Guillermo Quero: "En el IAJ hemos apostado por el concepto de 'Espabilación"
El coordinador del Instituto Andaluz de la Juventud lleva cinco años en el cargo, y hace un balance de la necesidad de estos organismos para fomentar el asociacionismo entre los jóvenes, y apostar por infraestructuras que apoyen el emprendimiento
Cinco años como coordinador del Instituto Andaluz de la Juventud han convertido a Guillermo Quero en un verdadero conocedor de la realidad de los jóvenes granadinos, de sus preocupaciones, necesidades y también de su más profunda idiosincrasia. Reconoce este licenciado en Derecho que los "valores" sociales y personales han cambiado desde que él llegase por primera vez al Instituto, y que ahora, se piensa mucho más "en la colectividad que en los individualismos".
Guillermo Quero tiene una dilatada carrera dentro del Partido Socialista. Desde su inicio en estas andaduras políticas en las Juventudes, hasta su paso por el Congreso de los Diputados, destaca, sobre todo, su pasión por el asociacionismo.
-Lleva una etapa bastante larga al frente del Instituto Andaluz de la Juventud. ¿Es una de las responsabilidades políticas que más le ha gustado?
Desde luego que así es. Cuando yo llegué aquí era muy joven (más de lo que lo es ahora, porque Guillermo Quero nació en 1982) y he ido aprendiendo con los los chicos cómo es la sociedad granadina, y qué espera del futuro. Pero es cierto que cuando uno tiene una responsabilidad pública tiene que tener claro que tiene una fecha de caducidad. A partir de ahí hay que tener claro que uno en cualquier momento se puede marchar. Pero eso es lo bueno, incorporar nuevas vivencias y aprendizaje estés en el lugar que estés.
-¿Tenía claro que el Instituto Andaluz de la Juventud era algo temporal?
El que no lo tenga claro se equivoca. Las responsabilidades públicas tienen una fecha de caducidad que no solo está limitada a cuando termina el gobierno. Al margen de eso en el Instituto Andaluz de la Juventud cuatro, cinco o seis años es tiempo suficiente para poder tener un análisis muy completo de la realidad de la juventud granadina, de los agentes que trabajan en torno a ella, de las dificultades, de las soluciones, y cambiar las perspectivas de la juventud.
-En estos cinco años en los que le ha tomado el pulso a la juventud granadina, ¿qué es lo que se encontró cuando llegó, y qué es lo que hay ahora mismo?
A rasgos generales, en el Instituto Andaluz de la Juventud entré con la crisis perfectamente consolidada, y ahora mismo seguimos estando en crisis. He detectado que las prioridades de la juventud, e incluso los valores han ido adaptándose a los tiempos de escasez. Frente a hace 10 años, donde es verdad, que vivíamos instalados en una sociedad consumista, individualista, lo que ha hecho la crisis es que la gente frene ese ritmo de consumo compulsivo e individualismos, porque se está demostrando que si no se apuesta por la colectividad tenemos comprobado que es difícil vivir en una sociedad como la que se tiene ahora.
Los jóvenes están experimentando ahora lo que es la crisis y lo están viviendo en sus familias con la falta de recursos económicos, que les llevan a nuevos planteamientos sobre cómo tienen que adaptarse a esa realidad, y además, lo están haciendo. Se ha modificado la escala de valores.
-Supongo que en esa evolución de la juventud, el Instituto Andaluz de la Juventud habrá ido de la mano y se habrán puesto en marcha otra serie de programas que cubran esas necesidades que ahora plantea la nueva sociedad emergente.
Cuando entré en el Instituto Andaluz de la Juventud me encontré una institución muy vinculada a actividades relacionadas con el ocio y tiempo libre, que aún se siguen haciendo; pero quizás no se tocaba, porque no era prioridad, y porque había otros organismos relacionados con esas necesidades, temas relacionados con el empleo. Y ahí dimos un giro importante, porque las prioridades a nivel andaluz se enfocaron al empleo.
Se comenzaron a sacar programas para la empleabilidad y fomento del emprendimiento. De ahí surge la orden de ayudas de Innovaactiva 6000, que en la provincia de Granada ha beneficiado a más de 40 empresas de nueva constitución, de jóvenes menores de 35 años. Entendimos que siendo un organismo juvenil, y siendo el desempleo un problema juvenil, teníamos que tener algunas líneas que cubrieran estas necesidades.
También quiero destacar la Escuela de Emprendedores, que es formación en valores, sin ánimo de competir con ninguna escuela de negocios, pero sí queríamos despertar el interés entre los jóvenes a edades tempranas -entre los 18 y 23 años-, para que supieran que hay otras posibilidades vinculadas con el emprendimiento para buscar trabajo. Antes a la gente de mi generación no se nos insistía tanto en esto del autoempleo. Y hemos ido sobre la marcha modificando.
Así que desde el IAJ hemos intentado, cuanto antes, enseñarles desde el punto de vista real, diferentes perspectivas. Incluyendo conceptos como la responsabilidad social empresarial, aplicando valores a ese concepto de empleabilidad y emprendimiento.
-¿Cuántas ediciones lleva esta Escuela de Emprendedores?
Estamos en la quinta edición con una educación al margen de la curricular, y es la que tiene que ver con los valores, con el trabajo en equipo, con liderazgo, con hablar en público, con resolución de conflictos. En los últimos cuatro años han pasado por aquí unos 700 alumnos, sin contar todavía los de esta convocatoria, que está tendiendo un gran éxito.
-¿Cómo son los cursos de formación que se imparten desde el IAJ?
Están divididos en tres áreas. Empleabilidd, formación en valores, y otros que tienen que ver con prevención de conductas de riesgo, fomento de hábitos de vida saludables…
Los relacionados con el Coaching tienen mucho éxito. Hasta tal punto que los alumnos han hecho una asociación de ex alumnos de estos cursos para seguir trabajando en este sentido. Son además, muy asequibles económicamente, porque supondrían de coste para cada alumno unos 700 800 900 euros…y aquí lo más que pueden llegar a costar son 21 euros.
-¿Cuál es el límite de edad de los jóvenes que pueden formar parte de este IAJ? ¿Dónde se ha fijado?
Se ha determinado, desde el punto de vista legal, entre 14 y 30 años. Pero como es cierto que la realidad ha cambiado, para todo lo que tenga que ver con programas de empleabilidad, la edad se ha trasladado hasta los 35 años.
Incluso con programas que tienen que ver con el relevo generacional en el campo, es decir, jóvenes agricultores, la edad se fija en 39 años. Va determinada en función de cada aspecto. Pero me gustaría aclarar que nosotros no somos estrictos en el cumplimiento del límite europeo.
-En el IAJ os movéis en un espectro de actividades muy amplio, por lo que ha contado, pero no implica participar u organizar eventos muy costosos, sino que cubrís las necesidades y demandas de la juventud sean cuáles sean, ¿eventos pequeños y grandes?
Nuestro ámbito es provincial, y Granada tiene 170 municipios vamos camino en 172. Los jóvenes representan el 25% de la población, y muchos de ellos se concentran en municipios menores de 5.000 habitantes, es ahí donde se necesita de más implicación del IAJ, y de la Diputación. En algunos pueblos la oferta pública es la única de ocio que pueden tener los jóvenes. Atendemos las necesidades de conciertos, festivales de cine, o incluso de pequeñas Gymkhanas.
-¿Qué objetivos persigue el IAJ?
Lo que queremos es que los jóvenes se empoderen y sean responsables de sus actividades de ocio. De ahí que queramos dar importancia al asociacionismo juvenil. Y eso es lo que estamos incentivando, porque además, ese tipo de actitud te pone en contacto con las instituciones, y se le pierde el miedo a lo que es un derecho ciudadano, como es tocar a las puertas de las administraciones.
Hemos apostado por un concepto como es la “espabilación”. A veces, se han creado ciertas conductas pasivas, que hacen que los jóvenes no sepan dónde ir cuando tienen que enfrentarse a determinadas situaciones. Y creo que para eso es fundamental trabajar en el asociacionismo, participación ciudadana...
-Supongo que todo este trabajo viene respaldado por un gran equipo.
Claro que sí. En el IAJ trabajan 21 personas, todos empleados públicos, con el objetivo de que todo aquel que llegue con una duda se marche con la duda resuelta. Entendemos que el IAJ es de las primeras puertas a las que un ciudadano debe tocar en su vida, y si lo hacemos mal generaremos ciudadanos cabreados que con confíen en las instituciones. Aquí siempre están las puertas abiertas, literalmente. La de todos.