La madre de la joven asesinada en Motril testifica sobre las vejaciones que la acusada infligía sobre su hija
El jefe de la víctima también ha declarado que la asesina confesa le mandó mensajes haciéndose pasar por Marina para justificar su ausencia en el trabajo
Las testificales y parte de las periciales solicitadas por las partes han centrado este martes la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Granada por la fórmula del jurado popular contra la mujer acusada de asesinar de numerosas puñaladas en abril de 2021 a su novia, de 18 años, en el cortijo donde vivían en Motril, según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
Entre las personas que han testificado en el juicio se encuentra el dueño del cortijo donde se produjeron los hechos y al que la víctima intentó pedir ayuda a gritos dado que vivía al lado, si bien la asesina confesa reconoció este pasado lunes durante su declaración que cuando lo hizo le propinó una patada y le tapó la boca para que no pidiera auxilio mientras le seguía asestando puñaladas.
También ha declarado como testigo el jefe de la joven en la farmacia en la que trabajaba y al que la acusada mandó mensajes tras el crimen haciéndose pasar por ella explicando que no se iba a incorporar a su puesto de trabajo porque se iba a otra ciudad. A ellos se han sumado, entre otros, familiares de la asesina confesa y la madre de la víctima, que ha narrado las supuestas vejaciones que sufrió su hija durante la relación.
Durante la sesión también se han abordado parte de las periciales, con las huellas y vestigios encontrados en el domicilio tras el asesinato, especialmente en relación a la sangre, que la acusada limpió con lejía tras el crimen para intentar ocultar lo que había ocurrido aquella mañana. La previsión es que el juicio continúe este miércoles con más periciales y los informes finales de las partes.
La Fiscalía ha solicitado que la acusada sea condenada a 17 años y medio de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco. La familia de la víctima, que ejerce la acusación particular, hace hincapié en la especial vulnerabilidad de la víctima a tenor de su juventud y de su "frágil carácter", lo que propiciaba que su pareja la manipulara y mantuviera "aislada socialmente". Todo ello, unido, al "ensañamiento" y "sangre fría" con la que supuestamente actuó --se contabilizaron 24 lesiones entre cortes, incisiones y contusiones-- ha hecho que pidan prisión permanente revisable.
Los hechos se produjeron alrededor del mediodía del 13 de abril de 2021 cuando ambas estaban en el comedor del cortijo donde residían de alquiler y comenzaron a discutir. La presunta asesina cogió un cuchillo y comenzó a asestarle "multitud de puñaladas" en diferentes partes del cuerpo. El fiscal sostiene que durante la agresión aumentó "inhumanamente y de forma deliberada" el sufrimiento de la joven.
Durante su declaración la acusada reconoció la autoría del crimen, que según explico se produjo después de que hubiera consumido cocaína y ansiolíticos que tenía recetados. "No pensé, le quité el cuchillo y la apuñalé (...) no sé dónde le di ni cuántas --puñaladas-- fueron", según dijo. Aunque intentó ocultar el crimen y el cuerpo, finalmente optó por entregarse a la Policía y confesar al día siguiente.
También está acusada la persona que supuestamente le ayudó a intentar encubrir el crimen, el cual se enfrenta a una petición fiscal de 15 meses de prisión. El fiscal aboga por que se le aplique la eximente incompleta de alteración psíquica dado que padece un retraso mental con un grado de discapacidad del 54 por ciento que afectó a sus facultades respecto a los hechos, según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press.