Jóvenes diseñadores 'hilvanan' su futuro en la moda

El colegio Santo Domingo ha acogido una pasarela de moda con las colecciones de nueve estudiantes de la escuela Estación Diseño

Autor: José Ángel Fiestas.
Un momento del desfile en la Pasarela Estación Diseño | Autor de la foto: José Ángel Fiestas
Ángela Gómez | @_Angela_GA
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Más de un centenar de personas se acercaron anoche al Colegio de Santo Domingo de la capital granadina para asistir a una pasarela de moda de jóvenes promesas de la moda y el diseño.

Las galerías de la institución educativa se convirtieron en un escaparate andante de las primeras colecciones de los estudiantes del Curso de Colección de Moda de Estación Diseño.

Los nervios e ilusión de estos nueve aprendices fueron un completo más en la pasarela. Y es que la primera experiencia profesional siempre es algo que difícilmente su memoria podrá borrar.

A Ruth Carolina le brillaban los ojos cuando salió agarrada de la mano de una de sus modelos al final del desfile de su colección. Detrás de ese emocionante instante, sesconden varios meses de trabajo, ilusión, esfuerzo, sonrisas y alguna que otra lágrima, seguramente.

“Entre los focos he buscado a mi familia. Necesitaba ver sus caras y saludarles. En estos momentos, necesitas tener personas a tu lado que crean en ti”, nos confiesa esta joven granadina de 27 años.

Un momento del desfile de la colección 'Identidad' de Ruth Carolina

El camino para estos jóvenes no es fácil. Necesitan tiempo y dinero para poder desarrollar sus creaciones. Lo sabe bien esta joven apasionada por la sastrería. Ruth Carolina lleva más de dos años combinando su trabajo en una asesoría con su pasión por la aguja y el retal. Pero las ganas pueden con ese sacrificio.

El arte está muy presente en el entorno más próximo de Ruth Carolina, y ella, en cierto modo, ha querido seguir este compás familiar. “Para mi, confeccionar una prenda de ropa es como crear una obra de arte”, nos explica esta joven que, aunque ha estudiado Economía, quería “hacer algo que le hiciese realmente feliz”.

 

Ruth Carolina confiesa entre risas que cuando empezó no sabía coser ni un botón. La primera prenda confeccionada por ella al cien por cien fue un corsé. Le gustó el resultado y supo que esa era la línea que quería seguir.

Cursó durante un año clases de costura; y luego optó por seguir su aprendizaje en la Escuela Estación Diseño de Granada. Sus ideas y destrezas ya han madurado, y les ha puesto nombre: Ross Marlon.

 

La marca Ross Marlon responde, según nos relata su creadora, a una mirada al pasado, a la década de los 20 y de los 50. “Quería que mi marca representase esa cosa añeja”, nos explica. “En cierto modo, he querido captar la esencia de Marlon Brando; y lo de ‘Ross’ viene por mi madre, Rosa. Ella ha sido la persona que siempre me ha animado a explorar mi lado creativo”.

 

Ruth Carolina con uno de los modelos momentos antes de empezar el desfile | Autor de la foto: José Ángel Fiestas

'IDENTIDAD', ELEGANCIA SIN GÉNERO

Ruth Carolina mostró anoche diez outfits, cinco para hombre y cinco para mujer. -¿Qué querías transmitir con  tu colección ‘Identidad’?- le preguntamos. “Parto de la sastrería y de la identidad de los géneros. Me he centrado en la sofisticación y la elegancia de la mujer, que es posible resaltarla aunque lleven prendas más masculinas. No por llevarlas pierden esa sensualidad intrínseca. Y, por otro lado, he querido transmitir la masculinidad del hombre”.

En esta línea, Ruth Carolina nos comenta que su colección no ha partido de una gama cromática como otros diseñadores hacen, sino a partir de los tejidos, una de las señas de identidad de la sastrería. El resultado: colores sofisticados como el negro, el gris y el marrón, combinados con el blanco “para aportar un poco de luz a la colección” en las prendas.

Carolina encuentra la satisfacción en una prenda terminada, después de un complejo proceso de creación y confección que no todo el mundo sabe o puede apreciar. “Hay gente que piensa que las corbatas son compradas, pero las he hecho yo a mano, con hilo y aguja, y eso tiene su trabajo también. Los detalles no se aprecian tanto si no estás dentro de este mundo”, añade.

Preparar esta colección le ha costado a Carolina alrededor de 1.000 euros. Admite que le ha salido más cara por las telas que ha escogido, pero que, por lo general, los que empiezan en este mundo tienen que apoquinar bastante dinero, y claro, eso puede suponer una limitación para muchos. Echa en falta ayudas o incentivos para desarrollar su pasión mientras llega el día en el que pueda recuperar la inversión con la venta de alguna de sus prendas. “Tenemos descuento por pertenecer a esta escuela en algunos establecimientos de la ciudad, pero no es suficiente”, apostilla.

La presentación de su colección marca el punto y seguido a la trayectoria profesional de Ruth Carolina. Quiere seguir formándose y le gustaría trabajar una temporada al lado de algún sastre para seguir aprendiendo de este oficio milenario, y poco a poco 'coser' su futuro.