La Calahorra se une contra un proyecto que roza ser una macrogranja: "La esperanza es que haya algún resquicio"

El Consistorio del municipio aprobó en 2020 un proyecto que cumple con la legalidad, pero los vecinos sostienen que "no trae ningún beneficio"

Macrogranjas La Calahorra
Protesta en La Calahorra contra el proyecto | Foto: Facebook
Sergio Rodríguez Acosta
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La palabra 'macrogranja' se ha instalado de nuevo en la Comarca de Guadix y El Marquesado. Tras el caso vivido en Jérez del Marquesado, donde una plataforma vecinal se erigió para luchar contra un proyecto que rozaba las 2.500 cabezas de ganado, la secuencia se repite ahora en La Calahorra, aunque con otros matices. La cifra de cabezas presentada en el proyecto, 2.498, vuelve a estar al borde del mínimo de 2.500 cabezas para su calificación como macrogranja. Desde la perspectiva de la legalidad, la propuesta cumple con todos los requisitos, motivo por el que el Consistorio la aprobó en 2020. La concienciación respecto a este sector ha crecido en el pueblo, que ahora trata de ganar tiempo para frenar el proceso.

Jorge Fernández Díaz es uno de los vecinos que ha dado un paso adelante para intentar encontrar soluciones. Este hombre recalca que habla "a nivel personal" porque ninguna asamblea le ha designado portavoz de otras personas. "Yo esta noche no he dormido", confiesa preocupado. Por otro lado, resalta que "es el pueblo entero" quien se ha levantado. “Estamos intentando meter alegaciones para frenar porque el proyecto se ha presentado en un estado avanzadisimo”, explica.

Una de las claves para la localidad es que “alcalde y oposición reman en la misma dirección y eso ayuda mucho”. Así lo asegura Jorge, quien tiene esperanza en que "antecedentes legales" o la protección del acuífero local respecto a una posible balsa de purines. Uno de los argumentos esgrimidos por este varón es que "el agua escasea" y no conviene "cambiar agua sana por purines". Además, sostiene que la presencia de una explotación de ese tamaño sería un perjuicio para el turismo rural que ofrece el municipio.

“Eso no trae ningún beneficio”

“Para ver estrellas hemos tenido que sufrir la miseria y la emigración de nuestra juventud, ¿ahora permitimos que por una marranada se nos lleven lo único bueno que nos ha dejado la miseria?", pregunta Jorge, quien llama a defender "nuestro medioambiente". "No son 50.000 puestos de trabajo. Eso no trae ningún beneficio", asevera.

El vecino de La Calahorra expone que la "concienciación" sobre este sector ha crecido "a raíz de Jérez del Marquesado". La unión entre las dos partes es tal que integrantes de la Plataforma por el compromiso del futuro de Jérez del Marquesado han tratado de prestar ayuda mediante asesoramiento. Asimismo, el mismo abogado que trabajó en el caso de Jérez se ocupa también de este.

El proyecto aprobado en 2020 cuenta ya con licencia de obra, por lo que el aspecto medioambiental es la carta que desean jugar desde el pueblo. “La unión del pueblo no es suficiente para derribar el proyecto, pero vamos a tener alegaciones suficientemente claras”, afirma Jorge.

El alcalde apoya "la voluntad de nuestro pueblo"

Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra, se encuentra en la misma línea que sus vecinos. “El margen como políticos es ayudar a la voluntad de nuestro pueblo en todo lo que podamos”, manifiesta. El primer edil recuerda que la propuesta presentada en 2020 "cumplía con los parámetros", pero muestra su "esperanza" en que exista "algún resquicio medioambiental”.

El mandatario es consciente de que fue la "calificación ambiental" lo que tumbó el proyecto de Jérez del Marquesado, pero también es conocedor de que en aquel proceso fue clave la licencia de un camping que chocaba de frente con la actividad planteada.

“Es un problema que ya viene de atrás y no es solo en La Calahorra. La autoridad competente tiene que legislar", expresa el alcalde en referencia a la Junta de Andalucía. Asimismo, entiende que "a la gente no le gusta la idea" de esta explotación, en especial por la posibilidad de un crecimiento futuro.

"Desde el punto de vista del impacto ambiental no es atractiva”

Jesús González, catedrático del Departamento de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, es un gran conocedor de este ámbito. El docente explica que "el Altiplano es muy atractivo porque reúne una serie de características para esta actividad económica". Algunos de estos factores son una baja actividad agrícola o el proceso de despoblación que sufren pueblos como La Calahorra.

El investigador del Instituto del Agua no conoce al dedillo el proyecto de La Calahorra, pero es conocedor de que en estos casos se suelen dar "promesas" a los consistorios cuando posteriormente “el número de personas que contratan es muy pequeño”.

“Es una industria que desde el punto de vista del impacto ambiental no es atractiva”, reconoce Jesús, aunque tampoco es partidario de "decir que no a todo". “Hay granjas que tienen el tratamiento de los purines más avanzado”, recalca. Esta alternativa se da en algunas instalaciones de la provincia a través del biogás.

Los olores, el alto consumo de agua y la generación de residuos son algunos de los inconvenientes más habituales de este sector. El profesor de la UGR asegura que “hay zonas de Cataluña donde el uso intensivo ha hecho que haya acuíferos muy contaminados”. “Otro tipo de ganadería sería más deseable, pero es una cuestión de rentabilidad. Se debería equilibrar la situación entre beneficio e impacto”, agrega.

"Una práctica que se hace es tener una explotación de 2.500 cabezas y otra similar de una misma empresa a unos kilómetros. Así reúnen 10.000 cabezas fraccionando e granjas más pequeñas salvando las limitaciones", expone Jesús. Por otro lado, deja claro que normalmente se aceptan los proyectos que están "dentro de la normativa". El catedrático apunta que los ayuntamientos no acostumbrar a tener especialistas y técnicos "para hacer un análisis". Además, otra fase peliaguda de estas instalaciones es el seguimiento en el tiempo de su actividad. "El impacto ambiental se puede minimizar muchísimo, pero eso requiere de una inversión. La gente se va a lo más económico, que es lo que genera el problema", desgrana Jesús González.

Las próximas semanas se antojan fundamentales para la población de La Calahorra, pues Ayuntamiento y vecinos necesitan encontrar una vía para rechazar la llegada de la explotación planteada. Desde la Plataforma por el compromiso del futuro de Jérez del Marquesado insisten en que la comarca debe unirse ante esta tendencia ante la posibilidad de que proyectos similares sigan buscando cobijo en el territorio.