"Una huelga de transportistas sería dura, pero no podemos seguir con estos precios"
Los transportistas piden control sobre el precio del crudo y amenazan con un huelga que podría tener severas consecuencias
Primero fue la pandemia. Ahora, la invasión de Rusia a Ucrania. El sector servicios se vuelve a ver afectado una vez más por factores externos y la inflación que se ha producido en los precios en la última semana ha puesto a los transportistas en jaque.
Las sanciones a Rusia y la guerra por los suministros ha comenzado. Uno de los principales productos en verse afectado ha sido el crudo. El barril de petróleo ha subido de precio, eso sí, no más que en otras crisis financiera a lo largo de la historia, pero donde sí se está dejando notar es en el consumidor.
La gasolina y el gasoil, según la ciudad de España, ha llegado a superar los dos euros por litro. En Granada, todavía, no se han asentado los precios a esos niveles, pero muy posiblemente lleguen. Los más perjudicados por esta situación son los transportistas, que empiezan a ver muy complicado cuadrar las cuentas con estos precios.
Es por ello que el sindicato Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte ha convocado un paro nacional a partir de este lunes 14 de marzo. Si bien no se trata de una de las mayores del sector, su convocatoria ha puesto en alerta al Gobierno y al resto de sindicatos.
El Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), principal agrupación de transportistas a nivel nacional, se ha limitado a solicitar una reunión con el Gobierno. La pasada semana, rechazaron secundar la huelga propuesta por la otra plataforma, lo que deja una división en el sector.
Por su parte, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha accedido a reunirse con la CNTC las próximas semanas, pero ha destacado que "la solución tiene que llegar de manera global", haciendo referencia a que la escalada es a nivel mundial y que, como tal, se debe atajar en su conjunto.
Mientras, son los propios transportistas, cada uno en su propio bolsillo, los que sufren el día a día de esta situación. Hagan sus cálculos. El depósito de combustible de un camión no puede exceder los 1.500 litros de capacidad. Si hacemos la cuenta tirando por lo bajo, valiendo el litro 1,7€, sale un total de 2.500€ llenar el depósito de la herramienta con la que te ganas la vida.
L.M. lleva 20 años al volante de su camión. No quiere dar su nombre completo para no sentirse señalado por sus compañeros de profesión ni que las empresas para las que trabaja, o pueda trabajar en un futuro, le 'fichen' como el que levanta la liebre en cuanto a los precios. Es un entorno muy competitivo en el que perder un cliente supone una diferencia abismal.
"No es normal lo que está pasando", asegura nada más preguntarle por la subida de precios. Él ya vivió la crisis de 2008, en la el precio del barril de crudo llegó a superar los 120 dólares en el mercado. Este mes de marzo, la OPEP ha situado el precio medio en los mismo estándares que hace 14 años. "La diferencia es que en las gasolineras ahora el litro cuesta entre 30 y 40 céntimos más".
Para los transportistas que operan en España la situación ya es peliaguda, pero si se trata de salir del país los precios son incluso más prohibitivos. "Por suerte yo trabajo a nivel nacional, tengo compañeros que ahora están intentando salir lo menos posible porque comienza a ser complicado sacar rentabilidad de los viajes largos", explica.
Mientras la invasión de Ucrania se siga recrudeciendo, no hay esperanza de la situación cambie. Pero, además, la guerra no es el único problema al que se enfrenta el gremio, que ya tuvo un severo toque de atención antes de navidad con la llegada del Brexit y el cierre de fronteras en Reino Unido.
Y a estos dos ya mencionados hay que añadirle también la subida del IPC. Es en este ámbito en el que los sindicatos y agrupaciones de transportistas piden la injerencia del Gobierno. Solicitan un control y una estabilización del precio que les ayude a desarrollar su labor con garantías en el día a día.
La mayoría, como L.M., no quieren ir a la huelga, pero advierten de que la situación se ha tornado demasiado complicada. "Una huelga sería muy dura para la economía española ahora mismo. En España se sigue moviendo el grueso de mercancías por tierra y se podría parar el país, pero no podemos seguir pagando estos precios por la gasolina".