Ha nacido una estrella
Tenemos chica nueva en la oficina, se llama Liseth Rosa y es divina… altruista, rompedora, superprogre. Veinticuatro añitos, pero con las ideas clarérrimas y ya pisando fuerte. Hasta Pablo Iglesias -ese referente- la ha felicitado por su valentía y su descaro. Lástima que fueran ligeramente impostados. Pero, qué más da: en la era de la posverdad y el pensamiento líquido lo importante es el eslogan, la sobreactuación, el postureo.
Porque sí, la muchacha se enfrentó al decano de los abogados granadinos, negándose a prometer guardar lealtad al rey, como establecía la fórmula protocolaria -escena que fue convenientemente grabada por el móvil de un amiguete y posteriormente distribuida por las redes de manera profusa- pero sabía que se tiraba con paracaídas y que su actitud, subversiva sólo en apariencia, no le reportaba perjuicio alguno, puesto que el acto solemne de la jura de nuevos colegiados es meramente formal y no tiene eficacia constitutiva.
El ingreso en la profesión se produce unas semanas antes, en las oficinas del Colegio de Abogados, de manera menos pomposa y por escrito, y allí, según ella misma reconoció a la periodista de Ideal Yenalia Huertas, la niña Liseth se mamó su rebeldía insumisa y su talante cimarrón y acabó prometiendo lealtad a la Constitución, al rey, a Letizia y hasta al abuelo taxista, no fuera a ser que, por saltarse una coma, no llegase a adquirir la condición de abogada en ejercicio. Y reservó para el acto público de la jura de nuevos colegiados, perfectamente inocuo, la ya cansina por repetida performance podemita, con su poquito de sal obrerista y su pimienta antimonárquica. Así que menos lobos, caperucita: esos cojones, en Despeñaperros.
La joven aunque suficientemente comprometida Liseth puso a la venta una mercancía defectuosa, sabedora de que corren tiempos propicios para el radicalismo de salón -de salón de actos, en este caso- y que encontraría clientela de sobra dispuesta a comprarle la moto, sin importarle lo más mínimo que estuviera gripada.
Como ella preveía, el progrerío mediático y las redes sociales en las que la izquierda ultra reina soberana -bonita paradoja- la han elevado a los altares del folklorismo rebelde, convirtiéndola, a golpe de tuit y de titular inflamado, en la Rosa Parks del republicanismo togado.
Quédense con su cara, porque ha nacido una estrella y, de aquí a unos años, cuando ya haya acabado con los desahucios, es probable que vean su firma en los recibos del IBI.
Comentarios
3 comentarios en “Ha nacido una estrella”
Fernando Gálvez
1 de julio de 2017 at 11:56
Martín, como siempre, estás acertado en tu diagnóstico. Estos sujetos siempre nos ganan en la puesta en escena, pero en el fondo son cobardes. Enhorabuena.
M. Ramírez
1 de julio de 2017 at 14:44
Efectivamente es una caradura y coincido contigo absolutamente. Un abrazo
jose Medina
1 de julio de 2017 at 16:37
Nome he mamaso cinco años de carrera y 25 de profesion para ser uno mas entre las tribus. Lo mismo que ni aspiro a ser torero ni cirujano , zapatero a sus zapatos, el abogado debe estar orgulloso a su posicion y se distingue por su respeto a la Ley e instituciones, su toga y su corbara oscura. Con la venia. Para ser respetado, hay que hacerse respetar. Laa parafernalias es una forma rapida de publicidad por la de la peineta