La Alhambra reabre tras tres días cerrada para acoger la recepción de la Cumbre Europea
Los turistas vuelven al monumento después de estar cerrada a la visita pública
Europa Press
El Patronato de la Alhambra y Generalife ha reabierto este sábado tras la recepción con los Reyes Felipe VI y Letizia en la tarde noche de este jueves por la III Cumbre de la Comunidad Política Europea, por la que mantuvo cerrado el recinto a la visita pública, durante tres días, del miércoles 4 al viernes 6.
Después de afrontar este pasado viernes las labores de desmontaje, con carga y transporte de material de las instalaciones que fueron necesarias para la recepción y la foto oficial de la cumbre, los turistas vuelven al monumento tras días de un extraño silencio en el recinto.
El monumento dejó abierta la posibilidad de que trabajadores de la cumbre y miembros de las delegaciones que no pudieron visitar la Alhambra en los días previos lo hicieran este pasado viernes, según informaron también a Europa Press desde el patronato que lo gestiona.
La Alhambra se convertía en protagonista de la cumbre con una foto de familia en el emblemático Patio de los Leones, y un espectáculo de flamenco, antes de una cena con menú andalusí en el Parador de Granada de la que tuvo que ausentarse el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Los mandatarios también tuvieron ocasión de recorrer previamente algunos de los enclaves más emblemáticos de este monumento, Patrimonio de la Humanidad, guiados por el 'staff' del Patronato de la Alhambra y Generalife. Aunque para la ocasión los líderes podían acudir acompañados por sus parejas, un buen número de ellos llegaron en solitario.
Todos ellos fueron saludados a la entrada del Patio de Arrayanes por Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, quienes intercambiaron saludos y comentarios con los invitados sobre el enclave. Muchos de los mandatarios y sus acompañantes mostraron gestos de asombro y admiración por la belleza del enclave.
Algunos, como el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, el primer ministro luxemburgués, Xabier Bettel, o el presidente rumano, Klaus Iohannis, no dudaron en sacar sus teléfonos móviles y tomar algunas fotos y vídeos.
