Hallan cientos de estrellas ocultas tras una gran nube oscura
A medida que más y más estrellas emergen de las oscuras profundidades de LDN 483, la nebulosa oscura se dispersará más y perderá su opacidad
Científicos del Observatorio Europeo Austral (ESO) han observado, con el telescopio MPG/ESO situado en La Silla (Chile), una gran nube de polvo y gas que esconde tras su espesor cientos de estrellas. Esta región, conocida como LDN 483, se sitúa en medio de una región de nacimiento de futuras estrellas, obstruyendo su visión y creando, al ojo humano, una brecha oscura entre el brillo del resto de astros.
LDN 483 se encuentra a unos 700 años luz de distancia en la constelación de 'La Serpiente'. La nube contiene suficiente material de polvo para bloquear completamente la luz visible de las estrellas de fondo.
Hasta ahora se creía que estas regiones no propiciaban que nuevas estrellas echaran raíces y crecieran, pero el nuevo hallazgo demuestra que es todo lo contrario: las nebulosas oscuras ofrecen los entornos más fértiles para la formación de estrellas eventual. Sólo que no dejan que éstas se vean.
Los astrónomos que estudian la formación de estrellas en LDN 483 han descubierto algunos de los tipos de estrellas más jóvenes enterrados en el interior de la nube. Estas estrellas gestantes pueden ser consideradas todavía como criaturas madurando en el útero materno, que aún no han nacido como estrellas completas.
En esta primera etapa de desarrollo estelar, el astro es sólo una bola de gas y polvo bajo de la fuerza de gravedad del interior de la nube molecular en la que se encuentra. La protoestrella tiene una temperatura baja -aproximadamente -250ºC-- y sólo brilla en la luz submilimétrica de larga longitud de onda. Sin embargo, la temperatura y la presión están empezando a aumentar en su núcleo.
Este primer periodo de crecimiento estrella dura tan sólo miles de años, un periodo asombrosamente corto en términos astronómicos, ya que las estrellas suelen vivir de millones a miles de millones de años. En las siguientes etapas, en el transcurso de varios millones de años, la protoestrella crecerá más caliente y más densa. Su emisión de energía se incrementará a lo largo del camino hasta brillar en luz visible. Será entonces cuando termine su maduración y se convierta en una estrella totalmente luminosa.
A medida que más y más estrellas emergen de las oscuras profundidades de LDN 483, la nebulosa oscura se dispersará más y perderá su opacidad, según han explicado los expertos. De este modo, las estrellas ocultas ahora en su fondo acabarán por salir a la luz, pero sólo después de que pasen millones de años, y sean eclipsadas por estrellas más jóvenes.