HRW denuncia abusos sexuales a mujeres y niñas desplazadas por parte de las fuerzas de seguridad de Nigeria
Según la ONG, decenas de mujeres han sido drogadas y violadas en los campos de refugiados
Las fuerzas de seguridad de Nigeria han violado y explotado sexualmente a decenas de mujeres y niñas que se han visto desplazadas por la violencia del grupo terrorista Boko Haram, según ha denunciado este lunes la ONG Human Rights Watch (HRW), que ha alertado de que el Gobierno no está haciendo todo lo necesario para garantizar la protección de los Derechos Humanos en el país.
Al menos 43 mujeres han sido víctimas del abuso y la explotación sexual en el campo de desplazados de Maiduguri, la capital del estado de Borno, según ha indicado la organización, que ha instado a las autoridades nigerianas a sancionar a aquellos militares, guardias de seguridad y policías responsables de las violaciones.
"Ya es suficientemente malo que estas mujeres y niñas no estén recibiendo el apoyo estatal suficiente ante la terrible situación que están atravesando debido a la violencia de Boko Haram en el país", ha señalado el investigador de HRW Mausi Segun.
"Es indignante que la gente que tiene que proteger a estas mujeres y niñas esté atacándolas y abusando de ellas", ha añadido Segun. La mayoría de las Personas Desplazadas Internamente (IDP, por sus siglas en inglés), que provienen de localidades como Abadam, Bama, Damasak y Kukawa, entre otras, están distribuidas en siete campos de desplazados de Maiduguri.
Según han explicado varias mujeres a HRW, algunas víctimas han sido drogadas y violadas, y unas 37 han sido forzadas a mantener relaciones sexuales. Al quedarse embarazadas, muchas de ellas han sido abandonadas y discriminadas por los residentes de los campos de desplazados.
Un 66 por ciento de los 400 desplazados que se encuentran en los estados de Adamawa, Borno y Yobe encuestados por la empresa NOI han denunciado que los guardias de seguridad de los campos han abusado de mujeres y niñas.
Las mujeres y menores que han sufrido los abusos de las fuerzas de seguridad de Nigeria han explicado a HRW que se sienten desprotegidas y temen sufrir las represalias si denuncian la situación en la que se encuentran.
Una joven de 17 años ha manifestado que tan sólo un año después de que abandonara la localidad de Dikwa, donde eran comunes los ataques de los milicianos, un policía la violó en uno de los campos de desplazados.
"Un día exigió mantener relaciones sexuales conmigo. Me negué y me forzó. Sólo sucedió esa vez, pero al poco tiempo me di cuenta de que estaba embarazada. Cuando informé a las autoridades de lo sucedido amenazaron con dispararme y matarme si se lo decía a alguien más, así que estaba demasiado asustada para denunciarlo", ha aseverado.
MILLONES DE DESPLAZADOS
El conflicto en Nigeria se ha saldado hasta la fecha con más de 10.000 muertos y 2.000 secuestros, la mayoría de mujeres y estudiantes, como las niñas de la escuela de Chibok. La violencia ha provocado el desplazamiento de 2,5 millones de personas en el norte del país.
La falta de alimentos, medicinas y otros productos de necesidad básica en los campos de Maiduguri han empeorado la situación de los desplazados, que se han visto gravemente expuestos a los abusos. Varios residentes de un campo de refugiados han denunciado que no reciben ningún tipo de ayuda desde mayo, justo antes de que comenzara el Ramadán, según ha informado la ONG.
HRW ha denunciado que la restricción de los movimientos en las zonas establecidas para los desplazados vulnera los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos de la ONU, que establece que estos tienen el "Derecho a moverse con libertad dentro y fuera de los campamentos o refugios".
En algunos casos, los hombres han utilizado su posición de autoridad, así como los productos de primera necesidad, para mantener relaciones sexuales con las desplazadas. Según un trabajador humanitario, el número de personas que necesitan tratamiento contra el virus del sida en los campos de desplazados ha aumentado significativamente, según HRW, que ha informado de que se ha registrado un aumento significativo de los casos de enfermedades de transmisión sexual en la zona, que han pasado de 200 a 500.
Según la organización, la Agencia de Gestión de Emergencias del estado de Borno (SEMA) es la encargada de administrar los campos y es, por lo tanto, la responsable de que la distribución de comida y medicinas se lleve a cabo correctamente.
"El fracaso de las autoridades nigerianas a la hora de responder a esta situación, que ha sido reiteradamente denunciada, supone una severa negligencia por parte de las mismas", ha indicado Segun, que ha añadido que "el Gobierno debe proveer la ayuda adecuada y garantizar la libertad de movimiento de los desplazados".