Juárez, la ciudad que pierde a las mujeres
La justificación en la mayoría de los casos por parte de la procuradora del gobernador es que las víctimas murieron por sobredosis u otras causas una forma por parte del estado de responsabilizar a la víctima y humillarla si cabe aún más.
Campo del algodonero, Lote Bravo, Cerro Negro, Lomas de Poleo, Granjas de Santa Elena, Colonia la nueva Hermilla , Puente Libre o Arroyo del Navajo, no son lugares transitados por los ciudadanos juarenses o los posibles turistas potenciales para la mejorar la imagen de la ciudad, son las tumbas improvisadas de la vergüenza donde encuentran a las mujeres asesinadas, violadas, torturas, mutiladas, y decapitadas.
Uno de esos cadáveres era el de Érika Pérez Escobedo desaparecida el 21 de septiembre de 2002 siendo hallado por un encargado de vigilar camiones el 23 de septiembre al lado de una terracería en Ciudad Juárez.
La justificación en la mayoría de los casos por parte de la procuradora del gobernador es que las víctimas murieron por sobredosis u otras causas una forma por parte del estado de responsabilizar a la víctima y humillarla si cabe aún más.