Izal ilumina la noche granadina con su 'Pequeño Gran Final del Viaje'
La banda madrileña regresó a Granada un año y medio después en el que, para muchos, fue su primer concierto tras la pandemia
'Hoy la espera ha terminado', así narraba el vídeo introductorio del concierto que hacía pensar lo mucho que los fans de Granada han tenido que esperar para volver a ver a Izal en directo.
La banda madrileña salió al escenario del Granada Alive con su nuevo single 'Meiuqèr', la primera canción de su quinto álbum 'Hogar', ese lugar en el que todos somos felices, donde todos los problemas quedan apartados durante un momento y que se presenta en forma de concierto.
'A todas y todos nos va a venir bien un poquito de 'Audioterapia', qué razón tuvo Mikel Izal al pronunciar estas palabras. El espectáculo fue como volver a los inicios, un momento de calma entre tanto ajetreo que sirvió para abandonar el Cortijo del conde como una persona totalmente nueva.
Desde la frialdad e incomodidad de las sillas en la que los allí presentes estaban obligados a permanecer por las medidas de seguridad, los espectadores vivieron intensamente cada una de las canciones de la banda madrileña, ansiosos por saltar y vibrar con cada uno de los temas. Con el paso de los minutos se escuchaba al público cada vez más entregado, con los brazos en alto, disfrutando como hacía mucho que no pasaba de la añorada música en directo.
La calma se rompió al llegar 'Copacabana'. Con el primer acorde, el Cortijo del Conde se rindió automáticamente a los pies de Mikel Izal y el público ya no aguanto las ganas de levantarse y se dejó la voz en cada una de las palabras que componen una de las canciones más famosas del grupo.
'Parece que han pasado 20 años desde aquellos conciertos de hace apenas dos años', dijo Mikel Izal recordando la última vez que tocaron en Granada, hace justo un año y medio, allá por febrero de 2020 cuando la vida aún era como ahora la recordamos.
El ataque de nervios se frenó con 'Arte moderno'. Los espectadores volvieron a la calma con el acústico de Izal, por un momento se dejó de escuchar el ruido atronador del público para dejar paso a un remanso de paz con la voz de Mikel Izal de fondo. Aunque esa calma duró muy poco. Unos minutos después, el Cortijo del Conde volvió a ponerse en pie para disfrutar de las voces de artistas invitados como Rozalén, Zahara o Miguel Ríos, cantantes que tampoco quisieron perderse la pequeña gran revolución de Granada, aunque fuese a través de una pantalla.
El grupo aprovechó uno de sus descansos para recordar que todos los allí presentes podían ocupar sus asientos gracias a los sanitarios que se han dejado la piel durante más de un año para combatir el virus, esas 'mujeres de verde' que permitieron a los fans cerrar el concierto bailando y cantando el que para muchos es su tema favorito.
Volver a sentir el retumbar de la batería en el interior del cuerpo, pensar por un momento que todo vuelve a ser normal, la adrenalina y la felicidad que se experimenta en cada minuto de un concierto, Izal regresa a Granada dejando una huella imborrable.