Joaquín Camacho, alcalde de Loja: “El ayuntamiento tiene que estar gestionado con la visión de una ama de casa”
El primer edil lojeño, que ha reflotado económicamente la institución, reivindica el apoyo al desarrollo del polígono industrial La Palma y al casco histórico de la ciudad
Posee dos grandes vocaciones y las mezcla: maestro -una preciosa palabra en desuso- y político. Ya de pequeño sentaba a sus padres “como si estuvieran en pupitres” para darles clases, pero también mítines. Ahora, cuando habla lo hace de manera didáctica y con expresiones ‘diplomáticas’. Y es que, en el buen sentido, se considera un friki de la política. En el escaso tiempo libre que dispone le gusta, además de disfrutar de familia y amigos o del senderismo, la lectura sobre Historia o, cómo no, política, de la que habla con pasión. Alcalde de Loja desde hace ocho años, Joaquín Camacho (Loja, 1983) ha sido reelegido por sus vecinos para un tercer mandato, convirtiéndolo en el alcalde más votado de la democracia en la capital del Poniente granadino.
Pregunta (P): El alcalde más votado de la democracia en Loja. ¿Qué significa para usted?
Respuesta (R): Un grandísimo honor y una gran responsabilidad. Recibir el apoyo de 7000 vecinos no había sucedido nunca en los más de 40 años de historia democrática de nuestra ciudad. Para cualquier lojeño que quiera trabajar por su pueblo es un honor recibir un apoyo tan masivo, de personas de toda índole, de todas las zonas y de distintas ideologías. Hay una confianza depositada en las personas que formamos este equipo de gobierno. Es muy importante la línea que hemos seguido y la esencia del éxito electoral es que somos un grupo de lojeños y lojeñas comprometidas con las tres haches: humildad, honestidad y honradez. Son tres principios básicos que los lojeños han valorado muchísimo y que queremos seguir llevando a la práctica con hechos. La gente está cansada de palabras y de discursos grandilocuentes y nos piden realidades, sinceridad y, lo más importante, esa confianza tan necesaria en estos momentos tan difíciles desde el punto de vista político. Vamos a ejercer como lo llevamos haciendo estos ocho años, con trabajo y cercanía. Somos servidores públicos y nuestro principal objetivo es servir a nuestros vecinos.
P: Tras ocho años de mandato, ¿qué más puede aportar su equipo de gobierno a la localidad de Loja?
R: Han sido ocho años de mucha convulsión en lo económico, los años más difíciles que se recuerdan. Cuando llegamos la deuda era muy grande, con una situación de una disminución de ingresos importante, y con el reto de mantener los servicios públicos. No podíamos permitirnos el lujo de perder servicios públicos esenciales como servicios sociales, limpieza, culturales, deportivos… Los primeros cuatro años fueron de reorganización económica del ayuntamiento y mantenimiento de los servicios. La segunda legislatura, ya con una situación económica más saneada, nuestro objetivo fue ampliar gradualmente los servicios públicos esenciales, teniendo como prioridad las personas y los servicios sociales. Y en este tercer mandato, tras haber mejorado la situación económica, el objetivo es dar el salto de desarrollo para conseguir equipamientos de primera magnitud.
“Queremos que Loja vuelva a mirar al río Genil”
P: ¿Cuáles son esos equipamientos?
R: Pues un nuevo ferial que tenga unas condiciones dignas y que pueda ser utilizado durante todo el año. También queremos volver a mirar al río, ese parque fluvial, y utilizar los muchísimos metros cuadrados que tenemos a la orilla del río Genil, ponerlos al servicio de la sociedad y hacerlo de manera sostenible, con respeto al medio ambiente, pero haciendo una ciudad más habitable. Tenemos que desarrollar nuestro casco histórico de la mano de la delegación de Cultura de la Junta. Y no me puedo olvidar del centro deportivo urbano y las piscinas cubiertas que está en marcha y que en 2020 será una realidad. Esta tiene que ser la legislatura del salto hacia adelante de una ciudad que tiene un gran potencial de desarrollo y de empleo.
P: Loja llegó a ser uno de los pueblos con más deuda de toda la provincia, con casi 20 millones de euros de deuda. ¿Cómo han conseguido reducirla a la mitad?
R: Cuando en 2011 tomé posesión reconozco que lo hice con miedo, pero también con la convicción de que Loja podía salir adelante. Y para eso teníamos que poner orden en las cuentas municipales. Éramos el segundo municipio con más deuda por habitante de la provincia. Cada lojeño tenía de media una deuda de 1300 euros a los bancos. Reducir esa deuda solo se consigue optimizando el gasto. Nos encontramos también que los dos años anteriores no se había pagado ni una sola factura. Así, además de la deuda financiera de 20 millones teníamos una deuda comercial de cerca de 10 millones. La situación económica afectaba a servicios tan esenciales como el de limpieza, al cual se le debían 2 millones. No se había pagado la factura ni de la limpieza diaria ni de la recogida de la basura de los dos últimos, cuando los lojeños sí pagaban sus recibos.
P: ¿Y qué hicieron?
R: Lo primero, reducir el gasto. Y nosotros los primeros, reduciendo los sueldos de los políticos a la mitad. Solo había una línea roja: los servicios sociales no se tocaban. Y así lo hicimos. Servicios sociales fue la única área que no redujo su partida presupuestaria. Después nos acogimos al plan de pago a proveedores, que nos salvó en gran parte la deuda comercial. Ocho años después tenemos un 50% menos de deuda financiera y en el pago a proveedores estamos cumpliendo el periodo medio de pago, menos de 30 días. La situación económica ha ido mejorando gracias a gestionar el ayuntamiento como si fuera tu casa. Y aquí quiero lanzar un mensaje: el ayuntamiento tiene que estar gestionado con la visión de un ama de casa, capaz de estirar un euro hasta llegar a fin de mes. Con muchas dificultades, pero se llega a fin de mes. Pues con esa mentalidad hay que gestionar la gran casa de Loja, que tiene 20.000 hijos y todos piden. Pero ahí tiene que estar el padre o la madre, gestionando con cabeza y siempre mirando por sus hijos.
“El lugar estratégico en el que se encuentra la ciudad es una gran virtud”
P: ¿Cuáles son los defectos y las virtudes de Loja?
R: Pues creo que casi coinciden, y me explico. El lugar estratégico en el que se encuentra la ciudad es una gran virtud, porque nos coloca en el centro de Andalucía como un lugar importante de desarrollo, de inversión, con buenas comunicaciones como la A-92, la principal autovía que vertebra Andalucía y que nos coloca cerca del Puerto de Motril, o el de Algeciras, a dos horas de las principales ciudades de Andalucía. También, ahora, la parada del AVE. Pero al mismo tiempo eso es un hándicap, porque logra que muchos lojeños tengan la comodidad para irse a otras ciudades a desarrollar su proyecto de vida.
P: ¿Y cómo se evita esa circunstancia?
R: Tenemos que apostar por potenciar los elementos de la virtud, que es que Loja está en un lugar estratégico. Por eso queremos desarrollar el polígono conocido como Polígono de La Piedra -que pasará a llamarse La Palma-, que está en esa bifurcación entre Málaga y Granada. Pretendemos que sea el gran centro logístico industrial de interior de Andalucía, y para ello va a contar con el apoyo económico del Ayuntamiento de Loja. Debe ser una gran oportunidad de desarrollo y debe tener el impulso de otras administraciones, como la Junta de Andalucía. En cualquier caso, Loja tiene potencial, con más virtudes que defectos. Y tiene esa posibilidad de ser motor de un territorio agrícola, pero al mismo tiempo de un territorio empresarial e industrial.
P: ¿Existe un problema de despoblación con la marcha de la gente joven?
R: Ahora está muy de moda el término ‘la España vaciada’. Cada día hay más dificultades para mantener la población, especialmente con los más jóvenes. Las administraciones tenemos que poner todos los medios a nuestro alcance para conseguir que ‘la España vaciada’ deje de denominarse así. Existen discursos grandilocuentes de que hay que apoyar la España rural y, sin embargo, las medidas no se ven, no llegan, o llegan mal. El tren es un ejemplo claro. Ahora tenemos la oportunidad única de apoyar a un territorio del interior de Granada como es Loja y al Poniente granadino, y que la inversión que se ha realizado en el AVE repercuta positivamente en un territorio rural. Hay que apoyar económicamente la posibilidad de que se implanten empresas y generar empleo. Las personas buscan un lugar donde poder vivir mejor y donde tener un porvenir económico. Si aquí, además de apoyar la agricultura y la ganadería -que queremos seguir apostando por ello- no tenemos la posibilidad de un desarrollo industrial y empresarial, pues muchos jóvenes tendrán que irse a buscar su desarrollo profesional y vital en otro lugar donde sí tengan la oportunidad de empleo.
“Las administraciones superiores se están olvidando de las zonas rurales”
P: ¿Cree que se apuesta lo suficiente por las zonas rurales?
R: Creo que las administraciones superiores están apostando mucho por las zonas urbanas, por las capitales, por las zonas de costa, por las áreas metropolitana y, lo tengo que decir con mucho pesar, se están olvidando de las zonas del interior, de las zonas rurales, donde viven muchas personas que quieren quedarse en su tierra, pero no tienen las oportunidades que sí existen en las capitales. Pero no me resigno. Loja no es un municipio que esté escondido en la montaña, está a pie de autovía, tiene alta velocidad y el próximo Corredor Mediterráneo de mercancías también pasará y parará aquí. Tenemos que conseguir que esos recursos beneficien a la ciudad. El ayuntamiento va a poner todo de su parte, pero necesitamos el apoyo de otras administraciones para que esos jóvenes que hoy día se tienen que ir puedan desarrollar su vida personal y laboral en Loja.
P: En el tema del AVE, ustedes están pidiendo que el AVE para más en Loja, ¿no?
R: Los trenes de Alta Velocidad pasan a diario por Loja una velocidad que no supera los 30 kilómetros por hora. No creo que suponga un gran incremento de tiempo paren aquí. No todos, pero ¿por qué en Puente Genil paran más que en Loja? Aquí para solo un AVE de los que van a Madrid. Y no para el de Barcelona. Loja tiene una vinculación muy especial, social y familiar, con Barcelona. Hay muchos lojeños de la emigración de los años 60 que viven allí. Y hemos recibido una demanda masiva de lojeños que me han dicho: "Alcalde, a ver cuándo puedo montarme en mi pueblo para ir a Barcelona a ver a mi hermano". No estamos pidiendo que hagan la vía ni que pongan la estación. Ya pasa el tren: pues que pare en Loja. El de Barcelona y uno más del de Madrid. Creemos que es fundamental. Pero hay más. Se nos olvida que hay 70.000 habitantes del poniente granadino que se pueden ver beneficiados de ese tren. Y reivindicamos la conexión ferroviaria con Granada, Málaga, Sevilla, Córdoba, Almería y Algeciras. No pedimos algo nuevo, es lo que teníamos hace cuatro años y medio cuando se cortó la conexión ferroviaria. Todas esas ciudades estaban conectadas con Loja por tren.
P: Aparte de la conexión ferroviaria, ¿qué otras reivindicaciones hacen desde Loja a las administraciones?
R: Pues el apoyo al desarrollo industrial y empresarial de la ciudad, que creo que ha quedado claro que es una de nuestras prioridades. Pero es muy importante, y no me puedo olvidar, que una ciudad que deja morir su corazón, acaba muriendo. Y el corazón de Loja es su casco histórico. En los últimos 30 años ha ido deteriorándose hasta llegar a una situación alarmante. Todo se debe al plan especial de protección y catálogo del casco histórico, que más que proteger lo está matando al casco histórico. Si no se posibilita que las personas puedan desarrollar urbanísticamente sus viviendas en el casco histórico, adaptándolas a las necesidades del siglo XXI, tendremos casas del siglo XIX o XX, pero en ruinas, solares llenos de higuerones y de malezas y calles vacías de personas. Es la muerte de un casco histórico. A la delegación de Cultura le pedimos flexibilidad para aprobar un nuevo plan especial de protección del casco histórico. ¿Hay que mantener el patrimonio? Sin duda, y hay que ser muy sensibles con el patrimonio. Pero hay que saber vivir en el siglo XXI porque si no vamos a tener un patrimonio en ruinas. Y eso creo que no debemos permitirlo.
“El árbol que olvida sus raíces acaba secándose”
P: En cuestiones un poco más personales, ¿cómo es Joaquín Camacho a nivel personal?
R: Pues una persona muy normal, un lojeño criado en el barrio histórico de la Alcazaba, de ahí me viene también la defensa del casco histórico. Ahí me he criado, he corrido y he jugado en estas calles. Mi madre nació en el castillo, en el museo histórico de la Alcazaba. Era de unos condes de Madrid y mi abuela lo tenía arrendado. De familia humilde y trabajadora, que no tenía vivienda propia y tuvo que alquilar una infravivienda, pues vivían tres familias, con goteras, con tabiques caídos… De ahí vengo yo, son mis raíces. Cuando me preguntan por mis raíces porque siempre lo digo: “El árbol que olvida sus raíces acaba secándose”. Tengo muy presente de dónde vengo y que le debo todo a esas raíces de humildad, de trabajo, de constancia. A esas personas que han luchado siempre por tener una vida digna y en condiciones.
P: Y maestro de profesión…
R: De profesión y de vocación y de profesión. Tengo mi plaza también y eso me da una independencia de la política. Quiero decir que no necesito la política para vivir, porque aprobé mi plaza y soy funcionario. Y, además, de lo que me gusta. Con tres 3 años jugaba a los maestros, sin haber ido a la escuela. Sentaba a mis padres y les daba clases, además de darle mítines, que también. Como solemos decir aquí, era un ‘prenda’.
P: ¿Y cómo disfruta su tiempo libre?
R: ¿Tiempo libre? No me acuerdo yo de eso (ríe). El poco que tengo me gusta estar con la familia o salir con los amigos, que son los grandes damnificados de los cargos públicos. Pero el poco tiempo que tengo me gusta dedicarlo a mi mujer, a mis padres, a mis amigos y me gusta ir a hacer senderismo, aunque, desgraciadamente, no hago todo lo que me gustaría y debería. Luego, la lectura es algo que también me relaja mucho, la lectura histórica, sobre todo. A mí me gusta mucho la política e, independientemente del cargo público, en mis ratos libres también leo cosas de política. Soy lo que ahora se dice un friki. Un friki de la política.
P: ¿Se ha planteado en algún momento dar el salto a otros cargos políticos más allá de Loja?
R: Un político debe ser un servidor público, a pesar de que en la televisión vemos ejemplos de lo que no debe de ser, de gente que se quiere servir de la política. Existen en todos los partidos, desgraciadamente, y eso hay que erradicarlo. Yo me considero un servidor público y un servidor público puede ser maestro, alcalde, concejal en la oposición, que también lo fui… ¿Si me planteo dar un salto? Dependo de mi pueblo, de los lojeños, de los que me han votado de todos los partidos y tendencias ideológicas. Me debo a los lojeños y voy a luchar por Loja. Tengo un contrato con los lojeños durante cuatro años. Y si dentro de un tiempo se me plantea seguir sirviendo a mi pueblo a través de otras responsabilidades, no me cierro a esa posibilidad, pero a día de hoy mi única vocación es Loja.