Una investigación apunta que el riesgo de lesiones aumenta en los campos de césped artificial
Estos terrenos de juego tienen una mayor desaceleración de impacto en comparación con los naturales
En una nueva investigación presentada durante la Conferencia y Exposición Nacional 2022 de la Academia Americana de Pediatría (AAP), los investigadores han descubierto que el riesgo de conmoción cerebral puede ser mayor para los atletas que juegan en campos de césped sintético en comparación con el césped natural. Aunque los campos de fútbol de césped sintético son cada vez más populares debido a los menores costes de mantenimiento, también se han asociado a más lesiones de tobillo y rodilla, afirma el autor del artículo, Ian Chun, estudiante de medicina de tercer año en la Universidad de Hawai.
"Las lesiones en el deporte siempre han sido una consecuencia aceptada del juego y la competición, pero en los últimos años el discurso nacional en torno a la seguridad deportiva ha cambiado", admite Chun. "Gracias a las estrategias de prevención de lesiones y a los equipos de seguridad mejor diseñados, el deporte sigue siendo apasionante para los jugadores y el público, con el beneficio añadido de mejorar la salud de nuestros atletas --prosigue--. El énfasis en la seguridad de los jugadores es especialmente importante para los niños, ya que las lesiones sufridas en el desarrollo de la adolescencia pueden tener repercusiones a más largo plazo y consecuencias imprevistas".
Chun comparó la dureza de los campos de fútbol de césped natural o sintético de los institutos de enseñanza secundaria mediante la colocación de sensores en un maniquí que podía medir la tasa de desaceleración al chocar contra el suelo y comparó la fuerza de desaceleración entre campos.
Descubrió que los campos de fútbol de césped sintético tenían una mayor desaceleración de impacto en comparación con los campos de césped natural, lo que suponía un mayor riesgo de lesión debido al contacto con la superficie de juego. Aunque se necesita más investigación para evaluar todos los riesgos de las diferentes superficies de juego, esto podría ayudar a orientar las decisiones de gestión deportiva y crear entornos de juego más seguros, destaca.
Chun realizó sus pruebas en campos de juego de escuelas de Oahu (Hawai) y agradeció al Departamento de Educación de Hawai su apoyo en el proyecto. "Nuestras conclusiones demuestran que cuando consideramos la seguridad en el deporte, debemos ampliar nuestra visión para incluir los espacios donde jugamos", asegura Chun.