'Inter Genera Emocional', la cara alegre del confinamiento
La última iniciativa de Delegación de Educación conecta la vida de tres personas mayores con la de varios escolares de Armilla a través de la palabra
Cuando Adoración nació, el censo de Granada apenas superaba los 100.000 habitantes. La Segunda República le pilló con once años, y de camino a sus veinte terminó la Guerra Civil. La época dorada del Granada CF, en los setenta, transcurrió cuando ella había vivido ya más de medio siglo. Y en la entrada al segundo milenio ya había soplado 80 velas. Adoración ha cumplido 100 años en este 2020 que será recordado por la pandemia de Covid-19.
El virus tiene mayor afectación entre personas con patologías previas y colectivos con factores de riesgo como el de la tercera edad. Es este grupo quién más ha sufrido los efectos de la cuarentena, especialmente aquellos que, al igual que ella, permanecen en residencias de mayores.
A Adoración, Dasha -alumna de 6º de Primaria en el CEIP Tierno Galván de Armilla- la llama cariñosamente ‘Dora’. No se conocen, pero sus vidas se han cruzado gracias al proyecto ‘Inter Genera Emocional’ que la Delegación de Educación y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía ha desarrollado en torno a varios escolares de cuatro colegios públicos de Armilla y tres personas mayores pertenecientes a la Residencia La Milagrosa de este municipio del Cinturón.
Bajo el lema ‘Mismas emociones, diferentes generaciones’, la iniciativa ha conectado las dos generaciones más opuestas de la sociedad, que a la vez también han sido las que más han sufrido los efectos del confinamiento. Cada una de ellas asumiendo distintos roles.
Mientras Adoración Moreno, Fernando Gutiérrez y Juan Soto se han encargado de relatar anécdotas o vivencias de su más tierna infancia; los más jóvenes las han recogido, dándole forma como cuento, historia, viñeta, poema, dibujo o cualquier otra manifestación artística manual o digital.
En otros casos, los pequeños simplemente han querido rendir un homenaje a quienes durante tantos años asentaron con su esfuerzo los pilares de la sociedad del actual bienestar. Es el caso de Candela, alumna del CEIP San Miguel, quien decidió realizar una ilustración con una pareja de ancianos cogidos de la mano. “Un abuelo es alguien con plata en su cabello y oro en su corazón”, se podía leer en el encabezado.
Su compañero Diego prefirió dirigirse al colectivo de la tercera edad en su totalidad: “Hola, soy Diego. Te doy las felicidades porque lo estás haciendo muy bien. No puedes ver a tu familia, pero cuando la veas les darás un súper abrazo. ¡Todo va a salir bien!”. Mensajes cargados de emoción y sentimiento que, sin duda, habrán levantado el ánimo de más de uno en unos meses que han sido particularmente duros.
Irene, del CEIP Nazaríes, mira a cámara. Tiene presencia. Su rostro refleja trazos de solemnidad y ternura por igual. Tras felicitar a los tres protagonistas por el relato de sus vivencias, cuenta que se siente muy identificada, pues en todo el tiempo que duró la cuarentena no pudo ver a sus abuelos.
La conexión entre nietos y abuelos en este proyecto actúa como un factor desencadenante de sentimientos. De tal modo que la relación que suele haber entre estos dos grados de parentesco genera lazos de empatía hacia personas desconocidas que desempeñan los mismos roles en otros núcleos sociales o unidades familiares.
Rubén, Abelardo o Celia -también del CEIP Nazaríes- usan este hilo conductor. Esta última, valiéndose de la historia de Juan Soto (75 años), quien cuenta de viva voz que es un apasionado de Federico García Lorca y, muy particularmente, de su obra Bodas de Sangre.
Desde el CEIP Miguel de Cervantes, Daniela dedica un baile flamenco a los abuelos del mundo, mientras que Sofía da algunos consejos para estirar los músculos. Beatriz y Fernando, por su parte, representan en pareja las tres historias. La de Adoración, que nació en calle Elvira y siempre imitaba el “glu glu” onomatopéyico del pavo que tenía en casa, y que un día le sobresaltó tras llegar de comprar chumbos para su padre.
Por su parte, Lucía recrea con lápices de colores el semblante apuesto de Fernando (76 años), nacido en Alcalá de Guadaíra pero “granaíno como el que más”. Paralelamente, relata en off su historia; la de un hombre cuya infancia estuvo marcada por la pérdida de sus padres y su hermano, a los que el tifus se llevó cuando tenía 13 años. Poco después se fue a vivir con los jesuitas, “quienes me enseñaron inglés”, explica. Aprendió a bailar sevillanas y ahora tiene cuerda de sobra para seguir divirtiendo de forma didáctica a todo aquel dispuesto a pasar un buen rato.
‘Inter Genera Emocional’ pretende “promocionar el enriquecimiento emocional y la solidaridad entre los sectores de población más vulnerables”, tal y como explica la delegada de Educación y Políticas Sociales de la Junta en Granada, Ana Berrocal.
Berrocal subraya la calidad y variedad de los trabajos presentados, que “evidencian la sensibilidad de nuestro alumnado y potencian valores de afecto y respeto por nuestros mayores, acortando así las distancias, creando puentes de solidaridad entre generaciones muy distantes pero unidas por las emociones”.