La bailaora granadina Irene Morales traspasa fronteras con su arte flamenco
La joven de 23 años actuará este domingo en la Plaza de Toros de Atarfe junto a la Orquesta Sinfónica de Triana
Hija de bailaora y bisnieta de constructor de guitarras, la también bailaora Irene Morales lleva el arte en las venas. A los 3 años empezó a formarse en el mundo de la danza, la cual le la ha dado una familia formada por compañeros, un sentimiento inexplicable por el flamenco y una disciplina como forma de vida. Su pasión por el flamenco ha traspasado fronteras, por lo que asegura que le da pena que este arte "esté más reconocido fuera que en España”. Además, ha dado el salto a la pantalla como parte del elenco en la película 'Jota de Saura' del cineasta Carlos Saura.
Durante diez años, el Conservatorio Profesional de Danza 'Reina Sofía' de Granada fue su segunda casa. Al cumplir la mayoría de edad dejó su ciudad natal para irse a Madrid, donde estudió coreografía en el Conservatorio Superior de Danza 'María de Ávila'. Desde siempre ha tenido claro que quería ser bailaora y que “no es solo bailar bien, ponerte unos zapatos y una flor en la cabeza, sino que es una carrera con la misma seriedad que otra”, defiende Irene.
Manuela Carrasco, Sara Baras o 'La Lupi', entre otros, son sus referentes y su modelo a seguir en el mundo profesional. “Cuando llegué a Madrid me di cuenta de que había muchísima gente que tenía el mismo sueño que yo y que bailaba extremadamente bien”, destaca la granadina. La danza le ha aportado valores como el cariño, el respeto, el aprecio a su trabajo y al de los demás, y con la que se ha dado cuenta que no todo es competitividad.
Italia, China, Alemania e incluso Egipto son algunos de los lugares donde ha actuado. Recuerda que en China “se vuelven locos” con el flamenco y le guarda un especial afecto a Egipto porque se siente “como en casa”, ya que muchas cosas le recuerdan a Granada.
También ha participado en el filme 'Jota de Saura' de Carlos Saura, junto a Miguel Ángel Berna, quien le dio la oportunidad. “Mi hermana llevaba casi dos días de parto y yo estaba esperando a que naciera mi sobrina para verla, y justo cuando cogí el autobús, nació”, cuenta. Esta anécdota le ocurrió cuando fue a Madrid a hacer la audición de la película. Días después de volver a Granada, la llamaron para anunciarle que era una de las seleccionadas, y para avisarle sobre el inicio del rodaje, que tuvo lugar en Los Ángeles de San Rafael, donde estuvo tres semanas grabando las escenas.
La llegada del Covid-19 pasó factura al sector de la danza. A día de hoy, la bailaora aún no ha podido estrenar el espectáculo 'Siete Pecados', ya que días antes se declaró el estado de alarma. “Fue duro porque estuve casi un año trabajando para el estreno y la verdad que había tenido muy buena acogida. Teníamos muchas esperanzas y lo pasé mal en cuanto a los proyectos que tenía. Hemos estado muchos meses sin cultura y tenemos muchas ganas de teatro, de divertirnos, de disfrutar, y de recuperar esos sentimientos y sensaciones del pasado.”, declara.
Actualmente, trabaja en el Estudio de Formación de Arte y Danza (EFAD), en Granada, inaugurado en octubre. El proyecto se basa en la formación de danza española y flamenco, con la colaboración de un artista reconocido; por ejemplo, este año empezaron con la presencia de Farruquito. Una de las semanas que el colaborador no da clase, las da Irene como auxiliar de Noelia Rosa, la profesora, y enseñan a conocer las técnicas del arte y cómo trasladarlas del teatro a la danza.
Bailar es su vocación, pero también, un sacrificio. Desde abril no ha habido ni un día en el que Morales no haya bailado mínimo cuatro horas. Además, admite que, a veces, cuando está a punto de dormir y es probable que le venga una inspiración, y se levante de la cama para apuntarlo y a la mañana siguiente empezar con ello.
Con muchísimo cariño tiene grabadas en su memoria dos actuaciones. Una fue el estreno de 'Ánima', su primer espectáculo creado por ella misma, en Granada; y la segunda fue la actuación de 'Lorca y la pasión', de Marina Heredia, presentado en el Teatro del Generalife, al que siempre había ido desde pequeña a ver las compañías que actuaban allí.
Este domingo actúa con Rapsodia Andaluza en la Plaza de Toros de Atarfe, donde se podrá ver un espectáculo completo junto a la Orquesta Sinfónica de Triana, con más de 50 músicos tocando en directo, en el que se mezclan piezas clásicas con piezas de flamenco y hasta piezas inéditas que ha compuesto la orquesta.
El próximo 17 de julio, Irene estará en el centro Lorca, donde por primera vez se estrenará el festival de EFAD de Granada. “Es muy interesante porque se mezclan muchas vertientes, tanto de la dirección de escena con la danza, la propuesta que tiene el estudio de formación e incluso una exposición de arte de pintura a cargo de Anaís Máximo”, anima la joven.
A la granadina le gustaría aportar la mayor realidad de su persona y ese toque millennial. “Ser artista es una cosa con la que se nace, no hay escuela, ni es nadie más artista que otro por tener más estudios” añade Irene Morales como reflexión final.