Integración, compañerismo y respeto, los valores del baloncesto para crear una sociedad mejor
En el Día Mundial del Baloncesto, Pablo Pin, Pere Tomàs y Lluís Costa hablan sobre la importancia de este deporte para la transmisión de valores en los más pequeños
En una sociedad en la que lacras como el bullying o el ciberbullying, el acoso o la falta de empatía y comprensión que se aprecian en las redes sociales son cada vez mayores, la transmisión de valores como el compañerismo, la solidaridad o la amistad se hacen imprescindibles para que las futuras generaciones puedan crear un mundo algo mejor. Esta transmisión de valores, tan importante y vital desde edades tempranas, se puede conseguir desde muchas vertientes, pero una de ellas es sin duda con la práctica de algún deporte. Es por ello que, en el Día Mundial del Baloncesto, que se celebra este jueves 21 de diciembre, referentes como Pablo Pin, Pere Tomás y Lluís Costa, así como los entrenadores y jugadores y jugadoras de la cantera del Fundación CB Granada, sacan a relucir la importancia del baloncesto en el crecimiento personal y en la creación de una sociedad más comprometida, solidaria y abierta.
Cuando se habla de baloncesto se habla de compañerismo, respeto y solidaridad. Inculcar estos valores desde edades tempranas es fundamental para el futuro de los niños y niñas. “El baloncesto genera muchos valores que se pueden llevar al día a día de los deportistas, para su vida cotidiana y para su futuro. Intentamos inculcarles día a día que deben ayudar a los compañeros, el respeto por ellos, la puntualidad… Tratamos que mantengan unos hábitos y si vemos que las normas que hemos establecido entre todos no se están cumpliendo tratamos de hablar con ellos para ver dónde está el problema y, a través de la comunicación, poder solucionarlo.
Vega Hidalgo, jugadora del Fundación CB Granada, reconoce que la práctica del baloncesto le ha ayudado a ser “valiente e inteligente”, dos aspectos que se vienen a su cabeza nada más pisar la pista. El compañerismo es el gran valor compartido de este deporte, así como la amistad que se genera dentro y fuera de la pista. “Llevo jugando a baloncesto desde los cuatro años y este deporte me ha permitido conocer a muchas amigas y entrenadores que son como padres para mí, son mi familia”.
Para Lluís Costa y Pere Tomàs, jugadores del Covirán Granada, el compañerismo es el gran pilar fundamental para construir un equipo fuerte y unido, algo que aprendieron desde pequeños. “Los valores de un equipo son vitales, darlo todo por el compañero que tienes al lado y saber que cuando estás mal va a haber una persona que te va a ayudar”, explica el base rojinegro. En la misma línea, Pere Tomás resalta la importancia de "defender algo como grupo, que los pequeños aprendan a estar en un grupo, a luchar por el que está al lado, a sufrir juntos cuando vienen momentos malos y ayudarse mutuamente".
Si alguien sabe sobre la transmisión de valores en el baloncesto ese es Pablo Pin. Su vida ha girado en torno al baloncesto desde pequeño y como entrenador conoce a la perfección la importancia que tiene este deporte en la construcción de valores en las personas. "El baloncesto es un deporte que incluye a todo tipo de personas, desde el más bajito al más alto o desde el más gordito al que lo está menos. Es un deporte, además, que hasta cierta edad pueden jugar niños y niñas juntos, por lo que es muy importante en la integración y aceptación de todo tipo de personas".
El técnico del Covirán Granada también destaca el "sentirse parte de algo y luchar todos juntos por un mismo objetivo" como un valor fundamental, aunque enfatiza en la palabra disciplina ya que a pesar de que "a veces se entiende como algo peyorativo, yo lo entiendo como aceptar tu rol, tus cualidades y tratar de sacar provecho de ellas para ayudar a los demás".