Juicio por el empleado despedido de una frutería tras negarse a seguir trabajando “bajo condiciones ilegales”
Tras una inspección laboral de oficio, en la cual se destaparon las irregularidades del contrato, el trabajador decidió constituir una sección sindical. Tres semanas después fue despedido “en un claro ejemplo de represión hacia los derechos laborales"
Miguel Castillo, ex empleado de una frutería de Granada, comenzó a trabajar en dicho establecimiento durante octubre de 2013. “Llegué a trabajar más de 60 horas, con un contrato de media jornada y cobrando menos del salario mínimo.” En noviembre del siguiente año, después de una inspección que los dueños “no esperaban”, se negó a seguir colaborando con la empresa .
Decidió entonces constituir una sección sindical para conseguir que se cumpliera lo que marca el Convenio Colectivo. Tras esta situación, según Miguel, se sucedieron “momentos de tensión” que dificultaban la convivencia laboral y que terminaron con el consiguiente despido. “Mi despido fue una medida de represión. Dejaron claro que no querían cambiar ni mis condiciones ni las de mis compañeros y demostraron querer trabajadores que no conozcan sus derechos y no se quejen.“
Ante el juicio de hoy, Miguel demanda “la nulidad del despido” y reclama la diferencia que hay “entre lo que me pagaron y lo que legalmente marca el convenio”. Igualmente, recomienda a los trabajadores que se encuentren en una situación similar, “que no esperen a que ocurra el problema para luego intentar solucionarlo” y reconoce que “aunque la legislación lo pone difícil, hay que conocer los resquicios que ésta nos deja, para organizarnos y luchar a favor de nuestros derechos”.