Indignación ante la LGBTI-fobia: "Vives con una inseguridad constante cada vez que sales por la puerta"

Los granadinos Javier Mohedano y Javier Rodríguez, matrimonio homosexual, y Miguel Garena, cantante y celador, cuentan las agresiones homófobas que han sufrido

miguel garena y javier rodriguez javier mohedano
Miguel Garena (i), Javier Rodríguez y Javier Mohedano (d) | Foto: Montaje
Pedro Castro
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"Somos ciudadanos, seamos del colectivo que seamos, y no por el hecho de ser del colectivo LGBTI+ tenemos que someternos a ser personas de segunda o de tercera". Estas son algunas de las palabras de Javier Mohedano acerca de la LGBTI-fobia. Él es uno de los miembros de la pareja homosexual de Albolote que recientemente ha sufrido un segundo acto homófobo en menos de cinco meses. En él, las personas agresoras enviaron un sobre con una foto de la pareja dentro; en ella, aparecieron símbolos neonazis con un mensaje amenazador, concretamente, una cruz celta.

No se trata de un caso aislado en Granada. Hace un par de días, el martes 14 de mayo, saltó la noticia de una niña transexual menor de edad que fue agredida por su identidad de género con patadas, golpes y tirones de pelo hasta perder el conocimiento. La agresión, que tuvo lugar al grito de "maricón y travelo de mierda", terminó con un parte médico que diagnosticó "múltiples lesiones". La menor, que ha sido víctima de acoso escolar, se vio obligada a abandonar su centro para trasladarse a otro en el que pudiera desarrollar “una vida académica normal”. Ambos delitos de odio han tenido lugar en fechas próximas al Día contra la LGBTI-fobia.

Este viernes 17 de mayo marca el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia. La fecha conmemora la decisión histórica de la Organización Mundial de la Salud en 1990, cuando eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Desde entonces, se ha convertido en un día de protesta y visibilidad en todo el mundo, con el objetivo de destacar los desafíos continuos que enfrentan las personas LGBTIQ+ en términos de discriminación y violencia.

El propósito de esta jornada es promover la igualdad de derechos y fomentar el respeto hacia la diversidad sexual y de género. Se busca crear conciencia sobre las diversas formas de discriminación y abuso que enfrentan las personas LGBTIQ+, ya sea verbal, física, intelectual o moralmente. Además, se pretende destacar las injusticias legales que aún persisten en algunos países, donde la homosexualidad puede ser castigada con prisión o incluso con la muerte.

España ha sido reconocida como un líder en la promoción y protección de los derechos LGBTIQ+. Desde la legalización del matrimonio igualitario en 2005 hasta la aprobación de la Ley de Identidad de Género en 2007 -que permitió modificar la casilla del sexo legal en el Registro Civil-, el país ha adoptado medidas significativas para garantizar la igualdad y la no discriminación. La Ley Zerolo, aprobada en 2022, y la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos LGTBI, aprobada en 2023, son ejemplos claros del compromiso con los derechos humanos y la inclusión.

A pesar de todos estos avances, "parece que la represión continúa, no se fue con el franquismo. Seguimos reprimidos pese a que se haya legislado al respecto, porque luego no se aplica". Así lo expresa Javier Mohedano, hombre homosexual de 50 años, en referencia a la situación actual que se vive en España respecto a las políticas LGBTI+ y su traslado a la realidad. Este habitante de Albolote denuncia públicamente las sucesivas amenazas que tanto él como su marido reciben desde el pasado mes de diciembre en su propio domicilio conyugal. "Sentimos miedo, pero al mismo tiempo lo vimos como un acoso más hacia alguien que expresa lo que siente", dice Mohedano mientras lamenta la normalización a la que se ha llegado.

Javier Mohedano expresa su indignación, tanto por las pintadas homófobas y serófobas en la fachada de su casa como por el sobre anónimo. "Esto es una omisión de socorro en toda regla. En la primera agresión no se hizo nada, por lo que te indignas al ver que no se garantiza la seguridad de los ciudadanos en este país", afirma. La pareja de Albolote denunció el hecho y pidió a las autoridades competentes una acción rápida. Entre otras cosas, una revisión de las cámaras de seguridad de la zona. Sin embargo, las acciones requeridas no llegaron ni por parte del Ayuntamiento de Albolote ni de la Guardia Civil.

Por su parte, Mohedano ha recalcado el apoyo proveniente de amigos y familiares desde el primer momento, mientras que la respuesta institucional fue desalentadora. "La Concejala de Igualdad ni siquiera se puso en contacto con nosotros, ni hizo ningún tipo de comentario, ni ninguna declaración a nivel municipal". El de Albolote lamenta la lentitud del proceso mientras afirma que el Ministerio Fiscal no tiene constancia de ningún tipo de denuncia al respecto. "No sé si lo que esperáis es a que me den un tiro en la nuca", sentencia Javier.

"Vives con una inseguridad constante cada vez que sales por la puerta", confiesa Mohedano con incertidumbre sobre si el agresor llegará a actuar en algún momento o, simplemente, se mantendrá en la amenaza.

Las injusticias, la falta de conciencia social y el aumento de los delitos de odio puede desembocar, entre otros desenlaces, en frustración. Esta, a su vez, "tiene dos caminos: o te vuelves un radical o te vienes abajo", considera Mohedano. En referencia a las nuevas generaciones, Javier piensa que estas se pueden volver más radicales "porque vienen de un estado ficticio del bienestar, en el cual todo ha sido perfecto, y puede ser que eso les genere mucha más rabia y se vuelvan con mucha más agresividad".

La pareja siente desprotección frente a la LGBTI-fobia. Javier Rodríguez, el otro cónyuge, quiere "transmitir la pasividad de las fuerzas del orden y de las administraciones públicas". "Ya solamente en derechos fundamentales se han vulnerado muchos; el de la libertad, el primero; luego, el de la intimidad; y también, el de la protección. ¿Y qué se hace? Nada", sentencia Javier Mohedano.

"Se me habla en femenino para ridiculizarme o hacerme de menos"

Miguel Garena es un cantante granadino, amante del flamenco y la copla, pasiones que fusiona junto a su profesión sanitaria. Él es celador interino en el Hospital Santa Ana de Motril, con más de cuatro años de experiencia. Recientemente, el artista denunció en sus redes sociales un caso de agresión LGBTI-fóbica verbal por parte de un compañero de trabajo. Esta noticia se enmarca, justamente, en el mes de la LGBTI-fobia y en el que se reivindican la figura y los derechos del trabajador.

"Yo era un ignorante cuando vivía aquí en mi pueblo", confiesa Miguel. "Yo he tenido prejuicios hacia otros gays cuando yo vivía en Motril", reconoce mientras destaca cómo su propia evolución personal le ha llevado a enfrentar sus propios prejuicios y a luchar contra la discriminación en todas sus formas.

La historia de Miguel no es única. "He sufrido a lo largo de mi vida, no sólo en el ámbito laboral, en todos los ámbitos, en el personal también", revela el celador. En el entorno laboral, no es la única vez que Garena ha sufrido una agresión. “Mis compañeros, incluso médicos, me incentivaron a que yo pusiera una denuncia. Yo nunca he puesto una denuncia. En el momento que tú denuncias te exhiben y exhibirse en este país es malo, porque la gente es hipócrita. A la hora de compartir o de dar voz a tu caso, dan un paso atrás”, afirma Miguel sobre la parte cruda de la realidad social.

En sus canciones, Miguel habla sobre la libertad de ser y aceptarse a uno mismo. Su entorno más cercano, su familia, ha sentido miedo por cómo la sociedad puede usar la vulnerabilidad que su hijo muestra en sus videoclips para discriminarle.

“Un día una compañera dijo adiós bonito, y cuando me estaba yendo le dijo a otro compañero: ‘bonito o bonita’”. Garena explica que muchas personas le han asignado un género de forma incorrecta. Esto es lo que se conoce comúnmente bajo el anglicismo de misgendering. “La persona que es transexual y quiere que se le trate como mujer, se le habla de hombre, y a mí, que soy gay, se me habla en femenino para humillarme, ridiculizarme o hacerme de menos”, denuncia el celador del Hospital Santa Ana de Motril.

A pesar de las dificultades, Miguel se muestra firme en su convicción de no ocultar su identidad sexual. "Ahora veo las cosas de otra manera porque me he movido en otro ambiente. He visto que la gente vive con otra libertad", añade, destacando la importancia de la visibilidad y la autenticidad en la lucha contra la discriminación. “Yo perdí trabajo, yo noté como mucha gente que antes me llamaba me dejó de llamar”, añade haciendo referencia a las consecuencias que ha sufrido por mostrarse tal y como es.

“Yo presiento que vamos para atrás. Se han podido reír de mí, pero la agresividad de venir a increparme no lo había vivido nunca”, dice Miguel sorprendido mientras reconoce que se están perdiendo valores que han costado mucho trabajo conseguir.

Sobre Granada, Garena admite que “es una ciudad muy diversa por los estudiantes que viven aquí. Gente muy abierta, con valores, respetuosa y que reivindica”. Por su faceta como artista, Miguel ha viajado mucho por el resto de España. Ha pisado diversos festivales LGBTI+ en regiones como Galicia, pubs de ambiente en Madrid o la Feria de Almería, entre otros. De estas experiencias, el cantante destaca la libertad con la que ha podido moverse y expresarse.

"Quiero dar voz y decir lo que pienso, que nadie me silencie, que no me calle por los prejuicios de la gente. Hay muchos que me están atacando, y otros que yo esperaba que me apoyaran más", reconoce Miguel como reflexión final.







Comentarios

Un comentario en “Indignación ante la LGBTI-fobia: "Vives con una inseguridad constante cada vez que sales por la puerta"

  1. Ya esta bien de vivir del victimismo politico y la farsa del lgtbi