Julián Orcaizaguirre, el triatleta que corre para llevar agua potable a África

‘Mi sudor no es en vano, que la gloria no sea para mí’ es el eslogan de este deportista que compite por una preciosa causa benéfica

Atleta Ultraman_Sara Castaño
Julián Orcaizaguirre posa con la gorra de GAIN, la ONG con la que colabora | Foto: Sara Castaño
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A sus casi 44 años, Julián Orcaizaguirre, más conocido en redes sociales como Julián Trainer, quedó tercero en una prueba de Ultraman disputada en Benicassim hace un par de semanas. Este bonaerense con orígenes vascos y afincado en Granada desde hace años no solo compite por el reto deportivo, sino que también lleva a cabo una causa benéfica con una ONG que construye pozos de agua en Benín (África).

Lejos de los focos mediáticos que atraen otros deportes mayoritarios y siempre con la inestimable ayuda su equipo, formado por Javier Morales y Liz Barrass, su mujer, Julián representa ese segmento de deportistas de élite menos conocidos, pero con una historia apasionante. Esta es la suya:

Argentino con orígenes vascos en Granada, ¿cómo llega aquí?

Es una larga historia. Soy de Buenos Aires, he vivido en Inglaterra, mi mujer es de allí y elegimos una tierra neutral donde vivir. Elegimos España y poco a poco llegamos a Granada. Esto es maravilloso y nos quedamos aquí. Mis abuelos son de Bilbao. Llevo aquí 11 años y mi hijo es granadino (ríe).

¿Volvería a Argentina?

De turismo.

¿En qué consiste un Ultraman?

Es un triatlón muy largo, tan largo que se divide en tres días. El primer día son 10 km de natación más 140 km de ciclismo en carretera; el segundo, 280 km en bicicleta; y el último, una doble maratón, 84 km corriendo. Cada día hay un plazo de 12 horas para completar las pruebas. Se va sumando el tiempo y al final hay un tiempo total.

En el último en Benicassim quedó tercero.

Sí, el primer día hice un poco menos de ocho horas y llegué el primero a meta. El segundo día hice el tercer o cuarto parcial y me mantuve en segunda de la general, había un ciclista vasco muy bueno que estaba por encima; tardé algo menos de once horas. El problema fue el tercer día, que hice 86 km en vez de 84 porque me perdí y tuve que rectificar (ríe).

¿Qué sintió al llegar a meta?

Felicidad. Dolor de piernas y felicidad. Generalmente se llora, yo he llorado, porque se arrastran muchas emociones y me acuerdo mucho de mi familia y de las horas que le quitas para salir a entrenar. Tenía muchos amigos apoyándome y eso es impagable, todo eso te lleva en volandas a la meta.

¿Con qué objetivo compite?

Qué buena pregunta (ríe). Cumplo 44 y llevo más de 20 años haciendo esto. Empecé haciendo cosas más suaves y con el tiempo vas avanzando, fui haciendo algún medio Ironman y poco a poco fui haciendo retos mayores. Cuando ves el Ultraman, lo ves una locura, pero no tanto como al principio. En mi caso, trato de hacer estas pruebas por causa solidaria. Mi eslogan es ‘Mi sudor no es en vano, que la gloria no sea para mí’. En este caso trato de hacerlo para la ONG 'GAIN' (Global Aid Network) para construir pozos de agua potable en Benín, en África, y trato de hacerlo para darle difusión y conseguir fondos para este objetivo.

Cuénteme sobre esa ONG.

La ONG trabaja en muchas partes del mundo, de hecho, ya colaboré con ellos en otro Ultraman que hice para un orfanato en Haití. El año pasado hice otra locura deportiva y seguimos colaborando.

¿Qué locura?

(Ríe). Algo que me inventé yo. En una semana tenía que hacer 10km nadando, 1.000 de bicicleta y 100 corriendo. Lo llamé desafío 10-1.000-100, lo tengo subido en mi canal de YouTube. Mucha gente me fue acompañando y estuvo divertido. Recaudamos fondos para el campo de refugiados de Lesbos, en Grecia.

Sigamos con lo de los pozos en Benín.

Sí, 'GAIN' es una ONG cristiana que me gusta mucho y es de gente que conozco. Me apoyan siempre con cualquier proyecto. Construir un pozo de agua allí cuesta 7.500 euros y mi idea era recaudar esa cifra. No hemos llegado todavía, pero se suma lo que conseguimos a otros proyectos y se termina construyendo el pozo.

¿Qué se gana quedando tercero en un Ultraman en España?

Nada. Premios no hay, lamentablemente esto está muy mal pagado, esto no es fútbol. Lo hago por amor al deporte, porque me gusta. Si haces pódium te dan algún regalo de los patrocinadores, mochilas, camisetas… pero premio no hay ni para el que gana.

¿Cómo piensa entonces ganar esos 7.500 euros?

A través de una plataforma de crowfunding.  Además, mi canal de YouTube también está funcionando bien, tengo 65.000 suscriptores. Y yo pensé “con que haya siete mil que pongan un euro, lo tenemos”; entonces traté de orientarlo por ahí. Mucha gente fue poniendo, pero no llegamos a esas siete mil personas de un euro cada una. Ahora mismo estamos en 1.500 euros recaudados en total.

¿De qué otra forma se puede ayudar a esta causa?

Además de los donativos, por lo menos difundir y que se conozca esta causa. Si hay alguien que no puede poner dinero, al menos que comparta el enlace y se expanda la red.

¿Por qué empezó a colaborar con esta causa solidaria?

Hay algo dentro de mí que me dice que no tengo que hacer estas cosas para mí. Estuve muchos años haciendo carreras para cruzar la meta, para mi gloria y para sentirme orgulloso de mí. Pero siento que hay algo más, como agradecimiento a la vida por permitirme hacer lo que hago.

Aparte está el reto deportivo.

Claro, soy deportista y también me gusta competir. He entrenado bastante para esta prueba y quería hacerlo bien. Hace dos años hice un Ultraman en Motril, que es de los más duros, y terminé regular por la alergia, fue en mayo y me destrozó, tenía la espinita clavada. Quería ir, hacerlo bien y pelear por el pódium.

¿Cuándo empezó a hacer Triatlón?

En 1999, en Argentina.

¿Cómo fue?

Como todos, al conocer a alguien que te enseñe lo que es. En Argentina había un monitor de gimnasio que me lo inculcó y me fui enganchando.

¿Qué ha cambiado desde entonces?

En mí, he crecido mucho a nivel psicológico. Me gusta mucho la inteligencia emocional aplicada al deporte. Al principio era joven y era todo potencia y tirar hacia adelante a lo loco. Ahora tengo que medir más mis esfuerzos y me doy cuenta que hay mucho de cabeza y estrategia, más aún en pruebas tan largas. En cuanto al triatlón en sí, ha crecido enormemente, antes la gente se imaginaba que era lanzar una jabalina y cosas así (ríe).

¿A qué se dedica ahora mismo?

Soy entrenador de triatlón, tengo un grupo de entrenamiento en el gimnasio O2 y ahí entreno a la gente, enseño a nadar, salimos a correr, etc. Además, me fui metiendo en YouTube y creé mi canal como un juego y creció un montón y sigue haciéndolo. También tengo gente a la que preparo online, desde México, por ejemplo, que me conocieron por el canal de YouTube y les hago planificaciones de entrenamiento y demás

Eso le sirve también para ser mentor de jóvenes.

Eso es lo que más me gusta. Me encanta ver gente nueva que empieza y ayudarles física y psicológicamente. Hay gente con potencial físico increíble, pero llegan con un “no puedo” por delante y yo los veo que están más preparados que muchos otros. Lo que más me gusta es que es gente normal que termina haciendo cosas que creía que no podía hacer.

También fundó un club de triatlón aquí en Granada.

Sí, Triatomix. Es el primer club de Triatlón registrado como tal en Granada, aunque ya había gente practicando este deporte desde años atrás en la ciudad.

¿Qué le queda por hacer en el mundo del triatlón?

Uf, difícil. Seguir con esto. Me gustaría seguir con el Ironman, que son pruebas largas, pero de un solo día. Esto es lo que me gusta hacer y seguiré tratando de darlo todo siempre.

¿Hasta que el cuerpo aguante?

Hasta que el cuerpo aguante. Me veo haciendo esto hasta que me jubile.

¿Cómo está el triatlón en España actualmente?

En España está bien porque tenemos unos cuantos campeones: Iván Raña, Mario Mola, Gómez Noya, que ya lleva muchos años, etc. Ahora llegan los Juegos Olímpicos con buenas opciones de medalla y hay una cantera grande. Esto es como cuando hay un buen tenista en el país, todo el mundo se pone a jugar al tenis. Eso va a hacer que haya más competencia a nivel mundial, es un deporte que está creciendo mucho.

¿En quién se inspira para mejorar?

En José Manuel López, un triatleta de Mallorca poco conocido, pero fue récord Guinness al hacer 30 Ironman en 30 días y, ese mismo año, hizo al final 60 más, y obtuvo el récord al completar 90 Ironman en un año.

¿Cuál es su lema?

'Cuerpo, mente y corazón, alineados en la misma dirección'. Eso es lo que le digo a la gente que entreno cuando van a competir.

¿Qué les diría a los jóvenes que están empezando en esto?

Que se pongan en manos de profesionales, es muy común lo de auto entrenarse y eso al final termina en lesión o en una escasa progresión. En todos los gimnasios hay entrenadores, cursos de natación, etc. Que busquen alguien con experiencia previa. Que tampoco se obsesionen y busquen el equilibrio entre lo que te gusta y el estudio, la vida social, la familia, etc. Es complicado, porque es un deporte que te requiere muchas horas. Si creen que pueden, lo van a terminar consiguiendo.