Historias de la LAC: Por 1 céntimo, 40 euros
Granada Digital se monta en la LAC para hablar con los usuarios de las “multas” y de las “actitudes y formas” de los revisores, últimamente cuestionadas
-¿Por 1 céntimo voy a tener que pagar 40 euros?- Esa fue la pregunta que le hizo Elena, una granadina, a un revisor de la LAC cuando, en la tarde de ayer, quería “multarla” por no haber validado su billete.
A la parada de la Fuente de las Batallas llegaba la LAC. Del vehículo bajaron unos cuantos usuarios, entre ellos, Elena, acompañada de un supervisor de la empresa concesionaria Rober. Ambos se dirigieron al lector de bonobús que hay en dicha parada y mantuvieron unos minutos de conversación. La cara de Elena mostraba incredulidad ante lo que estaba pasando.
Tras terminar la conversación entre Elena y el supervisor nos acercamos para conocer qué había pasado. Elena, aún atónita nos relata lo ocurrido. Ella había cogido la LAC en la parada Cruz de Lagos, la que pega a la “rotonda del helicóptero”. Pasó su bonobús por el lector y escuchó el pitido pero no se fijó bien en la pantalla, y tendría que haberlo hecho porque su tarjeta no tenía saldo suficiente. “Yo cuando escuché el pitido pensé que había picado correctamente”, se excusa Elena por lo que subió con naturalidad al autobús. Su viaje duró poco porque una parada más adelante un revisor le solicitó su bonobús para comprobar si lo había validado, un gesto rutinario en la labor de estos trabajadores.
La máquina lectora del revisor en cuestión mostró la información de que no había “picado” y, claro, el acto siguiente fue comunicarle a esta granadina que tenía que abonar 40 euros.
- ¿Cuánto saldo tiene?-preguntó Elena-.
-"0,78 céntimos"-contestó el supervisor-. "El viaje con el bonobús cuesta 0.79 céntimos",
“El chico fue muy amable y me lo ha explicado todo correctamente pero me parece un abuso que tenga que pagar 40 euros”, exclama.
De hecho, Elena ayer no llevaba dinero encima, ni siquiera para poder pagar otro billete de autobús. “Dicen que no hay forma de demostrar si se pica. Es su palabra contra la mía o, bueno, mejor dicho, la palabra de la máquina contra la mía”.
Sin dinero encima, el revisor le da la opción a Elena de pasarse al día siguiente (hoy) por la Oficina de Transportes Rober. Y así dijo que lo haría. “Voy a presentar una serie de alegaciones para evitar pagar esos 40 euros pero me temo que los voy a tener que pagar y, si me niego, conllevaría sanción a través de la Policía, y eso ya serían 250 euros”, nos comenta esta mujer con indignación en los ojos.
Intentamos a hablar con el revisor para que nos aclare la situación. De forma amable nos comenta la situación y argumenta que él se limita a hacer su trabajo. “A nadie le resulta agradable pagar 40 euros pero yo es mi labor, además de asesorar, informar y ayudar a los ciudadanos “, contesta encogiéndose de hombros.
SORPRESA DE 250 EUROS
No sabemos si a Elena le pasará lo mismo que a A.P.V.
A esta mujer, que prefiere estar en el anonimato, a mediados de octubre de 2015 tuvo una experiencia negativa con la LAC.
Aunque iba con prisas, esta mujer juraría que vio el tick verde en la pantalla (que significa que has validado bien el billete para tu viaje). Pero la máquina del revisor que la paró no decía lo mismo así que la hicieron bajar del vehículo para comprobarlo. El revisor le dijo que iba a llamar a un compañero pero quien llegó fue la propia Policía Local.
Tras intentar aclarar la situación, y dado que no podía pagar los 40 euros porque no llevaba ni dinero ni tarjeta bancaria encima, finalmente sus datos quedaron anotados en la libreta de uno de los agentes. Le comunicaron que en una semana se pasase por las oficinas del ayuntamiento de Granada, ubicadas en el Complejo de los Mondragones, y así hizo.
Una vez allí, según relata, el propio funcionario no supo solucionarle muy bien el asunto y fueron pasando los días hasta que en diciembre esta mujer recibió una notificación del Ayuntamiento con una multa de 250 euros.
A.P.V ha interpuesto un recurso para ver si es posible paralizar esta sanción que aún no le han cobrado pero, hasta la fecha, no saben nada más.
LOS REVISORES, A EXÁMEN
El objetivo de este reportaje de Granada Digital se basaba en conocer aspectos del trabajo de estos revisores cuestionados últimamente.
En el día de ayer, el Defensor del Ciudadano de Granada, Manuel Martín, anunció que le pediría a Rober que llevase a cabo una labor formativa con sus trabajadores y que hagan revisión de las “formas y actitudes” que tienen de cara al usuario porque están llegando bastantes quejas (concretamente 33, desde octubre hasta la fecha). Las quejas por escrito, según informaba, reflejan una mala actitud por parte de estos trabajadores a los usuarios.
Granada Digital intentó contactar en el día de ayer con el gerente de la compañía Rober, Francisco Gámez, pero nos informaron desde la Central de Transportes Rober que se encontraba de viaje y por ahora no hemos podido preguntarle sobre el asunto.
El Defensor del Ciudadano, Manuel Martín trasladó dos medidas más que van a llevar a cabo en este sentido. Una, pedirle al ayuntamiento de Granada que realice un seguimiento exhaustivo de los recargos que se están imponiendo por no validar correctamente el billete. En Granada, cada mes de media se efectúan 300 recargos. Y dos, que se revise la ordenanza municipal que regula los derechos y obligaciones de los usuarios del transporte público. “Hay que actualizarlo”, matizó Manuel Martín en la rueda de prensa de ayer.
Ante la imposibilidad de hablar con el responsable de la empresa, conversamos ayer con algunos supervisores, a quiénes se les ha metido en el mismo saco de la crítica negativa. No fue fácil hablar con ellos. Algunos eludían el tema con un “estoy trabajando, no puedo contestarle a eso”. Otros con naturalidad nos daban su visión mientras atendían a los ciudadanos en la parada.
“Yo la verdad es que hago mi trabajo y creo que tengo buenos modales. Jamás he tenido ningún problema con los viajeros y siento que mi trabajo ayuda a las personas que vienen a pedir información sobre las líneas o que no saben cómo pagar por el trayecto”, nos comenta una supervisora, de forma interrumpida, mientras asesora a una mujer que tiene problemas a la hora de sacar el billete en la máquina.
Otro revisor, en otra parada, nos asegura que “las cosas no son como se están diciendo” y que ellos no están llevando a cabo “una caza de brujas para ver quién paga el billete y quién no”; que únicamente se limitan a hacer su trabajo. Y, como ocurre con las historias, cada cual tiene su versión. “A veces, por hacer nuestro trabajo, las personas descargan su enfado en nosotros y nos llegan a insultar e, incluso, a amenazar”, nos comenta otro revisor.
“SON AMABLES”
Lo cierto es que no todo son críticas negativas hacia este colectivo de trabajadores. A la par que hablábamos con los supervisores que accedían a responder a nuestras preguntas, de forma anónima, eso sí, conversamos con varios usuarios en diferentes paradas. De las quince personas a las que le preguntamos por sus “experiencias” con los revisores de la LAC, tan solo dos nos relataron algún suceso negativo. Es el caso de Antonia Jiménez quien picó, por error, dos veces su bonobús y el supervisor, según nos relata, “no quiso anularme uno de los trayectos”. “Lo mismo que miran el bonobús para ver si hemos picado que hagan el favor de quitarnos los viajes extras”, nos comenta.
El resto de opiniones recogidas por Granada Digital reflejan un trato correcto por parte de estos trabajadores. “Yo soy mayor y me cuesta enterarme de las cosas y ellos siempre me han ayudado. Sobre todo a sacar el billete, que con las máquinas estas no atino bien”, nos comenta simpáticamente Francisco, un vecino de La Chana quien coge de vez en cuando la LAC para “dar un paseo por el centro de la ciudad”.
“Es cierto que a veces son un poco pesados cuando piden tantas veces el bonobús en el mismo trayecto pero, cuando me ha pasado, yo les digo -me lo ha pedido tu compañero ya-, y ellos dan el visto bueno con una sonrisa y siempre contestan con un -gracias-”, valora Rocío, una joven granadina que coge la LAC cada día, mínimo dos veces.
“Yo recuerdo un día que no lo pasé bien y cuando el revisor se percató me dejó bajar en la siguiente parada para picarlo de nuevo”, nos comenta Mª José, quien espera en la parada de La Caleta dirección centro.
Sobre esa segunda oportunidad, la de permitir al usuario bajar y validar su bonobús sin exponerse a la posibilidad del recargo, le preguntamos a uno de los revisores. -¿Se pasa la mano con algunas personas?- preguntamos. “Eso era antes. Ya no.”, responde. Que cada cual saque sus conclusiones.
Comentarios
10 comentarios en “Historias de la LAC: Por 1 céntimo, 40 euros”
Coco vida
22 de enero de 2016 at 19:13
Yo,por si acaso, no me subo a ese LAC, me da miedo y además no me sirve para nada, porque no llega a los barrios, ni tampoco me subo en el autobús normal porque tampoco me sirve, no llega al Centro. Asi que lo de siempre, mi coche y al Corte Inglés,q ue no me cobra el aparcamiento.
RAFAXAFAX
22 de enero de 2016 at 19:53
ESTA CLARO QUE EL SISTEMA ESTA FUNCIONANDO MAL Y QUE EL AYUNTAMIENTO SE ESTA LUCRANDO POR ESTE ASUNTO. Y SI HABLAMOS DE LOS PROBLEMAS DE LA TARJETA DL AREA METROPOLITANA Y LA ROBER , MUCHAS VECES FALLAN POR QUE NO ACABAN DE SER COMPATIBLES
Jose
23 de enero de 2016 at 03:56
A parte de que el sistema LAC no es el sistema adecuado a los problemas de movilidad de Granada (al ayuntamiento se le propusieron otras alternativas muchísimo mejores como la de un sistema de autobuses parecido al de Curitiva, una ciudad de 1millon de 1millon de habitantes, donde el autobús funciona de maravilla… pero al ayuntamiento le pareció que ese sistema no haría que la gente viera que el ayuntamiento hace cosas para mejorar el transporte. Ellos querían algo faraónico)
La máquinas de sacar el ticket tanto como para validarlo son las peores que he visto en mucho tiempo, y mira que he viajado... Son lentas, cada vez que se elije una opción aparece procesando... En la pantalla. Cualquier móvil hace cálculos más complicados en la mitad de tiempo. La pantalla es pésima y se averían con muchísima facilidad. Todos los días hay algún trabajador de Rober con una maquinista porque la maquina se ha averiado. ¡Es alucinante!.
Decían que pasa cada 3min...una buena p.... Eso será a ciertas horas, tengo una foto donde el lac tardaba 12 min y eran las 20:00h y yo ya llevaba allí esperando unos 5min. Los enlaces para los trasbordos son muy lentos. El tiempo entre autobuses se ha aumentado en todas las líneas. Que eso es otra. De modo que hacen un sistema para entrar por cualquier puerta para reducir los tiempos en las paradas, pero solo lo hacen en una línea. Como si el problema de movilidad de Granada fuera una linea...es indignante.
Podría seguir escribiendo y escribiendo todas las deficiencias de este sistema. Que es una basura. En vez de mirar alternativas, fijarse en ciudades que funcionan y ver como han solucionado los problemas y verificar que funcionan correctamente nos ponen el transporte peor que estaba.
Volviendo al tema en cuestión de los revisores, que desde mi experiencia siempre han sido muy amables, esta todo muy verde. Solo hay una sanción única. Nos quieren cobrar por un fallo como el de los testimonios que acabamos de leer, mientras esta empresa no tiene nada mas que deficiencias en todos los aspectos.
De verdad no saben ustedes la de ganas que me dan de tener delante al alcalde, al responsable de urbanismo y movilidad, a los dirigentes de Rober, al superdotado de la idea y al ingeniero que ha hecho la maquina
Juan
23 de enero de 2016 at 09:43
Mi experiencia con el LAC también ha sido totalmente insatisfactoria. Hace un año me pusieron una multa de lo más ridícula y encima me trataron mal.
Yo vivo en el centro y a mi hermana se le rompio la banda magnetica de su bonobus joven (el cual yo también tengo) y me pidió que fuese a reactivarla. Tras haberla reactivado y hacer otros planes cogí un lac en comedores universitarios dirección congresos. En el trayecto, concretamente en gran vía, un revisor me pidió el billete y yo le di mi bonobús y este me dijo que no lo había pagado y que me tenía que bajar, yo estaba seguro de que lo pagué. Para mi sorpresa habia pagado con el bonobús de mi hermana en vez del mio ya que no me es necesario abrir la cartera para usar el bonobús y ticar. Al revisor le dio exactamente igual que tuviese bonobús y saldo. Y además de tratarme con malas formas, como si fuese un ladrón me dijo que iba a la policía si no pagaba en el momento. 40 euros después y la vergüenza de que me griten en plena calle me fui indignado. No he vuelto a coger un LAC desde entonces.
Ana
24 de enero de 2016 at 12:56
No se trata de los trabajadores, que después de todo son "víctimas" igual que los usuarios. Se trata del penoso sistema de transporte publico que lo único que ha conseguido es hacernos gastar mas dinero y tiempo, mientras los que no necesitan de autobuses se lucran. Nadie se preocupa de que este sea efectivo o no, ya que a mi parecer solo funciona correctamente cuando no hace falta (podría hacer una lista de quejas tocando todos los aspectos), solo se preocupan de cobrar, cobrar y seguir cobrando. En fin, espero que algún día los cambios sean para conseguir realmente el bienestar social y no el de ciertos bolsillos.
Diego
25 de enero de 2016 at 18:48
se va pareciendo al sistema en Hannover... añadiendo que si no pagas 3 multas por no tener ticket puedes ir un par de días a la cárcel... excesivo
Ign
6 de abril de 2016 at 17:16
El día 21/03/2016 procedo a validar mi tarjeta bonobús antes de subir al autobús de la LAC en la parada de Av constitución esquina Av andaluces acercando el bonobús tal y como indicaba la pantalla de la máquina. Esto fue observado por el inspector identificado con el núm. 0075 desde el interior del autobús que en ese momento estaba parado en la citada parada. Al subirme me dice que ha observado la forma que he acercado la tarjeta (la que vi que indica la pantalla) y que es posible que no haya descontado la maquina el importe del viaje. Comprobado que el bonobús tenía saldo suficiente y que la maquina no había descontado el importe del viaje me dijo que tenia que proceder a ponerme una sanción de 40 € que tuve que pagar o si me negaba llamaba a la policía. A pesar de que comprobó que mi intención no era subir sin pagar, eso es lo que hay. ¿por qué esto no me lo dijo antes de que el autobús se pusiera en marcha?. Así es como se trata en Granada a los usuarios del transporte público.
Paco
20 de julio de 2016 at 12:42
Es un abuso de ciudadano, deberian poner la maquina dentro del lac como en los otro bus y evitar problemas, pero claro si las maquinas no van bien, la gente se equivoca, pues ganan mas dinero, y asi compensan las perdidas que han tenido en viajeros desde que pusieron el Lac un sistema que en ciudades grandes funciona pero no en una pequña, solo ha traido problemas en mi barrio. Y encima me cuesta 40 eur que he tenido que abonar por miedo a otra mas grande que vendria del ayuntamiento si no pagaba esta, estoy muy indignado y asqueado de como funciona mi ciudad y me siento vivir en una dictadura, si hubieran acordado que la multa fuera de 200 eur pues a callar y a pagar . No pienso montar mas en el lac en mi vida y maldigo a quien invento esto y la dichosa multa.
Manuel G
20 de noviembre de 2016 at 18:18
José Maria, el tempranillo, no tiene nada que vez con esta gentuza, son unos atracadores profesionales. MI caso es que el día 19 de Noviembre de 2.016, recargué mi tarjeta en Cruz de Lagos, `porque no tenía saldo., una vez recargado inmediatamente llegó el Lac y mi mujer y yo nos subimos, sin percatanos, que no habíamos picado el viaje. En la parada del Palacio de Congresos el Revisor numero 72, me pide la tarjeta y comprueba que la habíamos recargado pero que no habíamos picado el viaje, diciéndonos que no nos preocuramos, que en la próxima parada nos bajaramos y allí la picábamos, y así lo hicimos, pero el Revisor NUMERO 72, que parecía un hombre comprensivo, una vez en tierra, aquello se convirtió en UN TORO DE LIDIA. En una forma ofensiva me pidió 20 Euros, y yo le dije bueno que pagaría el importe pero que previamente a dicho pago tendría que haber un trámite, como por ejemplo poner una queja y/o reclamación, diciendome tajantemente, que NO, o que le pagaba o que llamaba a la policía, lo que hizo efectivamente. Acto seguido me ví rodeado de otros Revisores, hasta que llegó la policía, y una vez que le conté el caso, le recriminaron que si había otra forma de pago, que era que me diera un papel que ellos llevan, indicandome el plazo de pago, lo que hizo seguidamente de muy malas formas. Una vez se fueron los policías, se disparó diciendo de todo, tanto contra mi persona y la de mi mujer, como a la policía. He puesto una reclamación on lain, transcribiendo la normativa referente a lo sucedido y que todo está bién. Asimismo he reclamado al Defensor Ciudadano y todavía estoy esperando su contestación. El actual Alcalde Francisco Cuenca, socialista por cierto, dijo muy recientemente cuando estaba en la oposición, que esto es una vergüenza y que lo hiba a denunciar (te estamos esperando Sr. Alcalde), En definitiva que estamos en manos de unos políticos que no tienen vergüenza y lo único que hacen es vivir de nuestros impuestos y amargarnos la vida. Felicidades Sr. Alcalde y demás políticos del Ayuntamiento de Granada.
Paco
4 de diciembre de 2016 at 21:33
Estimados damnificados por el abusivo sistema de revisores de los autobuses Rover en el LAC, por supuesto con la aquiescencia y soporte reglamentario del Ayuntamiento de Granada. Me siento indignado. Hoy mismo he sido víctima, y digo bien, de esto. He buscado en Internet, porque no podría creerme que fuera el único al que hubiera sucedido esto, y no me ha sorprendido encontrar este artículo. Sumo mi contribución, historia, a la del resto. Estos han sido los hechos y mis consideraciones:
- apenas soy usuario del transporte urbano; utilizo los amarillos, que conectan los pueblos. Hoy domingo, a las nueve y pico de la mañana, me ha dejado en el palacio de congresos. Iba a Plaza nueva, estaba lloviendo, y he decidido coger el LAC. Podría haber utilizado con el LAC el bonobus de los autobuses amarillos, que acababa de pasar (con el conductor delante) y sin problemas. Pero he utilizado otro que tengo del bonobus de Rover. Lo aproximo a la máquina de validación instantes después de que lo pasara una señora; llevaba, además, los auriculares puestos con música y no he podido escuchar si había un pitido de una forma o de otra. A posteriori, cuando me ha comprobado el bonobus el revisor, he deducido que la máquina no me lo ha leído porque estaría procesando aún la validación del billete previo. Pero es un hecho que he pasado el bonobus por la pantalla, así como que había utilizado otro, que podría haber utilizado también para el LAC, con el de los pueblecillos. Esto es, por falta de bononus no sería.
- Los revisores se han subido en la siguiente parada, justo al cruzar el río. Me piden el bonobús, se lo doy, y la típica historia que han relatado aquí unos y otros, sucede. Me hacen bajarme del autobús en la parada siguiente, Teatro Isabel la Católica, y me dicen lo de los 20 Euros. Yo no daba crédito...estaba flipando. Por cierto, me ha hecho gracia porque, al hablar con los revisores, que se han puesto en una actitud defensiva y totalmente cerrada -un chico y una chica; se nota que están hartos de encontrarse con esta situación y saben muy bien cuál debe ser su papel, mejor estrategia para hacer su trabajo sin coste emocional para ellos y máxima eficacia, recaudación de recargos, por infracción detectada-, le pregunto a la chica su nombre para dirigirme a ella mientras hablaba, y me responde: "sesenta y algo"...un número, ahora no recuerdo; su número de revisor. Me ha parecido lamentable esta respuesta; por supuesto, he pensado que al tía era imbécil y que no me iba a dar ninguna opción. O sea, te pregunto cómo te llamas y me dices un número? Miren, soy trabajador del Estado, y este tipo de comportamientos y respuestas me parecen lamentables en un trabajador asociado a un servicio público; un indicio claro de que estas personas realizan un trabajo desagradable, lo saben, y el sistema los prepara para que no empaticen los más mínimo con el usuario.
-Ha comprobado el otro bonobus que había utilizado con el autobús amarillo, y efectivamente ha reconocido que acababa de ser utilizado. Esto dejaba más que clara mi buena fe, y la posibilidad de que lo que les estuviera contando, y la posibilidad de que el resultado final hubiera sido por una cuestión técnica de la máquina. Pero estaba claro que no iban a ceder.
-La sanción no es para nada indicativa de un servicio que controla con buena fe las infracciones. Si hubiera buena fe, un revisor se encuentra a un usuario con un bonobus con pasajes, y debería al menos darle la oportunidad de que consumiera un pasaje, que lo pagara; por qué sancionarlo? Sancionen al que claramente haya intentado defraudar, sancionen al que cojan sin un bonobus encima... Hay una intencionalidad claramente recaudatoria aquí. Además, el sistema no contempla la posibilidad de que los soportes técnicos para la validación de los billetes, y que puede jugar malas pasadas a los usuarios, no funcione bien. Porque dan problemas, y lo saben. La cosa se resuelve rápido como digo; que pongan una máquina para validar dentro de los autobuses, que vuelvan a ceder esta competencia a los conductores, que te pueden decir en el momento si has realizado bien el pase de tarjeta o no, o que, en el peor de los casos, inviten a los usuarios a pasar la tarjeta para consumir correctamente el pasaje; pero no, van a la sanción directa. Un abuso.
- Les digo que no tengo dinero suficiente, porque a pesar del abuso y la injusticia, por vergüenza y responsabilidad ciudadana mi intención era pagar, al menos para darles una lección moral, aunque no sirva de nada; y quizá por eso estoy escribiendo esto, por si mi historia sirve también para que otras víctimas se animen y cuenten su caso, o incluso denuncien. Y me dicen que puedo ir a sacar a un cajero y que me esperan en la parada... Increíble. "Y si no vuelvo?", les pregunto, No tenían ninguna identificación mía, sólo un bonobus retenido con 5 billetes. Y me dicen que no podrían hace nada. O sea, les digo, que confían en mi buena fe, en que voy a cumplir mi palabra y que voy a volver con el dinero, pero no confían en mi buena fe cuando les digo que ha pasado el bonobus, que además tenía otro que acababa de utilizar con los autobuses amarillos, y podría haber utilizado también... Pues he vuelto, y les he pagado los 20 Euros, y me he dirigido a ellos, dirigiéndome por su número, porque no me han dado más opción... un poco surrealista. Les he insistido en que me parecía injusto y abusivo, y que poco menos que hacían sentir a uno como un delincuente. Me dicen que puedo presentar una reclamación... pues sí, para que me respondan con la misma empatía que ellos. Para colmo, uno de los revisores me pone el ejemplo de una persona que estaba en el paro, y que tuvo que pagar el recargo por otra infracción... Entiendo que el hombre, por lo que le había dicho, suponía que tenía trabajo, y que en peor circunstancia habría estado el pobre hombre parado, al que le hicieron pagar también...
Todo esto es lamentable. Me daría vergüenza trabajar de revisor, y además ejercer el trabajo de una forma tan mecánica, y claramente recaudatoria. Le he contado el caso al conductor de la línea de bus amarillo que conecta Granada con mi pueblo y ha alucinado.
Insisto, el espíritu de este protocolo es abusivo y no demuestra buena fe en los controles. Al final, los revisores son unos mandados que, todo haya que decir, ejercen su trabajo con un exceso de celo máximo; si todos los funcionarios que tienen capacidad de sancionar fuesen así de estrictos, y no aplicaran la discrecionalidad razonable, como hacen con buen criterio en muchos casos, en este país habría muchas más sanciones de las que hay a diario. Pero aquí la responsabilidad la tienen los de arriba, los que dictan los protocolos de actuación a los revisores, y en última instancia el Ayuntamiento. Tienen buena fe? Den la posibilidad a la persona que tiene un bonobus activo para que pague en el momento que se detecta la infracción, sin "recargo". Que pillan a uno que no tiene bonobús? bueno, pues entonces que vayan a por el recargo directamente. Pero a lo que no hay derecho es que a personas que llevan un bonobus activo, dos en mi caso, ni le den opción de esto, lo traten como a un delincuente, porque por muy "agradables" que sean ya te están aplicando un protocolo coercitivo, y que luego además te den el día por lo indignado que uno se siente... tanto como para dedicar media hora a dejar este post.
Sigamos denunciando, y evolucionemos el servicio público ciudadano de los autobuses de Granada.
PD: a los revisores que me han atendido sólo puedo desearles que se encuentren en su vida ciudadana con unos trabajadores públicos como ellos cuando tengan un problema que, para ser resuelto con justicia, requiera de la discrecionalidad del trabajador.