La Compañía Nacional de Danza vuelve al Festival de Música y Danza con 'Carmen'

El montaje ha obtenido grandes alabanzas de crítica y público

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Compañía Nacional de Danza | Foto: Archivo GD
Gabinete
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La Compañía Nacional de Danza, capitaneada por José Carlos Martínez, presenta en Granada 'Carmen', uno de sus últimos montajes que ha obtenido grandes alabanzas de crítica y público. No en vano, esta compañía aúna esfuerzo y creatividad al más alto nivel en cada uno de sus espectáculos. Basado en la ópera de Bizet, una de las más bellas visiones francesas hacia la España decimonónica, Rodion Shchedrin adapta para ballet la música de Carmen, la cigarrera de Sevilla, puesta ahora en escena con una sugerente y sensual coreografía de Johan Inger. El coreógrafo sueco ha querido aportar algo nuevo, por lo que nos propone una revisión de Carmen centrada en el tema de la violencia vista por un niño, que será testigo inocente de toda la trama.

Cuando Johan Inger recibió el encargo de la CND, de montar una nueva versión de Carmen, siendo él sueco y Carmen una obra con un marcado carácter español, se encontró ante un enorme reto, pero también una gran oportunidad. Su aproximación a este mito universal tendría que aportar algo nuevo. Para ello, Inger decidió centrarse en el tema de la violencia, aproximándose a ella a través de una mirada pura y no contaminada… la de un niño. Partiendo de este enfoque, Inger crea un personaje, que propicia que seamos testigos de todo lo que pasa, a través de sus ojos inocentes, a la vez que contemplamos su propia transformación. El coreógrafo ha sido galardonado con el Benois de la Danse 2016 por la coreografía Carmen, cuyo estreno fue en 2015.

“Hay en este personaje un cierto misterio, podría ser un niño cualquiera, podría ser el Don José de niño, podría ser la joven Michaela, o el hijo nonato de Carmen y José. Incluso podríamos ser nosotros, con nuestra primitiva bondad herida por una experiencia con la violencia que, aunque breve, hubiera influido negativamente en nuestras vidas y en nuestra capacidad de relacionarnos con los demás para siempre”, comenta el coreógrafo Inger.

Nacido en Estocolmo, Suecia (1967), Inger completa su formación de danza en la Royal Swedish Ballet School y la National Ballet School (Canadá). Desde 1985 hasta 1990 baila en el Royal Swedish Ballet, el último año como Solista. Fascinado por el trabajo de Kylián, Inger tuvo claro que el siguiente paso en su carrera de bailarín tendría que ser hacia el Nederlands Dans Theater. En 1990 ingresa en el NDT y pronto se convierte en uno de los bailarines con más carácter y carisma de la Compañía.

FEX

Última proyección de ópera del Teatro Real

Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), es la tercera y última proyección de ópera de esta edición del FEX, una gran iniciativa que está teniendo muy buena acogida de público. Hoy, en el Palacio de los Córdova, a las 22 horas. Se trata de la magnífica producción de Emilio Sagi, bajo la batuta de Jesús López Cobos, de la obra maestra de Mozart y Lorenzo da Ponte ambientada en los palacios y patios de Sevilla.

No es la inspiración divina, como numerosas leyendas han propagado, sino un arduo trabajo el que lleva a Wolfgang Amadeus Mozart a buscar durante mucho tiempo un tema adecuado antes de componer Le nozze di Figaro. Otro tópico en torno a esta obra es que trata sobre los valores de la Revolución Francesa, sin embargo, lo que realmente subyace es el elogio del nuevo decreto del emperador José II sobre el matrimonio, publicado en 1783. Este decreto contiene tres principios que fascinaron a Mozart: que el matrimonio se realizara por amor, que ya no se requiriera la autorización de los padres y que hubiera testigos de la boda, de ahí la hilarante escena en la ópera en la que Figaro está midiendo la habitación donde apenas cabe la cama y de repente aparece un coro de veinte personas, todas ellas testigos. Tanto Mozart como Lorenzo da Ponte eran conscientes de la importancia de semejante edicto de cara a la modernización de la sociedad, pero también sabían que el impulso erótico del ser humano es difícil de domesticar, por lo que no iba a ser fácil de observar.

Fekat Circus presenta el viaje de los migrantes con acrobacias y malabares

Move In es el viaje de los migrantes, utópico, agotador, lleno de expectativas. Escenifica el viaje con sus intermitencias emocionales, entre espacios vacíos, como desiertos y mares, y otros repletos de incertidumbre. Las luces de la ilusión y la tenacidad, las sombras de la lucha y, en ocasiones, las del fracaso. Un grito de dolor y esperanza por la situación que viven miles de personas cada día en busca de un mundo mejor. Las acrobacias, la báscula, la rue cyr, los malabares y la manipulación de objetos, son las técnicas con las que se desarrolla el movimiento de los siete artistas.

En 2004 Dereje Dange, un joven que creció en las calles de Addis Abeba, formó un grupo de circo junto con otros niños sin hogar. Fekat Circus, que significa “circo floreciente” en amárico, lleva a cabo desde entonces la formación de jóvenes que viven en zonas desfavorecidas de Addis Abeba, tratando de mantenerlos alejados de los riesgos de un estilo de vida peligroso y de la pobreza urbana. Han contado en sus inicios con la ayuda del Centro Italiano para la Ayuda a la Infancia (CIAI) y la ONG internacional Fondation Alta Mane, y desde 2009 funcionan de forma independiente, con apoyos para algunos de sus proyectos.

A estos jóvenes artistas, ejemplo de voluntad y constancia, les gusta mezclar circo y teatro en sus presentaciones, logrando así extender las campañas de sensibilización que tratan temas sociales y de salud, tanto en Addis Abeba como en zonas rurales. Además de ofrecer espectáculos públicos, Fekat Circus trabaja seis días a la semana en el Hospital León Negro como parte de un equipo de “médicos-payasos” que entretienen a niños hospitalizados.