La fecha del AVE, pronóstico reservado
Ha bastado el anuncio del Ministerio de Fomento para que determinados sectores lancen las campanas al vuelo: en la primera semana de septiembre se reanudará la conexión ferroviaria con Madrid utilizando la vía de Moreda. Antes de que me llamen aguafiestas diré que mejor eso que nada, mejor tener la posibilidad de ir a Madrid aunque sea con una solución provisional que no tener ninguna posibilidad, una circunstancia que en Granada arrastramos desde hace tres largos años.
Sentada esa premisa, diré también que desde mi punto de vista se trata de un parche que no debería haber suscitado la euforia que se detecta en determinados foros cercanos al Partido Socialista y a la Junta y al Ayuntamiento. No es cuestión de amargar la fiesta pero el mero hecho de que se abra la conexión por Moreda alarga la sospecha de que se está lanzando un mensaje pesimista sobre la conexión que de verdad interesa, esto es la de la alta velocidad y los trenes convencionales por su trazado esperado, el de Loja y Antequera. ¿A qué viene poner en servicio un tren provisional si fuese inmediato el funcionamiento del AVE?
Hace algo más de un mes Granada Hoy anticipaba que ese AVE largamente esperado no llegará hasta mayo. A esa información replicó el Ministerio con balbuceos más que con desmentidos y días después filtró un documento en el que anuncia que el 24 de septiembre empezarán las pruebas de seguridad. Una colusión de intereses en la filtración de aquella nota: el filtrador aparentaba amortiguar el no desmentido nuevo retraso y el filtrado creía que empataba el gol de días antes. Eso sí, aquella vitola cincocolumnista, aquella doble página materializaba el chicle más largamente masticado para decir solamente eso: que el 24 de septiembre comienza la cuenta atrás, para obviar el pequeño detalle de que la fecha que interesa no es la de la cuenta atrás sino el día concreto en que veremos al tren llegar.
Como ese dato no lo tiene el filtrado y parece que tampoco el filtrador, la información -también hay que hacer hincapié en ello- contenía un dato muy tranquilizador: las pruebas consisten en evitar que choquen dos trenes que circulan por la misma vía. Con ese dato toda Granada ha quedado en calma, pues hasta aquella fecha de tan aireada noticia y revelador dato nadie había caído en la cuenta y vivíamos sumidos en la zozobra de la incertidumbre: ¿se estará preocupando el Ministerio de que no choquen los trenes por la misma vía?
Ironías aparte, se escucha o se lee lo que decían los altos cargos del Ministerio cuando gobernaba el PP (que la obra estaba terminada, pero que ahora es necesario hacer las pruebas de seguridad) y lo que dicen ahora los altos cargos del Ministerio cuando gobierna el PSOE (que la obra está terminada, pero que ahora es necesario hacer las pruebas de seguridad) y… ¡resulta que es lo mismo! Y, claro, ni unos le ponían fecha ni los otros se la ponen. No caeré en el error de igualar responsabilidades, no: el Gobierno de Rajoy fue el que nos metió en esta desventura ferroviaria. Pero dos meses de Gobierno de Sánchez y los plazos tampoco se concretan. Y en ese escenario es en el que aparece esta solución provisional de Moreda que alarga el viaje hasta más de cinco horas, lanzando dudas sobre la competitividad con el viaje por carretera, en cuatro horas, cómodo y seguro por autovía y con una gasolina que pese a estar cara permite la ida y vuelta de cuatro viajeros por el precio de uno y solo de ida a Madrid en tren.
Así, estamos en dos cuentas atrás: la que llega al 24 de septiembre y la que empieza ese día. Un día en que se supone que ya habrá venido el ministro o vendrá ese día a darnos la fecha definitiva. Si entretanto nos abren la vía de Moreda, tenemos derecho a pensar que por lógica, si se establece una solución provisional es porque la solución definitiva aún está lejana. Y Moreda, en todo caso, suena a respuesta sobrevenida después de que con el cambio de gobierno se reprochase al socialismo granadino precisamente eso, que habían dejado de reivindicar ese servicio provisional tan pronto como salió Rajoy y entró Sánchez.
En suma: llegada del AVE, pronóstico todavía reservado.