"Cuando hay un corte, mi hijo se queda inmóvil por el miedo"
Alhambra María, madre de tres niños, lamenta que los pequeños viven "muy tristes" por una situación, la de la zona Norte de Granada, que califica como "indignante"
Alhambra María Capilla, poco antes de que la plazoleta en la que vive se suma en la penumbra, desvía la mirada hacia sus tres hijos y reflexiona. "Cómo les está influyendo ese día a día que estamos viviendo con ellos", exclama. No es una rutina común, y el ritual diario de la más pequeña de los tres hermanos, que acaba de cumplir tres años, lo refleja. "Cuando venimos de la calle, lo primero que hace es darle al interruptor. Cuando ve que tenemos luz, se pone a hacer fiestas. Da palmas y se pone muy contenta", detalla su madre. El mediano resopla aliviado. "Está ahora con los miedos, así que, cuando hay un corte, se queda inmóvil, llorando, asustado", expone.
Los cinco integrantes de su familia, asegura, viven "muy tristes", aunque sobre todo le pesan sus hijos. "Lo pasan muy mal", lamenta. "Imagina venir del parque, que los niños se lo pasan bien allí y vienen sucios. Dirías 'ahora cojo, los meto en la ducha, se acuestan calentitos, con su comida caliente… Pero no puedo", se apena. Todo en su casa es eléctrico, por lo que la vida se les interrumpe cada día. A veces, un rato; en otras ocasiones, horas. Ha habido incluso días de apagón. "No les puedo duchar, así que se tienen que acostar sucios o les tengo que lavar con agua fría. No pueden cenar caliente", ejemplifica.
"Tienen que cenar bocadillos fríos. Mi niña me dice 'mamá, ¿otra vez?'", profundiza Alhambra María. Antepone siempre a sus tres niños, pero ni ella ni su marido escapan de esta coyuntura. "Él se va a trabajar a las seis de la mañana. Viene a las nueve de la noche y se encuentra que no puede comer caliente, ni se puede duchar ni meterse en el brasero con calor. ¡Viene helado!", relata, aunque sabe que con sus palabras no llega a trasladar en su totalidad la crudeza de la situación. "¡Esto es para vivirlo, sufrirlo!", sostiene, pues "no hay derecho a esto, que ni en tu casa puedas estar a gusto".
La vecina de la zona Norte de Granada recuerda con incredulidad una circunstancia que le permite contextualizar el caso de su barrio. "Mi marido es de Senegal y el año pasado estuvimos allí viendo a la familia. A través de WhatsApp, yo iba siguiendo la situación de mis vecinos. No se nos fue ni un día la luz y a ellos se les fue todos los días. Luego decimos de países tercermundistas", compara, acerca de una condición que resulta "indignante". "Solo le decimos a Endesa que nosotros pagamos luz, no queremos que nadie nos regale nada. Estamos pagando por un servicio que no nos están dando", reclama.