La Ley de la Eutanasia entra en vigor tras su aprobación en marzo
Está dirigida a pacientes con "padecimiento grave, crónico e imposibilitante o enfermedad grave e incurable, causantes de un sufrimiento intolerable"
A partir de este viernes los pacientes que se encuentren en un contexto de "padecimiento grave, crónico e imposibilitante o enfermedad grave e incurable, causantes de un sufrimiento intolerable" ya pueden solicitar la práctica de la eutanasia tras la entrada en vigor de la ley aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado mes de marzo.
Para llevar a cabo la intervención, tras la primera solicitud, el médico responsable informará al paciente sobre su diagnóstico, posibilidades terapéuticas y resultados, así como posibles cuidados paliativos. A continuación, el paciente deberá confirmar su intención, siempre que el profesional sanitario se asegure de que comprende la información que se le facilita.
No obstante, después de la segunda solicitud se debe realizar un nuevo encuentro entre ambos. El médico será quien autorice el proceso, previamente con la opinión de un facultativo formado en el "ámbito de las patologías que padece el paciente" y con la condición de que no sea de su "mismo equipo del médico". Además, la comisión de evaluación autonómica deberá elegir a dos expertos que evalúen el caso, uno de ellos jurista, donde ambos deberán de estar de acuerdo en su decisión. En caso contrario, será el pleno de la comisión quien decida.
Del mismo modo, los profesionales sanitarios directamente implicados en esta prestación "podrán ejercer su derecho a la objeción de conciencia", un reparo que "deberá manifestarse anticipadamente y por escrito".
Según adelantó el miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ha aprobado el protocolo para la valoración de la incapacidad de hecho para la eutanasia, el cual regirá el procedimiento que deben seguir los médicos en situaciones en las que el paciente no se encuentre en uso de sus facultades y no pueda realizar las solicitudes necesarias.
"Este protocolo es necesario porque es un manual de recomendaciones que están a disposición del personal médico para poder llevar a cabo, en el caso de que la persona no sea capaz, el procedimiento establecido para ir viendo las distintas situaciones", aseveró la ministra de Sanidad.