Granada recupera el ambiente en las calles del centro en la primera jornada de la fase 1

El ir y venir de personas es continuo y, en momentos puntuales, es difícil mantener las distancias de seguridad de dos metros

GRANADA COVID CIUDADANIA FASE 1 - Dani B-4
Gente paseando por la calle Mesones de la capital | Fotos y vídeo: Dani B
Patricia Vázquez
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La jornada de este lunes se ha vivido de una manera especial en la provincia de Granada. Las tiendas han vuelto a abrir, las terrazas de los bares que han decidido abrir se han comenzado a llenar de clientes y, en general, el ambiente en las calles estaba más animado que lo que ha estado durante las semanas pasadas. El paso a la fase 1 ha hecho que los granadinos comiencen a salir más de sus casas para marcar su ritmo de vida habitual con las limitaciones previstas por el Gobierno durante esta etapa del Plan de Desescalada.

El ir y venir de personas en las principales calles del centro es continuo. No es el trasiego habitual, pero en momentos puntuales es difícil mantener las distancias de seguridad de dos metros.

Incluso, hay gente de otros municipios que se han podido desplazar a la capital de la provincia por primera vez desde que comenzara el estado de alarma y que han vivido este momento con mucha expectación ya que "no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar", explica una vecina de Motril que nos cuenta que ha venido a Granada a realizar unas gestiones inaplazables y que "me vuelvo en cuanto termine para mi casa a seguir con el confinamiento porque aún tengo miedo de poder contagiarme".

Las impresiones de los ciudadanos en general son buenas, aunque sí que es cierto que algunos viven con algún temor esta nueva normalidad. "Ojalá no tengamos que volver hacia atrás porque se comentan imprudencias", comenta una vecina de Plaza Nueva.

"Es la primera vez que salgo en dos meses y la verdad es que hay más gente de la que me esperaba. De hecho, aun me cuesta acostumbrarme a ver a la gente con mascarillas por la calle", nos dice otra granadina que encontramos paseando con su padre por el Paseo de los Tristes.

Y es que la nueva normalidad llega a la ciudad con transeúntes cubiertos con mascarillas y guantes, amigos que se saludan sin abrazos ni besos y vecinos que hablan entre ellos a una distancia prudencial para evitar los posibles contagios.