Juzgan este lunes al propietario de un pub de Granada por la emisión de ruidos ilegales
Se piden para el acusado, tres años y medio de prisión y una multa de 8.400 euros así como su inhabilitación
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada acoge este lunes el juicio contra el propietario de un café-pub de Granada por la emisión de ruidos por encima del nivel legal permitido que causaron alteraciones psíquicas y del sueño a los vecinos del mismo edificio.
La Fiscalía de Granada solicita para el procesado, Manuel S.M., de 30 años, tres años y medio de prisión, multa de 8.400 euros e inhabilitación especial para profesión u oficio de gerente de restauración por dos años, por la posible comisión de un delito continuado contra el medio ambiente y dos delitos de lesiones.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, el local que regenta el inculpado, el café-pub El Señorío, en Granada capital, ha emitido desde octubre de 2011 inmisiones sonoras "superiores a las permitidas" conforme a la legislación vigente e "insoportables" para los vecinos de la primera planta del mismo edificio, a los que ha perturbado su "descanso y tranquilidad familiar" como consecuencia del elevado volumen de la música.
Según las mediciones realizadas por el Seprona el 14 de marzo de 2013, el pub emitía 36,4 decibelios, seis por encima de lo máximo permitido, lo que se considera una infracción "muy grave" según el reglamento de protección contra la contaminación acústica de Andalucía. Asimismo, los agentes detectaron la existencia de un equipo reproductor de música paralelo a otro preexistente no controlado por el limitador, si bien éste se retiró con posterioridad.
De hecho, en una nueva medición el 3 de diciembre de 2013, el resultado fue de un menor nivel de ruidos, de 20,8 decibelios, que ya no excedía el nivel permitido. No obstante, los vecinos sufrieron las inmisiones ilegales desde 2011 a esa fecha, y llamaron en varias ocasiones a la Policía Local para quejarse, concretamente en febrero y diciembre de 2012.
Los vecinos sufrieron, como consecuencia de haber soportado esos ruidos, alteraciones de sueño y psíquicas, como irritabilidad, ansiedad, o trastorno por estrés, y han sufrido además secuelas por ansiedad reactiva.
Por ello, el fiscal reclama para el inculpado dos años de prisión y multa de 8.400 euros por un delito de daños, y otros 18 meses de prisión por dos delitos de lesiones, además de inhabilitación especial para la profesión.