La AAVV Bajo Albayzin elabora un decálogo de necesidades para el Albaicín y el Sacromonte

Llaman al apoyo de todas las administraciones para luchar por que se cumplan con las obligaciones que les confiere la ley

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La AV Bajo Albayzin ha elaborado un decálogo de necesidades para el barrio del Albaicín y del Sacromonte, llamando al apoyo de todas las administraciones con responsabilidades en el conjunto Albaicín-Sacromonte y buscando que se cumplan con las obligaciones que les confiere la ley. Reproducimos íntegramente el decálogo elaborado por esta asociación:

1-Modelo de barrio: Es imperante establecer un modelo de barrio sostenible para la recuperación y desarrollo del Albaicín-Sacromonte . Este modelo debe basarse en la idea de que ambos son barrios patrimoniales vivos y habitables. Esto quiere decir que la conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico va indisolublemente unido al mantenimiento de una población estable de vecinos, una unión, patrimonio físico-patrimonio ciudadano, que es la única manera de preservar las características de ambos barrios que tanto valoramos quienes aquí vivimos y valoran quienes nos visitan. Un barrio vivo y poblado con una pluralidad de vecinos (de todas las generaciones, naturales del barrio y procedentes de varias partes de la ciudad, del país y del mundo, en una variedad de modelos familiares, de diversas culturas) aporta la parte más importante del capital humano y económico para el mantenimiento y conservación tanto de los bienes patrimoniales en particular como de todo el conjunto urbano y edificado en general.

2- Participación: Los barrios los construyen sus vecinos. Son éstos quienes mejor lo conocen, y en el caso del Albaicín-Sacromonte esto es aún más cierto dadas sus peculiares características y las diferencias con respecto al resto de la ciudad. Por ello hay que articular nuevas formas de participación real, directa y efectiva, en la que nuevas propuestas se articulen de manera transparente y consensuada y las soluciones a problemas se den con prontitud y eficacia. La participación tiene que acompañar a todos los procesos y decisiones, estar presente desde los inicios de cualquier actuación y durante todas las fases, para que vecinos, técnicos y representantes políticos formen parte coordinada de cualquier proceso, propuesta o proyecto. La participación se debe potenciar de manera honesta, generosa y transparente, apostando, con todos los medios posibles, presenciales y virtuales, por un modelo renovado democrático de gobernanza.

3- Planificación: Es imperante, tal y como exige la ley, la elaboración y aprobación del plan de protección para estos barrios, Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Albaicín-Sacromonte, pues es el marco normativo imprescindible para la regulación, control y potenciación de la actividad urbanística y edificatoria. La redacción y contenidos de este plan debe de hacerse de manera transparente y participada en todas sus fases, de modo que la participación sea eje director del propio plan, puesto que la experiencia de los vecinos lo enriquecerá y aproximará el plan la realidad y complejidad de ambos barrios. Este plan, además de ajustarse a criterios patrimoniales rigurosos que abarquen todas las escalas (desde el paisaje al detalle), deberá redactarse contemplando como prioridad la conservación del patrimonio y  el mantenimiento de la población y la atracción de nuevos vecinos que habiten estos barrios de manera estable y atendiendo a sus potencialidades para albergar a un amplio espectro poblacional. El plan, en ningún caso, deberá validar actuaciones que se han llevado a cabo al margen de la legalidad y a lo establecido en la norma de 1990. Es decir, debe priorizar el entendimiento del Albaicín-Sacromonte como barrios residenciales de especiales características sobre los usos hosteleros o procesos especulativos. Igualmente debe contemplar la inclusión de nuevos equipamientos de uso público cotidiano, la creación de más espacio público urbano y la mejora del existente.

4- Gestión: El Albaicín-Sacromonte, como barrios patrimoniales vivos, necesitan de un órgano de gestión propio, directo y cercano que sea capaz de responder adecuadamente tanto a las necesidades vecinales como a las exigencias de su conservación. Este órgano deberá tener competencias y atribuciones claramente establecidas, además de capacidad ejecutiva, con unos estatutos, funciones y competencias tales que ejerza una función transversal capaz de incorporar la participación vecinal y coordinar las propias áreas municipales con competencias en estos barrios (Urbanismo, Cultura, Patrimonio, Participación, Movilidad, Medio Ambiente, Servicios Sociales, Seguridad, Turismo,…), entre instituciones públicas y privadas (Ayuntamiento, Patronato de la Alhambra, Consejería de Cultura, Ministerio de Cultura, Universidad, centros de enseñanza), las asociaciones vecinales y otros colectivos sociales, comerciales, culturales, etc. con intereses y responsabilidades dentro del ámbito del Albaicín-Sacromonte. Incluyendo una oficina técnica con atribuciones y conocimiento específico del barrio, con capacidad de supervisar y hacer el seguimiento de proyectos y obra particulares así como de redactar y/o gestionar proyectos específicos de actuación. Este órgano gestor del barrio deberá compaginar y atender las cuestiones cotidianas de un barrio habitado con aquellas cuestiones patrimoniales que son exclusivas de la singularidad del Albaicín-Sacromonte.

5-Servicios básicos: La mejora en la calidad y eficacia de los servicios públicos cotidianos ofrecidos en el Albaicín-Sacromonte debe ser una prioridad. Unos barrios de trazado singular y complejo requieren una atención especial en cuanto a su limpieza y mantenimiento, más si cabe porque además se produce por ellos un intenso tránsito de visitantes. Se debe incrementar la frecuencia de barrido y baldeo, y extender esta frecuencia no sólo a las rutas turísticas, sino a las zonas más desconocidas, pero igualmente habitadas, de los barrios. Hay que reformular el servicio de recogida de basuras, en lo concerniente a la generación y recogida de residuos procedentes de la hostelería y el comercio, con unas necesidades muy distintas a los usuarios privados por las meras cantidades y frecuencia de generación. Igualmente hay que seguir corrigiendo malos hábitos en cuanto a incumplimiento de horarios, depósito incontrolado de todo tipo de residuos o los excrementos de perro,  todo ello acompañado por la ocultación de contenedores o búsqueda de soluciones de mínimo impacto visual y de ocupación de la vía pública. Y finalmente hay que comprometerse a que el Albaicín-Sacromonte sean barrios limpios de pintadas vandálicas, para lo cual, deben articularse mecanismos para su inmediata eliminación en cuanto aparezcan, sean sobre el bien que sean e indiferentemente de quién sea el responsable de dicho bien, y perseguir a quienes realizan estos actos vandálicos.

6-Movilidad: La movilidad en el Albaicín- Sacromonte se debe entender de manera integral, es decir, ambos barrios en su conjunto y en su conexión con el resto de la ciudad y del territorio.  La carencia de un estudio de movilidad específico ha llevado a situaciones de saturación y caos circulatorio. La vocación peatonal del barrio, la eficacia del transporte público y la accesibilidad del vehículo privado del vecino deben prevalecer sobre cualquier otro medio comercial, para la adecuada conservación del barrio, por la seguridad del peatón (vecino y visitante) y por razones de sostenibilidad medioambiental (polución, contaminación acústica y visual). Cualquier actuación deberá asumir esta integralidad y estas prioridades,  y partir de un análisis y un diagnóstico riguroso y pormenorizado.  Las autoridades deberán hacer cumplir las normas de circulación con eficacia y rigurosidad (velocidad, aparcamiento, dimensiones de vehículos, horarios de acceso), implementar medidas estratégicas que ayuden los vecinos a encontrar espacios en los que aparcar y a los comerciantes a disponer de zonas de carga y descarga fácil y compatible con las necesidades de residentes y establecer unos espacios adecuados que generen una red de aparcamientos eficaz. Se deberán establecer rutas accesibles. Todo ello para hacer del Albaicín-Sacromonte barrios más habitables para sus vecinos y más amables tanto para ellos como para quienes los visitan.

7-Equipamientos y espacios públicos: Unos barrios vivos y habitables necesitan de equipamientos públicos dignos que den soporte a esa vida. Debe ser una prioridad potenciar los que escasamente existen y buscar y encontrar nuevos espacios culturales, lúdicos y deportivos para su uso por parte de los vecinos. Estos se pueden ubicar en espacios de titularidad pública o se pueden encontrar fórmulas para su generación compartida en ámbitos de gestión privada. El Albaicín-Sacromonte requieren de espacios públicos de calidad para su uso y disfrute por parte de todos, vecinos y visitantes. La desmedida ocupación de vía pública con fines comerciales, ya sea de manera reglada o informal, debe acabar, pues es una usurpación de espacios que pertenecen a todos. Debe ser una prioridad imperante la ejecución y apertura del Paseo de la Muralla Zirí (Arco de las Pesas-Puerta Monaita), la consolidación y adecuación del Cerro de San Miguel como gran parque público integrado en el tejido residencial existente, o la puesta en valor de las riberas de Darro, entre otros. Deberá prestarse especial atención además a los pavimentos de ambos barrios, definir un catálogo claro y coherente de intervenciones, una carta de pavimentación así como a establecer criterios técnicos, estéticos y normativos para las sustituciones o nuevas actuaciones. Todo ello encaminado a la incorporación de técnicas que garantizan grados aceptables de comodidad, y la mejora de rutas accesibles, para vecinos y visitantes a la vez que se preservan los valores patrimoniales de los espacios en su conjunto.

8-Economía Productiva: Para que el Albaicín-Sacromonte sigan siendo barrios vivos y habitables necesitan tener una economía dinámica, justa y adecuada a su entorno físico y a sus realidades patrimoniales. La industria turística es importante, pero no es la única y ni siquiera se está desarrollando de una manera equilibrada. Para que sus beneficios se distribuyan por el barrio es necesario mejorar la calidad de los servicios prestados y las condiciones laborales de los trabajadores. Igualmente se debe incentivar la industria artesana creativa y de calidad y su comercio estable, y potenciar las nuevas industrias creativas, culturales, de conocimiento y de tecnologías avanzadas para diversificar las economías de ambos barrios. Todo ello acompañado del apoyo a los oficios tradicionales de la construcción (carpintería, forja, empedrado…) para que formen parte activa en la conservación de los bienes patrimoniales y edificatorios de los barrios.

9-Paisaje urbano y Patrimonio: El Albaicín-Sacromonte dotan a Granada de un patrimonio paisajístico de enorme valor. Sin embargo, se producen constantes agresiones a este paisaje, impactos y contaminación visual, desde la escala general a la escala del detalle (cableado aéreo, toldos , cerramientos plásticos, construcciones ilegales sobre cubiertas, luminosos, etc..) deben ser eliminados urgentemente porque además incumplen todas las normas urbanísticas establecidas. Además, existen numerosos bienes patrimoniales abandonados, mal mantenidos, con usos indebidos, con obras a medio hacer o infrautilizados. En todos los casos hay que hacer cumplir las leyes de patrimonio. Estos bienes pertenecen a todas las administraciones públicas o es de su responsabilidad velar por su adecuada conservación.  Todos requieren de una intervención, la mayoría de máxima urgencia, por lo que las administraciones deben comprometerse, en unos plazos aceptables, a coordinarse e intervenir en ellos.

10-Convivencia: En el Albaicín-Sacromonte conviven diversas realidades, pero los principales conflictos se producen entre la vida cotidiana de los vecinos y el impacto del turismo y del ocio nocturno. Hay zonas del barrio que están ya saturadas de usos que afectan a la convivencia, por lo que exigimos una regulación urgente para des-saturar estas zonas y evitar la saturación de otras. Estos barrios son únicos, y los vecinos damos la bienvenida quienes los visitan para que todos disfruten de estos enclaves. Pero este disfrute se debe de hacer desde el respeto a sus habitantes. Es por ello que las autoridades competentes deben comprometerse a velar por el comportamiento cívico de todos aquellos que pasean por nuestros barrios, garantizando la limpieza, el uso respetuoso de los espacios públicos y el derecho al descanso.