Vídeo | La Atención Primaria vuelve a alzar la voz ante la Delegación de Salud
El colectivo reclama una "sanidad pública de calidad" para los pacientes y exige una solución a sus reivindicaciones
El Sindicato de Médicas y Médicos de Atención Primaria ha vuelto a alzar la voz este viernes. Continuando con sus protestas, el colectivo se ha concentrado a las puertas de la Delegación de Salud en Granada para volver a pedir que se dé una solución a sus reivindicaciones. Desde el pasado 20 de enero, los médicos de la Primaria ha iniciado una huelga que, por el momento, parece no tener fin, con el objetivo de "defender nuestro derecho a ejercer la profesión de manera digna y por el derecho de nuestros pacientes a tener una sanidad pública universal y de calidad, basada en una Atención Primaria fuerte y capaz de resolver hasta el 80% de los problemas de salud de la población".
El colectivo ha leído un manifiesto frente a la Delegación de la Consejería de Salud y Consumo de Granada donde expresaba su "apoyo a todos los sindicatos que han empezado a movilizarse o han aumentado el nivel de presión previo con el objeto de conseguir mejoras para todos los trabajadores de la Atención Primaria andaluza. En la medida en que podamos, les acompañaremos en sus movilizaciones".
En lo que a sus reivindicaciones se refiere, los manifestantes han resumido en cinco puntos los aspectos a tratar para conseguir una sanidad pública de calidad. Comenzando por el tiempo de visita por paciente, desde el sindicato indican que disponer de "entre ocho y diez minutos" para la consulta es insuficiente. La carga de trabajo asistencial ha sido otro de los puntos a tratar, asegurando que "nuestro trabajo conlleva un esfuerzo mental muy intenso. Terminamos la jornada extenuados. Conforme avanza la jornada el riesgo de cometer errores aumenta y la calidad asistencial se reduce. Esa carga asistencial diaria nos impide tener tiempo para otras tareas igualmente importantes para tener una Atención Primaria de Calidad: visitas domiciliarias, informes, ecografías, cirugía menor, investigación, docencia y formación de residentes, talleres de salud y actividades comunitarias".
De igual manera, la excesiva carga de trabajo también se comprueba en la parte burocrática. "Los médicos de familia no somos secretarios del especialista de hospital. Ni estamos para hacer recetas, visados, o para resolver la burocracia que se genera en otro nivel asistencial. Tampoco somos peritos para acreditar una diarrea o un catarro para las empresas o las instituciones educativas. No es razonable que se tenga que acudir al médico o a urgencias solo para conseguir un mero 'justificante'".
Las reivindicaciones no solo se han centrado en las condiciones de trabajo que los médicos y médicas de la Atención Primaria deben sufrir a diario, sino también en la repercusión directa sobre los pacientes. "No es razonable que un paciente tenga que esperar hasta dos semanas para ver al médico de familia. Es bien sabido que esta situación lleva al paciente a consultar a las urgencias cuando no debería ser así. A la urgencia debe acudir lo urgente, porque de otra manera se puede llegar a desatender lo realmente urgente. Esto ocurre porque el número de pacientes que tienen a cargo los médicos de atención primaria en Andalucía es excesivo. Ese número no debería superar los 1200 pacientes, 1000 en caso de los pediatras".
Por último, el sindicato ha hecho alusión a la principal causa que ha hecho que la situación derive a la problemática actual, la falta de médicos. "No es cierto que falten médicos en España. El número de licenciados en Medicina en España es uno de los más altos de los últimos años. Pero, sí es cierto que las bolsas de contratación en Atención Primaria están vacías, simplemente porque lo que no existe ya son profesionales dispuestos a aceptar la precariedad y el maltrato al que son sometidos. Contratos escasos, cortos y de baja calidad, unidos a una remuneración mediocre en comparación con otras Comunidades Autónomas u otros países europeos. No se trata de aumentar las plazas de Medicina o del MIR, se trata de cambiar esta demencial política profesional que hace que la gente se marche a otros lugares, a otros países".