Ser influencer después de los 50: "La edad no se corresponde con las ganas de vivir"
Pilar y Olivia, desde la comarca de la Vega y el barrio del Realejo, demuestran que se puede tener éxito en redes con independencia de los años que indique el DNI
Cuando alguien pronuncia el término influencer, la imagen que uno suele hacerse en la cabeza es la de una persona creativa, extrovertida, expresiva y, probablemente, joven, de entre 18 y 30 años aproximadamente. De hecho, al entrar en Instagram o TikTok y dejarse llevar por las recomendaciones del famoso y misterioso algoritmo, muchas de las cuentas que aparecerán encajarán con este perfil.
Sin embargo, hay quienes se esfuerzan por hacerse un hueco dentro de estas plataformas a pesar de pertenecer a un grupo de población que, por lo general, no se suele asociar con el mundo digital. Es el caso de Pilar y Olivia, dos 'veteranas' que desde la provincia de Granada utilizan las redes, sobre todo Instagram, para compartir su modo de ver la vida y conectar con personas con sus mismos intereses.
Pilar, apasionada del ajedrez y community manager de varias empresas, nació en Málaga, aunque desde hace mucho tiempo reside en la comarca de la Vega de Granada. A sus 58 años, su perfil de Instagram (@jovenalos50) ha reunido a más de 37.000 seguidores desde que lo abriese en 2018. Por su parte, Olivia, trabajadora autónoma nacida y criada en el barrio del Realejo, en la capital de la provincia, explica que lleva dos años dedicándose diariamente a su perfil (@olipope44), consiguiendo casi 15.000 followers hasta el día de hoy.
La biografía de la malagueña ya permite anticipar la idiosincrasia de su contenido: "No es la edad, es la mental-edad", reza la descripción de su perfil. Preguntada por la temática de sus posts, los define como "muy variados", pero explica a GranadaDigital que intenta "que lo que ponga sirva para influenciar en el estado de ánimo de quienes me sigan o pasen" por su perfil. "Yo tengo mis achaques propios de la edad, pero compartir algo que me pasa o leer a otras personas que están como yo hace que nos animemos mutuamente", sostiene.
Por otra parte, la realejeña se define como "una persona muy normal, muy trabajadora" y detalla que sus publicaciones suelen ir más enfocadas a la moda. "Para las mujeres, creo que los 50 es la mejor etapa que tenemos. Yo tengo 55 y me dedico a ese tipo de personas, a gente normal, que trabajamos y sacamos un rato para las redes. La mayoría de personas que me siguen son de aquí, de Granada. No tengo muchas expectativas", admite Olivia.
Los comienzos de ambas influencers en el mundillo son bastante similares. "Cuando pasé de los 50 me vine abajo, me dio un bajón de los grandes y mi hija me propuso que me abriera una cuenta en Instagram, y entonces me empecé a animar compartiendo mis cosas y leyendo a los demás. Me metí en un mundo en el que vi que las mujeres de mi edad estaban estupendas y eso me motivó mucho. Yo tengo muchísima vitalidad y veía que mi edad no correspondía a mis ganas de vivir", describe Pilar.
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Por su lado, Olivia cuenta que su inicio como creadora de contenido estuvo marcado por su intervención en una prestigiosa cadena radiofónica: "Tuve un golpe de suerte, porque me conoció mucha gente a partir de Los 40 Principales, por una entrevista que me hicieron Cristina Boscá y El Gallo. Mandé un audio contando cómo a partir de una menopausia brutal se me cayó el mundo, pero decidí dar el paso, apuntarme a un gimnasio y dedicarme a las redes. Escucharon mi historia y les interesó, y mucha gente me conoció gracias a eso".
La granadina considera que la fortuna tiene mucho que ver con el éxito en plataformas digitales. "Las redes son un golpe de suerte, haces cualquier tontería y te disparas", apostilla.
Sin embargo, ganar seguidores no es tan sencillo. Pilar, que asegura que en algunos momentos ha llegado a tener más de 40.000, explica que el algoritmo que utiliza Instagram para recomendar perfiles se rige por una serie de parámetros que es necesario cumplir para conseguir una mayor difusión. "Si publicas una foto, tiene que tener 50 likes en los primeros 5 minutos, debes subir un mínimo de posts cada semana y responder a los comentarios en menos de una hora, entre otras cosas, y eso me desanimó porque costaba mucho conseguir seguidores", relata la malagueña, que aun así le dedica más de dos horas diarias a su perfil después de trabajar.
Aún así, Olivia cree que las influencers de su edad lo tienen más fácil que la gente joven. "Al principio creía que sería más complicado, pero en realidad es al revés, las personas de más edad no tenemos tanta competencia. Gente de 18 o 20 años hay a puñados, pero de más de 50 no tantos. Tenemos una edad buenísima y creo que es más sencillo triunfar a esta edad. Basta con tener ilusión y constancia", sentencia.
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Los creadores de contenido más jóvenes tienen muchos referentes en los que mirarse, aunque Olivia afirma que no necesita nadie en quien reflejarse a la hora de elaborar sus posts. "Yo no me fijo en nadie, me inspiro en mí y en mis tonterías", afirma, aunque Pilar no piensa de la misma manera: "Yo siempre entro en muchos perfiles que no tienen por qué ser de mi edad, también miro a mujeres más jóvenes, hay prendas que se ponen ellas pero que yo también me puedo poner, claro que sí. Si te metes en ciertos hashtags como '#over50' ves a muchísimas personas de mi edad".
Las colaboraciones con marcas, "un pequeño aliciente"
Pese a que las cifras de seguidores que manejan Pilar y Olivia están lejos de las grandes creadoras de contenido del país, son muchas marcas las que trabajan con ellas. Estas colaboraciones, normalmente, surgen a partir de un acercamiento por parte de la influencer a la compañía. "Siempre tienes que estar detrás de las empresas, es duro. Tienes que enseñarles tu feed y pasarles estadísticas, es complicado pero no imposible. A no ser que seas una María Pombo, te tienes que mover mucho", explica Olivia, embajadora de Shein.
Al mismo tiempo, Pilar afirma que no colabora con cualquier marca: "Algunos trabajos los rechazo porque no me interesa que me asocien a cierta empresa. Por ejemplo, una marca de champús y productos capilares intentó que les hiciera publicidad pero a mí esa marca no me gusta, y tengo que ser honrada y por eso no se la voy a enseñar a mis seguidores".
Se trata de unas colaboraciones en las que las 'microinfluencers', como ellas se autodenominan, hacen promoción de un producto que las marcas les regalan para que lo enseñen en sus perfiles. Al margen de eso, Olivia explica que muchas de las compañías también acompañan esa asociación con una pequeña retribución económica, aunque confiesa, entre risas, que "no da ni para declararlo a Hacienda".