Jurado enjuicia desde este lunes al acusado de asesinar a tiros con escopeta a su mujer en Cúllar
La defensa alega que el inculpado había consumido gran cantidad de alcohol, lo que le provocó una "notable merma" de sus facultades intelectivas y volitivas
Un jurado enjuicia desde este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada al hombre, de iniciales A.G.B., acusado de asesinar a tiros con una escopeta a su mujer en la vivienda que ambos compartían en Cúllar (Granada) el 4 de septiembre de 2014, hechos por los que se enfrenta a penas de hasta 25 años de prisión.
La Fiscalía reclama para él 20 años de prisión por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de confesión, pues reconoció ante la Guardia Civil ser el autor del crimen machista. Además, se enfrenta al pago de una indemnización de 90.000 euros para la hija de la víctima, de una relación anterior.
La acusación particular, que ejerce la hija de la fallecida, eleva su petición a los 25 años de cárcel por asesinato, y exige 150.000 euros en concepto de responsabilidad civil por el perjuicio ocasionado, mientras que la defensa alega que el acusado estaba bajo los efectos del alcohol y solicita una condena por homicidio con esa atenuante muy cualificada --además de las de confesión y anomalía o alteración psíquica-- a cinco años de prisión, según consta en los escritos de conclusiones provisionales a los que ha tenido acceso Europa Press.
El fiscal sostiene que el acusado convivía desde hacía más de 20 años con su mujer en una vivienda tipo casa-cueva en Cúllar cuando, el 4 de septiembre de 2014, sobre las 21,30 horas, se inició una discusión entre los dos, que "venían siendo frecuentes en los últimos días".
En un momento de la discusión, la mujer, que entonces tenía 62 años, salió al exterior de la casa y quedó dentro el procesado. Ella llamó a través de su teléfono móvil a su hermana, a la que pidió que acudiera a su casa ya que su marido estaba en el interior de la vivienda con la llave echada y no podía entrar.
Entretanto, el procesado, "movido por el propósito de acabar con la vida de su mujer", tomó una escopeta de dos cañones --para cuya posesión tenía la correspondiente licencia--, abrió la puerta principal de la vivienda y salió el exterior con la escopeta cargada y preparada para ser disparada de manera inmediata.
A continuación, "de forma sorpresiva y sin que la mujer tuviera posibilidad alguna para reaccionar" debido a lo inesperado de la acción, el acusado, situado a unos cinco metros de distancia del lugar donde ella se encontraba, efectuó un solo disparo que impactó a su mujer en el abdomen derecho y región submamaria derecha.
Como consecuencia del disparo, "mortal de necesidad" al verse afectados órganos vitales, la mujer falleció de manera casi instantánea por un shock hipovolémico producido por la hemorragia.
Inmediatamente después de efectuar el disparo, el inculpado entró en la vivienda, cerró la puerta con llave y se dirigió a su dormitorio, donde se disparó a sí mismo está en tres ocasiones con la intención de suicidarse y acertó con el tercer y último disparo que le causó heridas en hemicara derecha y en la mejilla y mentón izquierdo.
Transcurridos escasos minutos llegó al domicilio la hermana de la mujer, que encontró a la víctima inconsciente tirada en la calle y alertó a los servicios sanitarios y a la Guardia Civil.
Efectivos de la Guardia Civil entraron en el dormitorio tras forzar la puerta de acceso y encontraron al acusado gravemente herido tumbado en la cama que había compartido durante años con su mujer. "Balbuceando", de forma espontánea, manifestó a un agente que había disparado a su esposa porque "le estaba haciendo la vida imposible".
Según la Fiscalía, no consta que en el momento de los hechos el acusado tuviera afectadas sus capacidades cognitivas o volitivas, por lo que conocía por tanto la ilicitud de los hechos cometidos y conservaba la capacidad de actuar conforme a esa comprensión.
ESCRITO DE DEFENSA
La defensa sostiene en su escrito de conclusiones provisionales, al que ha tenido acceso Europa Press, que la relación y convivencia del matrimonio durante gran parte de sus veinte años fue excelente, pero la jubilación del inculpado --en el año 2013-- provocó en éste "un cambio de carácter, no sólo en su ánimo, sino también en sus hábitos", ya que pasaba gran parte del día fuera de casa, en compañía de sus amigos e ingiriendo alcohol.
Ello, unido a la "fuerte personalidad" de su mujer, provocaba que las peleas y discusiones en esta pareja fueran continuas, en las que aquella le reprochaba a su marido su comportamiento y éste a ella, a su vez, el "férreo control" al que le tenía sometido.
Durante los primeros días del mes de septiembre de 2014, el ambiente "se enrareció aún más", ya que las peleas no cesaban y la situación cada vez era más tensa. Así se llegó a la mañana del día 4 de septiembre, con una nueva pelea en el matrimonio, en la que la mujer le recriminaba a su marido su comportamiento. Ante esta situación, el acusado decidió abandonar la casa para regresar ebrio a la hora del almuerzo, momento en el que se inició una nueva discusión entre ambos.
En una hora indeterminada de la tarde, posiblemente tras el almuerzo, ella se dirigió a la casa de su hermana, donde estuvo hasta, aproximadamente, las 20,30 horas, momento en el que regresó a su domicilio. El procesado actuó de igual manera, marchándose de la casa, para jugar la habitual partida acompañada de una importante ingesta de alcohol, para después dirigirse a su casa.
Ya de noche, y coincidiendo la pareja en el domicilio, se inició de nuevo una fuerte pelea, en la que en el transcurso de la misma el hombre cogió una escopeta de la que era propietario y de la que tenía la licencia correspondiente, disparando, al menos, en una ocasión en el interior de la casa-cueva.
Ante esta situación de "evidente peligro", la mujer se dirigió a la calle y ya allí, "estando los dos fuera de la casa", y cuando el acusado tenía frente a sí a su esposa le disparó en una ocasión impactándole los distintos perdigones en el abdomen y región submamaria derecha.
Acto seguido, el hombre se dirigió, nuevamente, hacia su domicilio, concretamente al dormitorio de matrimonio para con la misma escopeta --y "arrepentido por lo realizado"-- tratar de acabar con su vida. Para ello se efectuó tres disparos, siendo el último el que le causó graves heridas en la cara, mandíbula, nariz y ojo.
El acusado, tras esta acción, "balbuceando y de manera espontánea" manifestó a uno de los agentes de la Guardia Civil que se personó en su domicilio que había acabado con la vida de su esposa.
En la época en que acaecieron los hechos, A.G.B., según su defensa, presentaba "serios y graves" problemas de alcoholismo, y el día en que estos sucedieron, tanto en su mañana como en la tarde, el acusado realizó una importante ingesta de alcohol que, junto con su consumo habitual y diario, provocó una "notable merma" de sus facultades intelectivas y volitivas.
Durante el ingreso hospitalario que precisó el acusado para el tratamiento de las heridas que se produjo, sufrió un cuadro delirante y con agitación compatible con la abstinencia alcohólica, precisando medicación y contención mecánica, aplicándose, además, las medidas terapéuticas habituales para la deshabituación alcohólica. Del mismo modo, en aquella época el inculpado estaba bajo tratamiento farmacológico por la ansiedad que le había sido diagnosticada años anteriores.
Un jurado enjuiciará el caso en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada, desde este lunes y hasta el día 8, fecha en la que previsiblemente quedará visto para veredicto.