El granadino invitado a la inauguración presidencial de Donald Trump
Luis Miguel Poyato, empresario afincado en Miami desde hace 14 años, acudió a la celebración tras la investidura del presidente de los Estados Unidos
La oficina de Luis Miguel Poyato (Granada, 1986) en Miami tiene dos ventanas. Una, tan amplia que ilumina todo el despacho, proporciona vistas al puerto. La otra, un cuadro apaisado de la Alhambra que da directamente a sus raíces. "Eso lo tengo que ver todos los días, tengo que tenerlo delante. No me puede faltar mi ‘Graná’", sonríe al otro lado del charco, antes de confesar que pretende decorar su espacio de trabajo con motivos de su tierra y guiños políticos. Vive en Estados Unidos desde hace 14 años y es, desde julio de 2016, ciudadano americano en toda regla. "Esta es la tercera vez que voto por Donald Trump", recuenta, todavía fatigado tras dormir solo dos horas, aunque sin poder esconder la ilusión en su rostro. La noche anterior la pasó rodeado de algunas de las personalidades más influyentes del planeta. En un lujoso salón, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos…, y él. El único granadino invitado a la inauguración presidencial del reelegido máximo dirigente de la gran potencia mundial. "Fue una experiencia inexplicable, todo un honor", sostiene.
"Yo estaba totalmente en lo cierto", hace una pausa justo antes de relatar la historia que le llevó a la prestigiosa lista de invitados del presidente de los Estados Unidos. Rebusca en la hemeroteca y rescata su última entrevista con GranadaDigital, en enero de 2021, tras el asalto al Capitolio. "Lo que pasó en aquel momento fue un intento de golpe de Estado por parte de los demócratas. Se aprobaron 10.000 soldados de la guardia nacional para dar protección y Nancy Pelosi los rechazó. Fue una auténtica vergüenza y un engaño. Se eliminaron pruebas y Biden lo perdonó a unos minutos de dejar el poder. Y avisé: ‘en 2024, Donald Trump va a arrasar como nunca’", recuerda, orgulloso del cumplimiento de su vaticinio tres años después. Porque esa victoria en las últimas elecciones es la que le situó en la noche del pasado día 20 en la que, considera "que ha sido la cena donde había más concentración de gente importante de toda la historia de la humanidad". Y todo, asegura, "así, de casualidad".
Luis Miguel se crió en La Chana y vivió en Plaza Nueva, Monachil y el barrio del Realejo antes de poner millas de por medio con su ciudad -eso sí, sin despegarla de su corazón-. "Mi madre es panadera y mi padre arregla tejados. Me he criado en Granada toda la vida", recalca desde su oficina, donde las reuniones en espera se le van amontonando mientras atiende a este diario. "He tenido la suerte de hacer amistades con gente, de casualidad totalmente -insiste-, de salir a tomar unas copas e ir a cenar, a la playa y demás, ¡sin yo saber que estaba en la política! Como soy una persona a la que siempre le ha interesado el tema y ellos eran congresistas, senadores y demás, pues empiezas a conectar" explica. Una relación que se fue estrechando con el paso del tiempo y que le permitió ampliar la agenda de contactos selectos casi sin darse cuenta. "Empiezas a conocer… Este va a ser el embajador de no sé qué, este va a ser congresista… Y cuando quiero acordar, me encuentro yo, un ‘catetico’ de ‘Graná’, que conoce a todo el Gobierno de Estados Unidos", bromea.
Una invitación a los eventos
Todo ello le fue acercando poco a poco al Partido Republicano. "Yo soy afiliado, por así decirlo. Así se llamaría en España. Aquí es un poco diferente, pero he participado activamente con el partido siempre", aclara. "Siempre he seguido a Donald Trump, he estado estado dándole pleno apoyo desde el principio, participando en la campaña, colaborando en todo lo que he podido, en los eventos… También he hecho un poco la labor de estrechar las relaciones con el que, para mí, es el partido político más sensato en España, que es VOX. Este verano llevé un departamento congresional para empezar las relaciones, sabiendo que el Gobierno iba a cambiar en Estados Unidos. Lo que quería era, de entrada, que el Gobierno de Trump empezara las relaciones con Santiago Abascal", detalla, todavía "agradecido" por la posibilidad de haber acudido a la inauguración presidencial.
Para ir a este evento, los empresarios más poderosos contribuyen con sumas millonarias. La otra manera de poder acudir es contar con la propuesta de alguno de los asistentes. "Gracias a mi amistades, tuve la suerte de poder asistir a estos eventos", señala, aunque para poder acudir no solamente requería una invitación. "No es solamente lo que visteis. La toma de posesión inicialmente iba a ser fuera, en la explanada del Capitolio, pero lo cancelaron. Dicen que por motivos meteorológicos, pero fue por motivos de seguridad", desvela, crítico con la gestión de Biden. "Ahí sí estaba yo invitado, pero al final se concentró solamente en el Capitol Building, donde hay un espacio muy limitado", precisa.
El Starlight Ball
Pero todo lo que envuelve a la inauguración presidencial va más allá de la toma de posesión del presidente -la tradicional imagen en la que jura el cargo ante miles de personas frente al Capitolio-. "Hay diferentes eventos. En algunos, si no vas invitado por alguien, el valor de la entrada es superior al millón de dólares. Yo he tenido la suerte de ir invitado, porque soy una persona normal y corriente, no soy un millonario ni nada de eso. Son cenas muy selectas, aquí estaba la créme de la créme", puntualiza. Luis Miguel presenció ese momento y el discurso de Trump en un restaurante, junto a varios amigos "que van a tomar diferentes puestos políticos". "Después de eso, nos cambiamos y nos fuimos a varias de las galas", narra.
La última parada fue el Starlight Ball, el colofón a la jornada de investidura en Estados Unidos. "Era simplemente unos aperitivos, bebida… Toda la gente estábamos hablando, conociéndonos unos a otros… Trump Estuvo solamente como unos 20 minutos, porque venía de otros cuatro o cinco actos previos. Hizo el baile con Melania, salió toda la familia… Fue un evento bastante bonito. Además, estuvo firmando como 200 órdenes ejecutivas. Ese hombre tiene una energía sin límite", reseña una cita que se alargó hasta las 2:00 horas.
"Donald Trump ha conseguido agrupar allí a toda una masa de gente que antes estaba en su contra. Ha agrupado a todo el poder real del sector privado. Tuve la suerte de estar y conversar con mucha gente. La verdad es que fue impresionante", exterioriza. Abre entonces un cajón y muestra varios recuerdos: la gorra de la campaña, con el lema Make America Great Again, algunas de las acreditaciones que le permitieron el acceso a las distintas citas, el menú… e, incluso, las servilletas, serigrafiadas con el logotipo del Gobierno de Estados Unidos. "Para mí, estar allí ha sido una experiencia, la más importante e impresionante de mi vida", sostiene, convencido de que "el mundo va a cambiar radicalmente para bien" bajo el mandato del candidato republicano.
"Le he seguido desde el principio. Me parece la persona más sensata del planeta. La gente no es consciente todavía del agradecimiento tan grande que debemos tenerle", asevera. "He tenido la ocasión de conocerle personalmente", revela Luis Miguel Poyato, quien le define como "un hombre extraordinario". Y entre los elogios, todavía con la emoción a flor de piel, expone un anhelo. "Yo tengo un sueño: que antes de que Donald Trump termine su mandato, en 2029, tiene que sacar la bandera de Granada el día 2 de enero y el pendón. No sé cómo, pero lo voy a conseguir. Y que visite la ciudad".
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