Guardias Civiles Solidarios, diez años volcados en ayudar "donde otros no llegan"

Hace ya diez años, en 2014, se puso en funcionamiento la Asociación Guardias Civiles Solidarios (AGCS) en Granada. Un grupo de compañeros agentes de la Guardia Civil que antes de la creación de la asociación se iban “para ayudar cuando había un maremoto, un terremoto o un conflicto bélico” decidieron, “tras hacer tres o cuatro campañas grandes, montar la ONG”. Jose Cabrera, su presidente, cuenta que él y otros dos compañeros de Granada y Motril pusieron dinero “para registrarla y comenzar”. “Empezamos desde Granada y aquí seguimos. Actualmente, y desde el año pasado, hemos alquilado una nave con opción a compra cuatro años, en Vegas del Genil, en el Polígono ‘El Fresno’. Ahí tenemos nuestro almacén, una nave de 470 metros cuadrados que, por cierto, no hemos gastado un montón de dinero en adaptarla a la normativa de incendios. Desde ahí ya están saliendo las campañas que vamos haciendo”, asegura.

Desde que Guardias Civiles Solidarios inició su andadura hace 10 años han realizado 500 campañas de ayuda, tanto a nivel nacional como internacional. Cada año fijan una campaña a nivel internacional, en cualquier país que necesite ayuda, según explica Jose Cabrera. “Desde que comenzó la guerra de Ucrania, colaboramos con este país. Hemos hecho ya 25 campañas de ayuda allí”, comenta. “También hemos construido un pozo en Mali y un colegio. Antes era una campaña internacional al año, pero el año pasado se nos fueron a cuatro”, apunta.

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La campaña de ayuda en Ucrania continúa y desde Guardias Civiles Solidarios hacen los envíos que les solicitan desde el país de Europa del Este, que sigue en guerra. “Si nos piden, por ejemplo, material médico, pues lo buscamos y lo enviamos. Pero ya no nos vamos nosotros a entregarlo, sino que usamos la infraestructura que tiene la Asociación Slava Ukraini de Granada. Ellos viajan todos los meses, un autobús va hacia Ucrania y lleva un remolque gigante atrás. Ahí metemos lo que nos piden porque hay un voluntario allí en Ucrania que es el que se encarga de que esa ayuda llegue”, detalla. Cabrera cuenta que hace unos días mandaron a Ucrania “generadores de energía” y “un montonazo de termómetros, de pulsómetros, de tensiómetros”. También han empezado a mandar “ropa de abrigo, porque allí empieza a cambiar el tiempo ya mismo y hace un frío que no veas”. “Teníamos cerca de 500 kilos de chaquetas, de polares, nuevas, que nos dan las empresas. Y todo esto lo hemos enviado también para Ucrania, porque hace falta”, añade.

Guardias Civiles Solidarios en Ucrania | Foto: AGCS

La asociación Guardias Civiles Solidarios también tiene fijada una campaña de ayuda en el Amazonas para este año 2024. “Allí estamos todavía mirando, porque nos están echando un cable la asociación de rotarios, una asociación muy grande internacional que hay en todo el mundo. Ellos nos van mandando listas de material. Por ejemplo, nos están demandando ordenadores para colegios, porque no hay. También trajes de bomberos para unidades de bomberos que no tienen material. Nos están demandando también material quirúrgico, sanitario, camillas, mobiliario de hospital. Estamos haciendo un acopio de todo ello y cuando lleguemos a reunir los dos contenedores marítimos que queremos enviar, saldrá para allá. Y una vez que esté allí, nos iremos un grupo de compañeros hasta Perú y procederemos a la entrega”, explica.

Ayuda en la búsqueda de desaparecidos

También presta ayuda la Asociación Guardias Civiles Solidarios en las búsquedas de desaparecidos. Granada es una de las provincias donde más desapariciones se producen y la asociación se encarga de aportar su granito de arena cuando se le requiere para ayudar en alguna búsqueda, tanto en la provincia como en el resto de España. Fue a raíz de la desaparición del pequeño Gabriel en Almería, cuando desde Guardias Civiles Solidarios empezaron a colaborar en las desapariciones de personas. “Adquirimos un montonazo de medios. Tenemos drones, drones submarinos, vehículos terrenos, cámaras para mirar por pozos… Un montonazo de material. Tenemos un método que hemos desarrollado para las búsquedas que lo ponemos a disposición de la Policía y de los equipos de emergencia en cada desaparición que hay”, cuenta el presidente de Guardias Civiles Solidarios.

Colaboración en un dispositivo de búsqueda de un desaparecido | Foto: AGSC

La asociación ha colaborado ya en unos 170 operativos de búsqueda de personas que desaparecen “y que parece que se los ha tragado la tierra o el mar, porque no hay manera de localizarlos”. Recientemente, la asociación ha participado en la búsqueda de Francisco Pérez, que desapareció en Almuñécar. También han estado en Alicante hace un par de meses. “Allí localizamos el cadáver de un chaval que llevaba desaparecido cuatro años”, comenta Jose Cabrera. Ahora están inmersos en ayudar en la búsqueda de una mujer en Valencia, Paquita Estarelles. “Construimos un piloto de drones haciendo un levantamiento fotogramétrico en la zona donde desapareció. Y vamos a ver si la pudiéramos localizar también”, señala.

Casi 800 toneladas de ayuda humanitaria entregada

A lo largo de sus diez años de labor, Guardias Civiles Solidarios ha entregado 783 toneladas de ayuda en diferentes países. Actualmente, en la nave de Guardias Civiles Solidarios en Vegas del Genil tienen preparados ya 15 palés con ayuda humanitaria que irán destinados a Perú. “Tenemos 27 camillas, 32 colchones y una máquina de operación. Todo esto ya lo tenemos preparado para el día que salgamos”, asegura Jose Cabrera, quien recuerda que tanto él como sus compañeros sacan “tiempo de donde no lo hay” y se mueven “un montonazo” para prestar ayuda ya que no cuentan “con subvenciones de ningún tipo”. “Cuando necesitamos comprar algún tipo de material, por ejemplo de rescate, como ocurrió hace unos meses con la cámara del pozo, por medio de redes sociales y la prensa pedimos ayuda. Y la verdad es que siempre lo hemos logrado. Para cuando nos toque ir a Perú, haremos un llamamiento a la sociedad para que colabore y pagamos el viaje y los contenedores de ayuda. Nuestra gasolina es la gente de la calle, la gente de bien, porque nadie más nos ayuda”, incide.

Para recibir donaciones, la asociación Guardias Civiles Solidarios tiene una cuenta bancaria y toda la gente que esté interesada en hacer alguna tiene además una desgravación fiscal. “Todo lo que la gente quiera donar, al estar metido dentro de lo que es la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional, da derecho a declararse esos donativos. Un 80% para particulares hasta 250 euros y de 250 euros para arriba, el 40 %. Y en las empresas, por ejemplo, en el impuesto de sociedades también tienen una rebaja fiscal muy buena”, explica. “Hay gente que nos sigue desde hace diez años y saben que somos unos fenómenos porque hacemos un montonazo de campañas y estamos metidos ayudando a todo el mundo: a Cruz Roja, a Cáritas, al Cáncer. La verdad que nos va saliendo todo gracias a la gente, a las donaciones”, añade.

Tanto Jose Cabrera como sus compañeros en Guardias Civiles Solidarios prestan ayuda de manera altruista ya que agotan días de sus vacaciones o de asuntos propios para participar en estas labores. Les gustaría tener más facilidades para poder desempeñar estas funciones y aunque a veces se sienten “cansados” quieren seguir “ayudando donde haga falta y donde sea más complicado llegar”. “Hay países, como por ejemplo Siria, donde es supercomplicado llegar. Nosotros hemos tardado un año, después del terremoto que azotó a Siria y a Turquía, en meternos en Siria por el peligro, porque nadie quiere salir más de Siria. Y llegamos al epicentro del terremoto haciendo cuarenta mil barbaridades. Llegamos allí e hicimos la entrega de un contenedor de ayuda”, cuenta.

Tras diez años de una encomiable labor, Guardias Civiles Solidarios quiere continuar con su lema de “llegar donde otros no llegan” para ayudar a quienes más lo necesitan. Cabrera comenta que siempre buscan “las zonas más olvidadas del mundo porque son las que necesitan ayuda”.