Granada se convierte en la ciudad con el autobús más caro de Andalucía

Tras la reciente subida aplicada por el ayuntamiento, Granada se convierte en la ciudad con los billetes de autobús más caros de Andalucía. Un coste que no se corresponde con la calidad del servicio, tal como demuestra un reciente estudio del Observatorio de Estudios Urbanos, que sitúa al transporte público de la  ciudad como uno de los más insatisfactorios.

Tras la subida ejecutada en el mes de agosto, el precio del billete ordinario del autobús urbano de Granada pasa a ser de 1,40 euros, igualando al precio de Sevilla y quedando por encima de otras grandes capitales como Málaga cuyo billete sencillo cuesta 1,30 euros. En cuanto a los viajes en bonobús, el precio medio es de 0,85 euros variando de 0,83 a 0,87 euros según la cantidad recargada. En todos los casos el precio sigue siendo igual o superior al bonobús más caro de Andalucía, situado en Málaga con un coste de 0,83 euros por viaje.

Cabe recordar que estas subidas son consecuencia de la implantación de la Línea de Alta Capacidad y todos los cambios realizados en el sistema de transporte urbano de la ciudad, que fueron aprobados por el anterior gobierno del PP. Una reforma que además de expulsar a numerosos usuarios del sistema de transporte también deterioro el mismo causando no pocos problemas y molestias a la ciudadanía.

Sin embargo, desde el cambio de corporación tampoco se han introducido cambios o medidas que mejoren el servicio o reduzcan la actual sangría económica, lo que ha acabado llevando a la aplicación de esta subida. Algo a lo que también contribuye el retraso del Metro, que obliga a mantener líneas y servicios que deberían estar ya cubiertas.

En este aspecto desde FACUA Granada espera que el Ayuntamiento de cumplimiento a su promesa de reducir el precio del billete en cuanto las circunstancias lo permitan. Una petición que va acompañada de la exigencia de reclamar a la Junta el pago de cuantas cantidades correspondan por los perjuicios causados a la ciudad y también de la exigencia a la empresa de prestar un servicio de calidad, frente al lamentable estado de la flota y los numerosos retrasos y problemas que sufren las expediciones.