Desarrollar un proyecto real en dos horas: el reto del Hackathon de Innovación Lactalis Puleva–UGR
La actividad persigue que sus 250 participantes desarrollen competencias y establezcan contacto con el mundo laboral
La Facultad de de Ciencias Económicas y Empresariales ha acogido en la tarde de este viernes la segunda edición del Hackathon de Innovación Lactalis Puleva–UGR, una actividad en la que los 250 participantes afrontan el reto de desarrollar un proyecto real en apenas dos horas de trabajo. Para esta tarea, han tenido la oportunidad de interactuar con directivos de primer nivel. Los mejores competidores tendrán acceso a premios en metálico. Por otro lado, Lactalis Puleva contrató a seis alumnos de la primera edición, lo que supone una motivación adicional para todos los concurrentes en esta original iniciativa.
La iniciativa, organizada por la Incubadora de Talento de la UGR, ha contado con miembros de diferentes titulaciones de la Universidad de Granada. Antes de arrancar con el hackathon, Miguel García, director de marketing, exportación y responsabilidad social corporativa en Lactalis Puleva, ha dado una breve charla sobre la historia de la compañía, sus métodos y otros aspectos clave de la misma.
Una bebida vegetal de chufa, el producto protagonista
El desafío propuesto para esta edición ha girado en torno a una bebida vegetal de chufa, el tubérculo conocido popularmente por la horchata. Los grupos han tenido que trabajar en sus proyectos para presentar las necesidades que cubre el producto, su público objetivo, su marca, su vía de posicionamiento en el mercado, una receta atractiva y la distribución de un presupuesto de un millón de euros que se debe destinar a la comunicación para dar a conocer la bebida y a su reparto en establecimientos.
Para explicar la dinámica de la prueba, tres participantes de la primera edición que posteriormente entraron a trabajar en la empresa han mostrado un ejemplo elaborado por ellas. Además, han animado a todos los estudiantes a disfrutar de la tarde para ordeñar esta experiencia.
Este hackathon persigue dotar a los alumnos de competencias que cuesta enseñar en las aulas y también ofrecerles contacto con el mundo empresarial. Así lo ha expresado Juan Alberto Aragón, codirector de la Incubadora de Talento de la UGR, quien ha provocado un sonoro asombro en una joven cuando ha hablado de los premios en metálico, circunstancia que ha generado carcajadas de muchos de los presentes. El responsable ha señalado que estas actividades buscan "combinar una experiencia académica con una experiencia de empresa y que esto permita a los estudiantes desarrollarse desde un punto de vista profesional y personal". El docente tiene claro que la relación de la institución académica con empresas es clave para "avanzar para hacer cosas que normalmente es difícil hacer si sólo estás en la empresa o en la universidad".
La UGR, pilar para mantener raíces locales
Aragón celebra que "todas las empresas con las que vamos teniendo experiencias desde la Incubadora de Talento quedan muy satisfechas de la incorporación de estudiantes". Tanto es así, que Miguel García le ha dicho con sorna que, si fuera por él, se llevaría más pupilos en cada hornada. El representante de Lactalis Puleva ha expresado durante su discurso previo la importancia de que la empresa mantenga sus raíces locales, algo en lo que la UGR es fundamental. Asimismo, ha destacado que "más del 50%" de su comité de dirección "somos de la Universidad de Granada", algo que aporta un "vínculo con la provincia y con la ciudad muy grande".
El directivo ha relatado que "ambición, compromiso y sencillez" son los tres valores principales que transmiten a los jóvenes que se integran en Lactalis Puleva, una forma de moldear a la cantera que le brinda la universidad. "Hay momentos en que necesitas puestos o personas específicos, pero siempre que se pueda traer gente con talento de aquí, de la ciudad, para nosotros es mucho mejor", ha insistido.
Las seis personas que se sumaron a la empresa tras el primer Hackathon de Innovación Lactalis Puleva–UGR cuentan con un proceso de beca o están integradas en un proyecto formativo que les lleva por diferentes departamentos a lo largo de tres años. "Estamos supercontentos con ellos y esperamos que este año salga otra tanda buena de talento", ha concluido García.
"Beneficio asegurado" para los alumnos
El decano de la facultad anfitriona, Alberto Castañeda, ha argumentado que esta experiencia supone un "beneficio asegurado" para los estudiantes más allá de los resultados que muestren la clasificación final. "Se llevan una adquisición de competencias que difícilmente pueden adquirir de otra forma y, aparte, genera conocimiento respecto a como se desarrolla la toma de decisiones en un entorno real", ha razonado el docente. Además, ha valorado positivamente "gamificar" la actividad y los incentivos ofrecidos, pues entiende que suponen "un aliciente".
El éxito de la primera edición es lo que ha atraído a jóvenes como Fernando Barranca, quien ha confesado que ha hablado "con compañeros que estuvieron y gente que trabaja allí". Dentro de su grupo para este hackathon está Julia Carbó, una alumna de último año que ha apuntado que esta prueba es "una gran oportunidad como para introducirnos en el mundo laboral y para empezar a saber y a experimentar qué nos gusta. Especialmente para los alumnos de último curso, que estamos un poco perdidos algunos". Otro integrante de este equipo, Miguel Escudero, ha adelantado que su camino ha sido "ir entablando conocimientos y desarrollándolos en el hackathon para seguir evolucionando con la estrategia y a ver si nos sale una idea y la desarrollamos bien y le gustan los directivos del Puleva".
Dentro de dos semanas, los proyectos mejor valorados, que oscilarán entre cinco y seis, afrontarán una presentación ante todo el equipo de dirección de Puleva y algunos de sus clientes. Ese será el punto y final a esta segunda edición, que ha batido el récord de participantes en un hackathon de la UGR en una tarde de viernes muy productiva.
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