorámica general de Guadix, con Sierra Nevada al fondo | Foto: Archivo / Javi Gea
Sandra Martínez
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Granada es tierra de costa y de montañas. Y en su interior es tierra de frío y de zonas desérticas que hacen que sea un rincón de contrastes. La provincia cuna del arte, de poetas y de yacimientos mozárabes presenta una variedad geográfica que, a su vez, le otorga un clima y unas temperaturas muy diferentes. Una muestra de ello es la comarca de Guadix. Situada al norte del Parque Nacional de Sierra Nevada, esta ruta está plagada de terrenos secos y arcillosos famosos por las casas-cueva que sirven en verano para aislarse de las elevadas temperaturas que se registran, y en invierno, para resguardarse del frío. Más conocida como Hoya de Guadix por ser una depresión montañosa, esta comarca se forma en las cuencas de los ríos Fardes y Guadix.

Cuevas de Guadix.

Con una Catedral que da la bienvenida nada más entrar a la urbe, la ciudad es cuna del arte romano, con yacimientos históricos como el Teatro Romano Acci y una Alcazaba reflejo de la civilización hispanoárabe de Al-Andalus. Pero si algo caracteriza a esta zona son las cuevas en las que viven buena parte de su población. Con chimeneas blancas que sobresalen entre la arcilla, son muy valoradas por tener una temperatura de 18º en verano y de 24º en invierno. Pero estos ‘agujeros’ dentro de la tierra no sirven solo como vivienda, también lo hacen como restaurantes o complejos rurales, que además han sido muy demandados desde la llegada de la pandemia.

Los rincones de la comarca

A esto se le une el 'desierto' de Gorafe, municipio perteneciente a dicha comarca, que se caracteriza por terrenos de tipo badlands o tierras baldías propias de zonas áridas. Otro de los rincones más destacados de Gorafe es la famosa Casa de Cristal. Esta refleja la fusión de arquitectura vanguardista, entorno mágico y astroturismo, y es una de las construcciones más destacadas del siglo XXI por ubicar en una zona tan austera una edificación tan moderna.

Casa de Cristal de Gorafe.

Por su parte, las minas de Alquife, el mayor centro de producción de hierro de España en el siglo XIX y XX, es hoy día un lugar para las visitas. Cerca del lugar, se encuentra también el conocido castillo de la Calahorra. Perfectamente conservado, es una obra destacada del renacimiento italiano que data de 1509. Considerado monumento Nacional, aunque está en manos privadas, su interior se puede visitar reservando la entrada con antelación.

Gorafe.

Conocidos por ser tierra de ‘trogloditas’ por vivir muchos de sus ciudadanos en cuevas de arcilla que se han convertido en museos, otro de los lugares que destaca por sus impresionantes vistas es el ‘Mirador del Fin del Mundo’, en Beas de Guadix. Este aporta un paisaje rojizo de un cañón rocoso en el sur de España. Realmente no existe un mirador con plataforma ni nada similar, sino un punto panorámico natural sobre el entorno.

Termas en mitad de este desierto

Aunque fue en el año 25 antes de Cristo cuando el Emperador Agripa el primero en crear las primeras grandes termas de carácter público, su uso se venía haciendo 200 años atrás. Destinados a la meditación, la recuperación del cuerpo y la mente, los balnearios de Alicún de las Torres rompen con las expectativas y dan lugar a un concepto moderno de balneario donde se armoniza la calidad de sus aguas con la belleza y tranquilidad. Algunos estudios vinculan esta zona con la Edad de Piedra ya que cuenta con una acequia natural conocida como El Toril.

Cascada de Alicún.