Un imperial Markus Howard impide al Covirán asaltar el Buesa (104-88)
Honores para los rojinegros que compitieron hasta el final, pero que no tuvieron respuesta para los 37 puntos y 10 de 14 en triples del estadounidense
El Covirán ha cumplido con su principal objetivo para esta jornada: seguir creciendo como equipo y demostrar que puede jugar de tú a tú contra los más grandes. Incluso contra un Markus Howard tocado por una varita. Incluso contra un Baskonia incontestable desde el triple con un 19 de 33. Primeros minutos de igualdad en los que los rojinegros se apoyaron en un David Kramer que sigue dando una imagen superlativa y de liderazgo más que necesaria. Tadas Sedekerskis abrió la caja de pandora de los triples en la primera acción ofensiva de Baskonia, pero fue a falta de 6:46 para el final del segundo cuarto cuando Howard estrenó la parte de la pista que mejor domina.
El base estadounidense puso la primera piedra de la que sería otra clase magistral de cómo decantar un partido siendo una apisonadora desde el tiro exterior. En menos de diez minutos, Howard ya sumaba tres triples a su casillero particular, pero el Covirán supo mantener la compostura. En sus cabezas resonaba la frase de Pablo Pin de “aunque se defienda bien, Howard puede anotar”. Los rojinegros, con la concentración y la garra por bandera, también con acierto desde el triple y generando buenas acciones en el pick and roll para Felicio, hicieron frente a un Baskonia vivo en combate por su efectividad desde el triple y es que el 6 de 7 del primer periodo los llevó al 27-21 con el que se cerró el primer acto.
No se amedrentó el conjunto granadino. De regreso a la pista, con Cheatham, Rousselle, Kramer, Wiley y Valtonen formando el quinteto para arrancar el segundo cuarto, el Covirán demostró el tipo de equipo que aspira a ser. Jacob Wiley tomó la iniciativa con cuatro puntos consecutivos para mantener la distancia en el marcador por debajo de los diez puntos. También Elias Valtonen que quiso sumarse a la fiesta del triple para gritar bien alto que nada estaba decidido. Minutos en los que la pista se convirtió en un corre calles. Partido bonito de ver a la par que desesperante para los rojinegros por el abrumador acierto de los locales desde la línea de 6’75.
Balanceándose entre los seis y ocho puntos de diferencia, el punto de inflexión llegó con una antideportiva señalada a Cristiano Felicio. Kotsar no aprovechó los tiros libres y la posesión acabó en un robo de balón de Valtonen, recuperación que presionó Moneke haciendo gala de su físico. Lo que debía ser una falta sobre el finlandés se convirtió en unos pasos que devolvió la posesión a los vascos. Ataque que convirtió Howard en dos puntos más. Acto seguido, los colegiados señalaron una falta de Cheatham sobre Moneke que, en un primer momento “era abajo”, pero se rectificó la primera decisión para dar dos puntos más a los locales. El Covirán no sucumbió a las decisiones de terceros. Dominando el rebote ofensivo con un balance de 1 a 12 favorable para los granadinos, los de Pablo Pin lograron marcharse a vestuarios con solo ocho puntos de diferencia.
El optimismo por dar la sorpresa duró apenas un par de minutos. Arrancó el tercer acto con una canasta de Cristiano Felicio y un posterior robo de Covirán que acabó en mate de Jacob Wiley. El 52 a 48 fue el último momento de lucha e ilusión de los rojinegros. Markus Howard volvió a resurgir acompañado de Dani Díez y Matt Costello para, en la fiesta del triple baskonista llevar el luminoso al 70 a 54 en un abrir y cerrar de ojos. Tercer cuarto frenético, con posesiones y transiciones rápidas y con poco protagonismo de las defensas. El Covirán sufría con en su rotación al tener a Kwan Cheatham con tres faltas. En un breve momento de fallo de Baskonia en sus lanzamientos, los granadinos sacaron pecho para ponerse de nuevo a diez puntos, pero un parcial de 7-0 final devolvió la ventaja a los locales concediendoles media victoria (77-60).
Los últimos diez minutos fueron para tratar de maquillar el resultado y, desde la grada, para disfrutar del espectáculo de jugador que es Markus Howard. Insaciable, dinamitador y diferencial. El estadounidense, al que no le parece importar que la próxima semana tenga dos duelos cruciales en Euroliga continuó con su particular batalla: batir por segunda jornada consecutiva sus propios récords en la ACB. Dio entrada Pablo Pin a Germán Martínez que, una vez más en el momento más feo del encuentro, sacó a relucir su mejor versión defensiva e incluso anotó desde el tiro exterior. En el lado opuesto, un Kwan Cheatham con la mala suerte persiguiéndole, fallando lanzamientos que el aro escupía una y otra vez impidiendo a Covirán Granada meterse de nuevo en el partido. La victoria era imposible, pero había que mirar a la diferencia de puntos. No bajó los brazos el plantel granadino, quizás sí los vascos. Sea como fuere, los de Pablo Pin fueron recortando poco a poco para colocarse a tan solo diez puntos a falta de 1:33 para acabar el encuentro. La clave era perder de los menos puntos posibles para el average general, pero las fuerzas no llegaron a los instantes finales dejando el marcador en el 104 a 88.
Ficha del partido:
Baskonia: Howard, Sedekerskis, Marinkovic, Miller-McIntyre, Kotsar - quinteto inicial - Moneke, Raieste, Chiozza, Querejeta, Díez, Costello, Theodore.
Covirán Granada: Felicio, Cheatham, Kramer, Tomàs, Costa - quinteto inicial - Díaz, Martínez, Iriarte, Valtonen, Wiley, Rousselle, Dimé
Parciales: 27-21; 25-23 - descanso - 23-16; 27-28
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 25 de la Liga Endesa disputado en el Buesa Arena.