Ibra Baldé frena al Granada CF (1-1)
El conjunto rojiblanco ha empatado en casa del Real Oviedo tras un gol sobre la bocina del delantero senegalés | Los de Diego Martínez conservan la segunda plaza, a tres puntos del Albacete
El pescado ya estaba vendido, al menos en la cabeza de los granadinistas, que ya se veían cinco puntos por delante del Albacete. Sin embargo, no lo creyó así Ibra Baldé. El delantero senegalés se empeñó en detener al Granada CF, que visitaba al Real Oviedo a velocidad de crucero, y lo logró en el minuto 87. Aprovechó un error de Germán, impecable durante todo el choque, para neutralizar el tanto de Fede Vico tras el descanso y evitar que los de Diego Martínez lograsen distanciarse en la lucha por el ascenso directo.
No experimentó el técnico rojiblanco pese a la recuperación de Álex Martínez. El lateral sevillano fue el descarte del conjunto nazarí, que salió al césped del Carlos Tartiere con los mismos hombres que derrotaron con holgura al Nástic de Tarragona, a excepción de Ramón Azez. El centrocampista nigeriano fue desplazado al banquillo con el regreso de Ángel Montoro, que recuperó su plaza en la medular tras cumplir su tercera sanción del campeonato. Menos aún varió su esquema Sergio Egea, que puso en liza a los mismos que le dieron los tres puntos en su reestreno en el banquillo carbayón.
Así, y con el empate del Albacete ante el Numancia, que permitía a los granadinos ponerse cinco puntos por delante de los manchegos, se presentaron los dos contendientes en el cuadrilátero, dispuestos a mandar a la lona a su rival desde que el balón echó a rodar. No hubo respeto entre los púgiles, y es que la competición no perdona, y menos a estas alturas. Ni siquiera se había cumplido el primer minuto cuando Tejera evidenció la inquina en las intenciones ovetenses con un disparo desde la frontal que acabó en el costado de Víctor Díaz.
Los dos conjuntos trataron de llevar la iniciativa, lo que equilibró hasta el extremo el encuentro durante los primeros compases. Sergio Egea llevó la línea de presión casi hasta las inmediaciones de Rui Silva, haciendo especial hincapié en la franja intermedia del esquema nazarí, donde Tejera y Jimmy asfixiaban al binomio formado por Montoro y San Emeterio. Los de Diego Martínez, en cambio, desplegaron su planteamiento habitual, con carácter proactivo y una media punta inquieta, pero consiguieron evadir hasta el segundo acto la intensidad local, que bien se habría ganado el elogio del ‘Cholo’ Simeone.
Nadie conseguía imponer claramente su estilo, aunque era el Oviedo el que, sin llegar a saltarse el armisticio, más quebraderos de cabeza ocasionaba a su rival. Saúl Berjón, que algún partido lleva ya en las botas, percutió con insistencia por el flanco izquierdo del ataque azulón, si bien fue otra vez Tejera, el director de orquesta carbayón, el que buscó el gol. Su volea en el 14’, tras un defectuoso despeje de puños de Rui Silva, se fue desviada.
Hubo que esperar hasta el minuto 34 para que los de Diego Martínez, completamente aturullados en ataque, se asomaran al balcón del área oviedista por primera vez. Lo hicieron por medio de Montoro, que disparó alto desde la media luna. Vadillo era el más activo en labores ofensivas, aunque, ofuscado, no encontró la claridad de partidos anteriores. Vico y Puertas, pese a su movilidad, pasaron desapercibidos hasta que el almeriense, en una acción invalidada por falta, obligó a la estirada de Champagne con un soberbio testarazo en el minuto 43.
Antes, Rui Silva había desviado a córner la ocasión más clara del encuentro. Sergio Tejera se giró en el círculo central para enviar el esférico al flanco derecho, por donde se incorporaba Johannesson. El lateral, tras conducir hasta la zona de peligro, colgó el balón al primer poste, donde un veloz Ibra Baldé se adelantó a Martínez y a Fede San Emeterio para rematar en plancha al palo corto y levantar de su asiento al respetable. Aún no le tocaba ver puerta al delantero senegalés, que bailó durante todo el partido con Germán, nefasto protagonista del tramo final.
Todo ello cambió tras la pausa intermedia. A la vuelta de los vestuarios, el Granada salió con más poso, estirando sus líneas y controlando la posesión, un giro en el guion que tuvo su consecuencia bien pronto. Montoro buscó en largo la carrera de Rodri, aunque lo que encontró fue la testa de Carlos Hernández. El despeje del zaguero azulón se quedó corto y cayó frente a Fede Vico, que no lo pensó y empalmó el esférico desde la frontal. El disparo del cordobés dibujó una suave comba que, tal vez impulsada por la ilusión nazarí, superó a Nereo Champagne en el minuto 50.
El tanto asentó a los rojiblancos, que desde entonces se hicieron dueños del encuentro. Vadillo encontró la luz y, tres minutos más tarde, gambeteó junto a la cal para pisar línea de fondo y ponerle el segundo en sus botas a Fede Vico. El disparo del cordobés, sin embargo, se marchó por poco desviado. Más tarde, Víctor Díaz probó la elasticidad de Champagne con un zapatazo que buscaba la escuadra.
Al Oviedo le empezó a invadir el desasosiego, mientras que el Granada ya gestionaba el cronómetro. Joselu se marchó sin hincarle el diente a sus excompañeros y Ramón Azeez sustituyó a Vadillo para echar el candado al zurrón, que ya sumaba 70 puntos. Mientras, Ramos, que también acababa de saltar al campo, cruzaba magistralmente un pase entre líneas de Puertas, aunque lo hizo con el banderín levantado y el gol no subió al marcador.
A falta de diez minutos, Azeez probó suerte con un disparo similar al que sirvió a Fede Vico para adelantar a los suyos, pero este, a diferencia del de su compañero, se fue desviado por poco. Aún no lo sabía, pero esa ocasión le perseguirá durante la noche. El duelo parecía encaminado de forma inevitable hacia el triunfo nazarí, pero falló el mecanismo de seguridad. Germán, que había cuajado hasta entonces una gran actuación, como viene haciendo durante todo el curso, no acertó a controlar un balón que, sin peligro, volaba a sus botas a falta de tres minutos para el final. Lo recogió Ibra Baldé, que no lo pensó y noqueó a su rival con un potente disparo ante el que nada pudo hacer Rui Silva.
No hubo tiempo casi ni para digerir el bloque de hielo que acababa de precipitarse sobre los de Diego Martínez. Los locales, revitalizados, se lanzaron a por su rival como un depredador sobre su presa, pero no consiguieron hacer más daño. Las tablas campearon en el electrónico tras los cuatro minutos de añadido, por lo que el reparto de puntos se hizo efectivo. El conjunto rojiblanco mantiene el colchón de tres puntos sobre el Albacete y conserva la segunda plaza, aunque sale del Carlos Tartiere con un amargo sabor de boca. Restan cinco pasitos.
Ficha técnica:
Granada CF: Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, José Antonio Martínez, Quini; Montoro, Fede San Emeterio; Ávaro Vadillo (Ramón Azeez 70’), Fede Vico (Dani Ojeda 83'), Antonio Puertas; y Rodri (Ramos 62’).
Real Oviedo: Nereo Champagne; Johannesson, Carlos Hernández, Javi Hernández, Bolaño; Bárcenas (Viti 65’), Jimmy (Ramón Folch 86'), Tejera, Saúl Berjón; Ibra Baldé y Joselu (Toché 68’).
Goles: 0-1: Fede Vico, min. 50; 1-1: Ibra Baldé, min. 87.
Árbitro: De la Fuente Ramos. Amonestó a los locales Germán, Fede Vico, Antonio Puertas, Martínez y Vadillo, así como a los visitantes Javi Hernández, Bolaño y Tejera.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 37ª jornada de la Liga 1|2|3 disputado en el estadio Carlos Tartiere, ante 12.770 espectadores.