Incertidumbre y desesperación en una zona Norte donde los cortes de luz no cesan

Tras pasar siete horas sin suministro este pasado lunes, los vecinos de este barrio vuelven a sufrir las consecuencias de las interrupciones intermitentes de la electricidad

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Vecina de la zona Norte en la noche de este martes cenando sin luz | Foto: Remitida
Ainoa Morano
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Nueva noche sin electricidad para decenas de vecinos de la zona Norte. Con la llegada del nuevo año seguro que muchos desearon que la pesadilla de los cortes de luz quedase en el año que acababa, pero la realidad sigue siendo cruel con los granadinos residentes en este barrio que solo piden, exhaustos, una solución para poder vivir dignamente.

Este martes 16 de enero, la luz ha vuelto a desaparecer, dejando a decenas de personas sin una estufa con la que calentarse en esta gélida noche. Impidiéndoles poder comer caliente o siquiera poder compartir un rato en familia con la televisión de fondo. La luz de las velas y las linternas son las únicas que iluminan unos hogares tristes y desesperados. La electricidad ha regresado sobre las 11:00 horas de esta noche, aunque los vecinos viven con el miedo de que el suministro vuelva a esfumarse como ya ocurrió la noche anterior, día en el que la luz desapareció durante siete horas.

"Esto es inhumano", así empieza una de las vecinas afectadas de la zona Norte un audio remitido a este medio. Esta mujer cuenta que su marido, que pasa por un resfriado, ha tenido que ir directo hacia la cama para poder calentarse, mientras que su hijo, de cuatro años no puede disponer del humificador que le alivie la bronquitis que sufre en estos momentos. Todo esto mientras esta familia deberá cenar a base de bocadillos o cualquier cosa que no requiera usar el microondas, la vitrocerámica o el horno.

El día acabará con electricidad en los hogares de la zona Norte, pero el mal trago de llegar a casa de trabajar y ver tu vivienda sin luz ya los han tenido que sufrir, otra vez. La desesperación crece por momentos entre unos vecinos que solo piden recibir la luz que religiosamente pagan.