"Las protestas me parecen bien, pero siempre digo que ante manifestaciones, conversaciones"
Indalecio Sánchez-Montesinos, delegado de Salud de la Junta, repasa su primer año de gestión y reivindica un "pacto de estado" en materia sanitaria "para que no sea un arma política arrojadiza"
Indalecio Sánchez-Montesinos ha sido catedrático de Medicina, facultad de la que también fue decano, y optó al cargo de rector de la Universidad de Granada. El año pasado cambió las aulas por el despacho oficial y lo hizo porque, sin considerarse un político al uso, sí comparte con ellos la “vocación de servicio público”. No sabe cuánto tiempo estará al frente del que posiblemente es, junto al de Educación, el departamento que más quebraderos de cabeza da en el día a día. No se lo plantea, dice que está bien donde está, que es "un privilegio", pero también que los cargos públicos deben tener fecha de caducidad y no aspirar a mantenerse en su puesto.
Pregunta: ¿Qué balance hace de la gestión de su delegación en este primer año de legislatura?
Respuesta: No quiero ser presuntuoso, pero creo que es positivo. Encontramos una situación muy complicada, de dejadez del sistema y de falta de transparencia. Nos hemos puesto a trabajar para revertir la situación, dar confianza a quienes están preocupados por su salud y atender a situaciones que podemos dentro de nuestro ámbito.
P: ¿Puede ser más explícito respecto a la falta de transparencia?
R: La había en todos los sentidos, pero hubo un detalle como el de las listas de espera desaparecidas. Más muestra de falta de transparencia que esa no la concibo. Me tocó la fibra sensible como médico que hubiera 22.138 personas; no se me olvidará la cifra porque cada una de esas personas y sus familias y su entorno son importantes y estaban en una lista de espera que no existía, que no se sabía dónde estaba. Me impresionó mucho y por eso hicimos el plan de choque inicial, para revertir la sensación de falta de garantía en la salud, que es esencial en el ciudadano.
P: Llegó al cargo en una situación convulsa en Granada, donde llevaba tiempo hablándose de fusiones y desfusiones. ¿Se ha mejorado?
R: Ahora de fusión y desfusión sólo hablamos para aprender de la historia, no como reivindicación. Granada fue muy maltratada por la anterior administración en esa cuestión. Se hizo una gran inversión en algunos centros sanitarios, como el de Traumatología, pensando que ahí iba el Materno Infantil. En consecuencia se dejó de invertir en el Materno y luego cambiaron las tornas y hubo que hacer una nueva inversión para deshacer lo hecho y volver a construir. De ahí que el Materno fuera el perjudicado en aquello y de ahí que ahora estemos volcados en él.
P: No obstante, sigue habiendo protestas. Los sindicatos, sobre todo, hablan de privatización encubierta, de reducción de camas…
R: Son infundadas esas quejas. Con los sindicatos me reuní desde el principio, y quiero aclarar que yo también defiendo al profesional y al trabajador, naturalmente. Pero cuando uno dice recortes es que se disminuye y nosotros hemos aumentado. No al ritmo y en el tiempo que nos gustaría y yo me apunto a esa demanda, pero el hecho es estamos aumentando. El presupuesto en gasto sanitario era el más bajo de España y ahora se han superado los 11.000 millones de euros. En plantilla ha habido un incremento del 6% ¿Es normal que haya reivindicaciones en esta situación? Para mí, si es para mantener la tensión para seguir adelante, bien. Pero yo suelo decir que, ante las manifestaciones, conversaciones.
P: De hecho, aún hay manifestaciones. Menos masivas, eso sí
R: Creo que es consecuencia del diálogo, de que este gobierno está escuchando, dialogando, haciendo y explicando lo que se hace y lo que todavía no se puede hacer. Eso distiende una situación que hay que eliminar. Tenemos que ir por el diálogo porque estamos todos en el mismo camino.
P: ¿Es Sanidad, junto a Educación, la delegación que más problemas genera en el día a día?
R: Todas las delegaciones son importantes y para Granada, por ejemplo, el turismo es crucial. Pero Salud y Educación son pilares muy sensibles, llegan mucho a la población. Habría que hacer un pacto de estado en esos dos pilares, por encima de cualquier situación política, yo eso lo tengo clarísimo. En la parte de la Educación, generando capacidad crítica, que es fundamental. En la Salud, teniendo cuidado para que no sea arma arrojadiza política.
P: ¿Cuál es la situación actual del PTS?
R: Es un proyecto que viví de cerca porque fui decano de la facultad. Con el tiempo fue cambiando. Situándonos hoy, es un espacio del que uno se siente orgulloso de que esté en Granada. Debería haber sido una incubadora de empresas, en el entorno sanitario pero desde un punto de vista productivo. Ahí no llegó a desarrollarse en ese sentido y ahora se lucha para que tenga una financiación correcta, que se le saque partido a todo lo que hay dentro. El PTS está creciendo. Se deben hacer unos reajustes porque hay cosas que corregir, pero creo que vamos en la buena línea.
P: ¿En la provincia hay inversiones pendientes, en algunos puntos desde hace muchos años. ¿Qué se está haciendo desde su delegación?
R: Sobre eso, lo primero que tengo que decir es que no sirve poner una primera piedra de inauguración y luego no dar la respuesta. No se puede prometer lo que no se puede cumplir. Hay una dejadez del sistema sanitario y proyectos que pueden ser una solución, se dejan y con el tiempo cambian respecto a su situación inicial. Tenemos como ejemplo reciente el centro de salud de Bola de Oro, una estructura que estuvo parada y sin solución y ahora es una realidad. Ahora estamos haciendo un mejor uso de los recursos. Y tenemos proyectos, como el hospital de Órgiva, reorganizar el sistema sanitario de La Alpujarra, trabajar en la zona Norte, donde hay falta de profesionales y una dispersión geográfica que son un problema. En Motril estamos pendientes de construir el edificio norte, otra promesa incumplida… Hay una serie de elementos que por esa dejadez va a costar recuperar. Estamos haciendo cosas pero necesitamos tiempo, además por supuesto de recursos económicos.
P: ¿Se mantendrá aquí la Escuela Andaluza de Salud Pública?
R: Ahí se ha creado una polémica ficticia. No sé si hay interés político detrás o qué. La escuela no se cierra, no se ha pensado nunca eso, no sé en qué tamaño de letra escribirlo para que se entienda (sonríe). Para mí es un privilegio tener en Granada un referente internacional en formación y en análisis de la salud pública. Otra cuestión es que hagamos una mayor proyección. Si eso ocurre y soy trabajador allí, lo aceptaría con los ojos cerrados. Hay un proyecto que estamos explicando y que no habría hecho falta explicar si no hubiera saltado la polémica. El tener un Instituto Andaluz de la Salud es una idea fantástica. Y si ahí está la escuela, creo que es fenomenal. Hay que desarrollarla y hay que contar con los que están dentro, pero no se pone en riesgo la escuela, que sigue teniendo su ubicación y su identidad y que se potenciará para dar más garantía a los profesionales.
P: ¿Se pueden hacer muchos proyectos en Sanidad o se vive día a día?
R: Esto también lo ha cambiado este gobierno. Hemos hecho un plan de infraestructuras 2020-2030, para garantizar que se cumplirán las necesidades más urgentes con independencia de qué partido esté al frente. Tenemos que unirnos para hacer proyectos a largo plazo, nos falta esa proyección, ese caminar juntos en las cosas que hagamos.