Juzgan este miércoles a un acusado de incendiar su propio bloque tras amenazar a sus vecinos
La fiscalía solicita una pena de 11 años de prisión
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada acoge este miércoles el juicio contra un hombre, que padece un trastorno psicótico de tipo paranoide, acusado de prender fuego a una vivienda de su mismo edificio, en Granada, tras amenazar a sus vecinos con matarlos, en el verano de 2013.
La Fiscalía de Granada solicita una pena de 11 años de cárcel y multa de 600 euros para él, por la posible comisión de un delito de incendio, mediando peligro para la vida e integridad de las personas, y una falta de lesiones, con la eximente incompleta de alteración psíquica. La casualidad ha querido que sea juzgado justo cuando se cumple un año de lo ocurrido.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al 9 de julio del pasado año, sobre las 00,00 horas, cuando el procesado, "guiado por el ánimo de atentar contra la integridad" del resto de sus vecinos, se desplazó desde su piso, en el tercero, al 2º C de su comunidad de propietarios, en la calle Rigoberta Menchú, en Granada, rociando la entrada de la vivienda con un líquido inflamable que portaba en una botella de plástico de Coca Cola de dos litros.
Así, le prendió fuego a la entrada "con ánimo de poner en peligro" al resto de inquilinos del inmueble, y provocó una explosión que alertó a los moradores de otros pisos. Mientras tanto, el inculpado aprovechó para desplazarse al exterior arrojando a un contenedor de basura la botella de plástico empleada para rociar la puerta del 2º C.
Una vez que regresó al interior de la comunidad de propietarios, uno de sus vecinos, "ante las sospechas de que había sido el autor del fuego intencionado", le recriminó su actitud, a lo que el inculpado le respondió agrediéndole con un puñetazo que le hizo caer al suelo, donde continuó pegándole, y fue precisa la intervención de varias personas para reducirle y que parara.
El incendio provocado tuvo la consideración de "grande", aunque fue extinguido debido a la pronta intervención de varios vecinos, lo que influyó en que no se extendiera a otros pisos y zonas de la comunidad. El piso afectado sufrió desperfectos tasados en 4.806,03 euros.
Con anterioridad a estos hechos, según el fiscal, el procesado mantuvo una actitud de "hostigamiento" contra sus vecinos, profiriendo expresiones tales como "voy a mataros a todos, voy a abrir la bombona de butano para que todos revienten, voy a prenderle fuego a todos el edificio", y otras frases similares "causantes de un profundo temor" entre las personas que vivían en el mismo inmueble.
El inculpado padece un trastorno psicótico de tipo paranoide, de tal modo que en el momento de los hechos tenía "parcialmente disminuidas sus facultades volitivas e intelectivas", lo que "no le impedía totalmente conocer el alcance de sus actos ni guiar su voluntad conforme a dicha comprensión".
Por todo el fiscal solicita para él 11 años de prisión por el delito de incendio, con la prohibición de residir en su comunidad de propietarios durante un periodo de 15 años, y 600 euros de multa por la falta de lesiones.